"3, 6, 9 - damn she fine"
Hace algunos días estaba mirando mi escritorio sin demasiado entusiasmo, sin ganas de jugar a nada – lo cual es impropio de mí, pues falta de ganas para jugar y yo no solemos ir a menudo en pareja -. Aquel día estaba algo vacío, y solo me sentía con la energía suficiente para respirar y existir. Pero, de repente, algo se prendió. El mismísimo espíritu de EA Black Box entró a mi cuarto y comenzó a atiborrar mi mente, buscando insistentemente aquel click sobre el iconito que se encontraba en mi carpeta de juegos. Dicho icono, ni más ni menos, era el de Need for Speed: Underground, un título poco conocido, que casi podríamos catalogar de sleeper, de una saga que está haciéndose notar poco a poco en la industria.
Dejando a un lado irónias y sarcasmos, Underground, como bien sabréis, es un videojuego de carreras en tres dimensiones perteneciente a la famosísima saga Need for Speed. Pero déjeme que le explique, mi querido lector o lectora, por qué no se trata de un capítulo más dentro de la franquicia.
En primer lugar, cabe destacar que Need for Speed: Underground fue una producción tan arriesgada como ambiciosa para EA Black Box, tratándose del segundo trabajo exitoso de esta subsidiaria de Electronic Arts, e incluyendo características muy notorias y destacables como el tuning – que, para aquella época, era muy avanzado -. A nuestras preciadas bestias de acero podíamos cambiarles diferentes partes de carrocería, cambiar la pintura de las llantas e inclusive, teníamos la opción de instalar neones y aplicar vinilos a los autos, lo cual, junto al hecho de no incluir policía ni daños técnicos y/o estéticos en los coches, hacía que nuestras creaciones lucieran mejores que nunca.
La desarrolladora, debo remarcar, fue responsable también de joyas NFS: Most Wanted, NFS: Carbon y NFS: Underground 2. Videojuegos que marcaron un punto de inflexión entre las producciones de carreras arcade y en las respectivas consolas como podría ser la archiconocida PlayStation 2. Sin embargo, retrocediendo al tema principal de este artículo, hagamos un repasito rápido de los deportivos que aparecen en el título.
Obviamente no voy a mencionar todos y cada uno de los coches, pero lo principal que debo remarcar de la elección de los autos tomada por los chicos de EA Black Box, es que todos y cada uno de estos, han sido un acierto magnífico. Entre los más temidos tenemos Toyota Supra, Nissan Skyline GT-R 34 y Nissan 350Z. Son máquinas japonesas puras y duras que no pueden faltar en un título de la saga. Después, tenemos elecciones atrevidas y a la vez completamente acertadas como Toyota Celica, Honda S2000 y Mitsubishi Eclipse GSX, una variación de tracción a cuatro ruedas del famoso Eclipse conocido a nivel nacional por el vídeo de “Pistoleros del Eclipse”. Y para acabar, inclusiones de coches como Dodge Neon, Peugeot 206 S16 o Ford Focus ZX3, le han dado un toque mucho más ameno al juego.
Lo remarco principalmente por el hecho de cuando vemos un Porsche o un Ferrari en un videojuego, asociamos esos coches (no siempre, pero a menudo) con la posibilidad de conducirlos solo en un videojuego por sus precios disparatados. Sin embargo, cuando vemos modelos asequibles (aunque en el juego se incluyan algunas variantes deportivas), la experiencia es más “cálida”, más cercana, haciendo pensar al jugador que realmente cualquier coche tiene su valor y que los tópicos no es lo que debe predominar.
Y ahora, dejando un poco de lado los “palpable”, podemos pasar a remarcar algunos temazos que a más de uno y una nos recordará la época de Hip-Hop y R&B de los “Early 2000”. Seguro que si allá por el 2003, el año del lanzamiento de NFS:U, ya tenías edad para recordar los diferentes sucesos de tu vida, también te sonarán algunas canciones de aquella época. Por ejemplo, canciones de crunk como “Get Low – Lil Jon & the East Side Boyz” o el tema de southern hip-hop/trap del famoso artista T.I. titulado “24’s”, ganaban mucha popularidad cuando el mundo estaba recién entrando en el siglo XXI. Si no te suenan, no te preocupes. Todavía estás a tiempo de escucharlos y deleitarte de lo que inundaba estos juegazos de carreras callejeras.
Pero tampoco podemos olvidarnos del género Punk rock y Groove metal que jugaron un papel de igual importancia en el juego. Esas carreras a 180km/h no serían lo mismo sin canciones como ”Out of Control” de Rancid o “The Only” de Static-X. Cuando escucho esos ritmos, me encantaría poder volver atrás en el tiempo y quedarme empanado con un monitor o tele “de culo” con Need for Speed: Underground en marcha… Si pudiésemos hacer eso, aunque fuese a través de la realidad virtual basada en nuestros recuerdos, ya pueden ir llevándose lo poco que tengo…
La historia del juego no cuenta con una gran complejidad. Todo lo contrario, pues es prácticamente nula. Existen ciertos personajes que te introducen en cada competición… y poco más, si tengo que ser sincero. Pero os aseguro que nada – y, repito, nada – me pone más los pelos de punta que un Dodge Neon y la canción de “Get Low” de fondo. Es una sensación tan extraña, que la única explicación a esto sería la típica de “me estoy haciendo viejo”. Se ve claramente que el juego tiene un alma arcade pura y dura. Sin demasiadas complicaciones, atraviesas 111 competiciones mientras vas desbloqueando vehículos y mejoras para seguir compitiendo en las carreras de la ciudad de sábana negra calentada por las luces de neón.
Todo cuanto comienza debe de tener un final
Esa frase creo que duele más, cuando se trata de finalizar algo que además de haber empezado, es bueno. Creo que las entregas actuales de Need for Speed son buenas, pero nada comparable con el ambiente que crean los lanzamientos “oldshool” de Electronic Arts de dicha franquicia. Creo que los tiempos cambian y yo sigo sin salir de este nido nostálgico, pero aún así… Gracias Electronic Arts por haber alegrado muchas tardes grises de este chaval no tan chaval.