Un nuevo tráiler nos hace reflexionar sobre su impacto en la industria, y sobre la necesidad de revisitar el peregrinaje de Amaterasu
No es ninguna sorpresa que, conforme nos acercamos a su estreno para PC, Xbox One y PlayStation 4, se vaya publicando cada vez más contenido de la nueva versión de Okami. Desde hace ya un buen par de semanas, venimos observando gran cantidad de vídeos e imágenes sobre la remasterización del juego, por lo que ya hemos podido comprobar que se mantendrá tan fiel al original que, si no fuera por el aumento de resolución en la imagen (4K para PlayStation 4 Pro y Xbox One X), diríamos que estamos ante aquella misma copia que salió para PlayStation 2 allá por el 2006.
¿Cuál es la intención real de Capcom con Okami?
Sabemos que Capcom no busca más que sacar algún dinero de esta entrega. Está más que claro al ver cómo permite el uso de sus obras para el divertimento más banal en otras producciones de menor calidad, como ha sido el caso de Dead Rising 4. Dejando esto de lado, el trabajo de remasterizado de esta obra maestra vuelve a poner sobre la mesa su importancia en el mundo de los videojuegos.
Okami es, y seguirá siendo durante décadas, un juego muy contundente en varios sentidos, ya que supo condensar la cultura y el arte japonés dentro de una trama simple, donde la acción y la narrativa calaron de igual manera en el jugador. Redefinió el estándar artístico y conceptual de las obras que le siguieron, como también dejó planteada la idea de que las mecánicas de los juegos no debían rendirse al hardware en donde se diseñaran, sino superar a este sin sacrificar ningún concepto en el camino.
Es de suma importancia que veamos esta edición como una nueva oportunidad de revisitar la entrega, o, en su defecto, como una entrada más amable a nuevos jugadores que quieran conocer la obra. Y es que nunca está de más hacerlo. Entrar de cabeza en la aventura que ideó Hideki Kamiya con tal de disfrutar, apreciar y resignificar el trabajo realizado por los chicos de Clover Studio debería ser algo casi obligatorio para cualquier jugón que se precie. Se trata de un juego con muchos matices, con muchas influencias. Pero también se trata de una influencia para muchos otros juegos.
Ante las recientes declaraciones de una secuela por parte de Kamiya, como jugadores que somos, la emoción de una secuela entusiasma, pero el temor de un proyecto a medias tintas inquieta más de lo que debería. Habrá que esperar para saber si no fueron más que expresiones de deseos. La última palabra, como de costumbre, la tendrá Capcom, por lo que no quedará otra que esperar a ver cómo van sus números de ventas después del 12 de diciembre.