Tiros y más tiros en un bar
El discurso que se ha venido dando durante tantos años sobre si los videojuegos son arte sobrevuela la industria, esperando cualquier momento para volver a aterrizar sobre los restos de un debate demasiado manido. Sobre estos se retuerce y disfruta, volviendo a enfrentar opiniones e ideas que se han dado año tras año tras año tras año, una y otra vez en un mortal bucle como los de Deathloop, pero que parece que no tiene fin. Sin embargo, siempre suelen repetirse los mismos temas, siendo este el cabecilla, aunque no único, pues la dificultad en los videojuegos llegó hace no tanto y prácticamente cada trimestre resurge de sus cenizas como ave fénix. Y mientras tanto, en el tintero quedan otras posiciones que yo, en mi opinión personal, considero más importante, y que por ejemplo, en este caso, aunque su momento de auge fuera unas cuantas generaciones de consola atrás, parece que sigue latente como una llama que no quiere morir, reavivada gracias a una industria que no es capaz de desprenderse de ella y, cuando puede, recurre en momentos de necesidad para que prenda la chispa en su proyecto. Esta ascua no es ni más ni menos el multijugador en los videojuegos, en este caso, en The Last of Us Parte II.
Durante el día de ayer nos llegó la noticia de que el multijugador del The Last of Us 2, el último juego de Naughty Dog, seguía en pie y en desarrollo como bien confirmó uno de sus directivos, quien animaba a que personas con experiencia y conocimiento aplicaran para las ofertas de trabajo con las que cuenta el estudio, quién sabe si vacantes después de los multitudinarios casos de abusos laborales. Esta declaración de intenciones deja claro que esta rama del juego sigue adelante, e incluso más viva que nunca pues por fin se tiene una confirmación de que se continúa trabajando en ello, aunque desconozco si esto es algo positivo o no. Para apoyar mi visión al respecto quiero remontarme a la generación de consolas de PlayStation 3 y Xbox360, una que muchos seguidores reconocerán como de las mejores de los tiempos actuales, pues muchos llegamos al mundo de los videojuegos a través de ellas, entre lo que me incluyo. Una de las particularidades que se encontraba como factor común entre muchos de los juegos lanzados era la inclusión de un modo multijugador, y no relacionado con las campañas cooperativas, pues aunque estas existían no suponían un grueso a tener en cuenta, sobre todo teniendo enfrente a los multijugadores per se, donde encontrábamos diversos modos de juego, aunque todos de ellos implicaban enfrentarse a otros jugadores de diversas maneras, ya fueran carreras, equipos contra equipos o todos contra todos, una variedad muchas veces minúscula donde primaban los combates, con equipos vencedores y vencidos.
Que un juego como The Last of Us 2 decida seguir de nuevo esa línea que ya exploraron en su anterior título no es tan extraño, aunque nos encontremos en 2021 y haya pasado lo que yo consideraba demasiado tiempo desde que el multijugador innecesario estuviera de moda. Lo más reprochable, sobre todo para este título, es que durante el juego se explore el tema de la violencia y, supuestamente, se intente concienciar sobre lo cruda y mala que es. Todos estos esfuerzos, que tampoco fueron demasiados, quedan en aguas de borrajas si después diseñas un multijugador donde se mata por matar, solamente para sobrepasar al otro equipo y conseguir puntos, donde se premia por asesinar. Creía que el innecesario multijugador para todos los títulos había quedado ya enterrado, por fin descansando en un suave lecho de cenizas, pero tristemente todavía quedan fuegos por apagar.