¿Pueden respirar tranquilos en Sony?
La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft aún no se ha completado (y todo apunta a que no lo hará hasta el año que viene) pero los de Redmond ya están tratando de evitar polémicas innecesarias con el futuro de las diferentes franquicias que serán parte de su cartera próximamente. Al menos, de momento. En un comunicado publicado hoy mismo, han publicado unos principios y directrices que seguirán como parte de la integración del conglomerado en el gigante que está construyendo Phil Spencer, aunque sea principalmente a base de talonario. Y como no podía ser de otra, las franquicias que podrían ser potencialmente exclusivas de sus plataformas son uno de los puntos centrales del mismo.
Por lo tanto, y aunque esto no esté escrito en sangre (y no debería ser tomado como tal por nadie con dos dedos de frente), al menos de cara a la galería, Microsoft está aparentando una actitud que contrasta con el monopolio que pretende a nivel de estudios de desarrollo bajo su sello. Call of Duty es el mayor exponente en lo que a relación con Sony y PlayStation se refiere, pero también hay que tener en cuenta otros nombres como Crash Bandicoot (antaño icono de la consola) que pudieran verse únicamente ligados a la marca Xbox.
Y esto, parece que al menos por ahora no va a suceder. Pero sí abre la puerta a como mínimo, a dos escenarios claramente diferenciados, por no decir opuestos. El primero de ellos, más utópico en mi opinión, implica que Microsoft sigue al pie de la letra su declaración de intenciones, más por el hecho de que PlayStation como plataforma consigue aguantar el tirón a medio plazo frente a las compras (casi compulsivas) de los de Redmond, y frente a una pérdida sustancial de ventas, es preferible minimizar daños económicos contra el resto de opciones.La segunda, que implicaría un refuerzo masivo de Xbox Game Pass (el cual se daría también en el primer caso, como es lógico), hasta el punto de que sea totalmente irrelevante su presencia o no en productos de la competencia, y puedan permitirse el lujo de prescindir totalmente de los japoneses. Como lo dicho ahora no es en ningún caso un contrato vinculante, tampoco sería una gran contradicción para Microsoft, y teniendo en cuenta los números que se tendrían que dar para poder permitirse este caso, sospecho que poco les importarían los eventuales comentarios negativos acompañados de entregas y entregas de hemeroteca.
Que la estrategia de Microsoft a corto plazo, una vez se complete el proceso burocrático correspondiente, es reforzar Xbox Game Pass a toda costa para seguir debilitando a su competencia (y poder alcanzar el monopolio por otras vías), pero los resultados y consecuencias de esto aún están por ver. Es una inversión importante, pero también tienen virtualmente dinero infinito para comprar Nintendo si se lo proponen. ¿Hasta dónde podrá llegar este nivel de compras compulsivas?