¿Para vosotros, jugadores?
Cuando se anunció la adquisición de todo el conglomerado de ZeniMax (que incluye a Bethesda y los estudios de desarrollo dependientes, como id Software), en gran parte de la industria, tanto en desarrolladores como en consumidores, apareció la amenaza de ver títulos de un gran distribuidor hasta la fecha como exclusivos de una consola única. Y sí, esto ya sucedió en la época de Super Nintendo y Megadrive, o Nintendo 64 y PlayStation, pero la industria ha cambiado lo suficiente como para que ese paso hacia atrás pueda ser letal, tanto para usuarios como para la imagen de las compañías implicadas. Aun así, desde el primer momento se aseguró que este movimiento no iba a darse, y que la operación no hacía sino dar más recursos a Bethesda. Sin embargo, parece que ya ha pasado el tiempo suficiente como para que, en una entrevista concedida a Kotaku, Phil Spencer ya abra la puerta a estas posibilidades.
De cara al futuro, el formato de cada título se decidirá de forma individual, aunque ello no implica necesariamente una exclusividad para el ecosistema de Microsoft. Si, por ejemplo, un título se vendiera en PlayStation 5 (y ya puestos, en Nintendo Switch) a precio completo, pero pudieramos acceder al mismo juego como parte de una suscripción mensual de 10 euros/dólares, y jugarlo tanto en PC como en nuestro teléfono (con Project xCloud), ¿qué sentido tendría gastar más dinero por menos contenido, si la experiencia va a ser idéntica o, en el peor de los casos, muy similar?
Esta conclusión, aunque no suponga estrictamente un monopolio en el sentido más estricto de la palabra, sí supone condiciones muy diferentes a la hora de acceder a los títulos, en este caso, de Bethesda. Y puede que ahora mismo no sea una alarma que se pueda considerar “prioritaria”, pero sí marca uno de los posibles (y probables) caminos de la industria en el corto plazo. Fabricantes con más y más estudios bajo su control, estableciendo condiciones desiguales para el acceso a sus creaciones. Sí, podremos pasar por el aro en algo que parece una opción cuanto menos ventajosa ahora mismo, pero nadie nos garantiza que, en caso de éxito de las políticas de Microsoft (que podemos considerar como la desaparición o extrema debilidad tanto de Sony como de Nintendo en el ámbito de los fabricantes), estas vayan a mantenerse de la misma manera (o siquiera, en lo que podamos considerar accesible).
La conclusión, a corto plazo, es que no hay conclusión. Si hablamos de cara al futuro, es la misma de siempre.
Microsoft, Sony, Nintendo… cada una, con sus particularidades y métodos, buscan esencialmente lo mismo, maximizar beneficios. Y en ese proceso, los usuarios y los videojuegos no somos más que herramientas para lograr tal fin. Y poco importa el valor de los videojuegos como entretenimiento o cultura si eso supone un obstáculo, por nimio que sea, en el objetivo de estas megacorporaciones. Y por más que nos digan que los jugadores, los estudios independientes, los desarrolladores, etc… son lo primero, siempre hay que dudar. Y si no, que se lo digan a los trabajadores de CD Projekt RED.