Brilli-brilli que da gusto
No es la primera vez que juego a Metroid Prime, he intentado pasármelo en cuatro ocasiones distintas y por una razón o por otra lo he acabado dejando. Una de ellas en la GameCube, donde lo abandoné porque los controles me echaban a patadas, y las otras tres a través de Primehack, una versión modificada del emulador Dolphin que te permite usar el ratón para apuntar. Pasaron los meses y lo fui dejando pasar, y justo cuando termino Metroid Dread Nintendo se saca de la manga este remaster, así que obviamente había que volver a intentarlo. El juego me ha sorprendido gratamente, con sus más y sus menos, pero si bien no voy a recriminar errores que nacieron hace 23 años, sí que me esperaba alguna que otra cosilla más de esta reedición.
Metroid Prime Remastered se ve exactamente igual a como lo veías de niño en tu cabeza, y eso de por sí es digno de reconocimiento. La ambientación es de lo mejor que tiene el original, teniendo en cuenta que en este género la topología del mundo es una protagonista más. A diferencia de bromas como Skyward Sword HD, se ha tocado absolutamente todo, desde el enemigo más llamativo hasta la roca más inadvertida. La belleza se encuentra en los detalles, y por ello se han rehecho tanto texturas como modelados, así como reajustando el sistema de iluminación para adecuarse a estos cambios. Algunas cosas se han quedado por el camino, como la luz que emitían nuestros disparos o el espejo en las Ruinas Chozo, pero tampoco vamos a echar por tierra un trabajo excelente porque no nos guste algún que otro elemento concreto. En modo portátil la resolución es algo baja y se nota que ciertas cosas no podían tocarlas tanto como quisieran. Tampoco es que apunte especialmente a un realismo absoluto, y prefiero un framerate así de sólido antes que añadir reflejos realistas. Me hubiera gustado un pelín de cariño más a la música o ciertos efectos sonoros, pero entiendo que pase desapercibida para la mayoría de jugadores al seguir encajando igual de bien.
Sin embargo, las apariencias no son lo único que han cambiado para bien con el nuevo sistema de control. Hay cuatro modos distintos para todos los gustos, aunque el principal es el que te permite usar los dos joysticks. Este es un cambio más gordo de lo que parece, puesto que el sistema de combate gira en torno al fijado de enemigos. En el original tenía sentido, ya que aún no se había encontrado la forma más cómoda de jugar en primera persona, y si bien en Trilogy se adaptaba medianamente bien con los controles por movimiento a día de hoy se sostiene con pinzas. Poder manejar la cámara libremente para disfrutar de este planeta tan precioso le quita rigidez al movimiento mientras que lo vuelve mucho más natural y accesible. De esta forma, se convierte en un juego casi perfecto para aquellos que no hayan tocado un mando en su vida, ya que aprender a moverse y manejar la cámara al mismo tiempo en un ambiente medianamente distendido es esencial.
Metroid Prime es primero un juego de aventuras y después un shooter. Vas descubriendo las ruinas de una civilización pasada y los experimentos que llevan a cabo los piratas, y a su vez exploras un mundo con un gorro de biólogo y arqueólogo a partes iguales. Lo que más me ha agarrado a este juego es conocer su fauna y flora e ir escaneando cada nueva sala en busca de más información antes que de peligros inminentes. Quizá el único punto negativo que tengo al respecto es que cambiar de disparo en mitad de una emboscada es una fiesta, pero tampoco le veo una solución sencilla. Conforme vayamos avanzando seremos más y más poderosos, sabremos qué podemos esquivar y podremos atravesar el mapa tranquilamente para saborear mejor dicha ambientación y buscar los secretos. Cada sala es como un pequeño puzle, ofreciendo un reto autocontenido que tendremos que aprender a manejar o admitir que aún no estamos preparados. Todos estos elementos necesitaban de la cámara libre para que el juego brillase aún más.
El backtracking, por otro lado, me ha sacado no pocas veces de este mundo tan bonito. Es uno de los “males” del género y no es negativo por sí mismo, pero cuando pasas siete veces por la misma sala grande termina cansando por mucho que cambien los enemigos. Esto se intenta paliar con un sistema de ayuda majísimo que, si te ve algo perdido, te indica dónde está el próximo objetivo. Estoy bastante curtido en lo que a metroidvanias se refiere y la no-linealidad de la progresión me ha agobiado más de una vez, y usar el mapa de referencia a veces es incluso contraproducente. Se controla de manera extraña, y aunque te marca las puertas y demás no te indica los objetos ni te deja marcarlos a ti, por lo que buscar una sala concreta por la que continuar es bastante tedioso (sobre todo si está en otra zona). Igual Dread me ha malacostumbrado, pero ya que estamos cambiando cosas a mejor déjame al menos poner marcadores para orientarme.
Otra cosa que me gustaría que ofreciesen la opción al menos es un método de autoguardado. Entiendo que la tensión y demás tienen que estar ahí, pero cansa tener que repetir tres veces una zona grande para llegar a un jefe, más aún si el movimiento no es muy rápido que se diga y hay que repetir el mismo puzle una y otra vez. Eso sí, está muy bien poder suspender la Switch cuando uno quiera y no tener que preocuparse de dónde estamos. A todo esto, me ha dolido no poder completar una partida al 100% porque entre muerte y muerte no se guarda la información del banco de datos. Sé que no le importará a todo el mundo, pero como me ha pasado con ese boss por ir con prisa lo comento para que estéis atentos.
Escanear sin temor en las ruinas lo mejor
Metroid Prime Remastered es una de las mejores opciones de jugar al título con diferencia. Si bien se echan de menos ciertas mejoras de calidad de vida, es innegable el esfuerzo que se ha puesto para que luzca lo mejor posible. Se notan sus costuras, ya que veinte años no pasan en balde y tocar las mecánicas por un lado puede romper más cosas por otro, pero es un título más que disfrutable tanto para los fans de Metroid como para los que quieran un shooter más tranquilito. Los nuevos controles lo hacen más accesible que nunca, y es una oportunidad de oro para meterse en los juegos en primera persona. La progresión está medida al milímetro aunque te sientas más perdido que de costumbre, y el apartado técnico es sólido y consistente, sin haber experimentado ninguna bajada de frames y viéndose casi igual de bien en modo portátil (aunque las capturas no le hagan justicia). Es un juego que cautiva estéticamente para plantarnos en una aventura fascinante, y espero con muchas ganas que suceda lo mismo con la segunda y tercera parte. Con suerte – no me creo que esté escribiendo esto – esta vez meterán al equipo original en los créditos y reconocerán su trabajo como es debido.