Esta semana hemos tenido otra triste noticia, que en cierta manera podría estar relacionada con la industria del videojuego. Un chico de 14 años acuchilló a su madre (hiriéndola) tras quedarse sin conexión a internet en medio de una partida y no poder reestablecerla para seguir jugando por un problema técnico de su instalación. El accidente, que ha tenido como final el internamiento del adolescente por 6 meses para estudiar si tiene algún tipo de adicción a los videojuegos u otras tecnologías, ha sido tomado por muchos medios, especializados en tecnología o no, como un caso más del mal que generan los videojuegos en la sociedad. Desde aquí, personalmente, me pregunto, ¿es cierto eso?

¿Problema de las personas, o de los videojuegos?

Como jugador más o menos frecuente de juegos online, soy el primero que admite que a veces pierde el control en una mala partida y falta al respeto a familiares o amigos por culpa del juego en cuestión. Si un periódico o revista tuviera que hacer un artículo al respecto, obviamente tomaría esta información descontextualizada y achacaría esa conducta al título al que estuviera jugando en ese momento.

El problema vendría cuando, al menos en mi caso, se obvia el detalle de que soy una persona que se enfada fácilmente, y que muchas veces no reacciona de manera adecuada a muchas situaciones (en la redacción lo saben bien, por desgracia). Si bien no estoy justificando este tipo de actitudes, ya que desde una mala contestación a agresiones como la que ha levantado el revuelo son (omitiendo la diferencia de calibre y gravedad) en cualquier caso malas, sin importar el contexto.

Teniendo en cuenta que el caso que ha trascendido ha derivado en un ataque que podría haber acabado peor que lo que lo hizo, es momento de plantearse si, como indican diversos medios de comunicación, los videojuegos nos hacen personas violentas, o simplemente revelan esa parte de nuestro carácter que normalmente queda oculta.

Problemas que plantean los videojuegos en estas situaciones

Los juegos online han supuesto una novedad con un impacto increíble en una industria muy joven, y que en parte no ha estado preparada para controlar una comunidad por lo general joven e inmadura. Además, esta modalidad de juego siempre plantea situaciones en las que el jugador (o los jugadores, en caso de que sea cooperativo) pierde, o no consigue la mejor puntuación, etc…

Dada la gran cantidad de personalidades diferentes y la heterogeneidad de la base de jugadores que hace uso de este modo cada vez más frecuente en todo tipo de juegos, es imposible preveer como actuará cada persona frente a la frustración que puede suponer una derrota (o varias, lo cual hace incrementar el potencial enfado). Es por esto que, pese a que muchos juegos hacen controles periódicos de la comunidad para evitar jugadores tóxicos (que insulten, o tengan un comportamiento) pero nunca es posible controlar íntegramente a todos los jugadores.

Videojuegos-Violencia-Pepiinero

Imagen de Isaac “Pepiinero” Flores, jugador conocido por su papel en el competitivo de League Of Legends, y que apareció en un reportaje de televisión destacando no su trayectoria en la escena nacional y europea en el juego, si no la cantidad de horas que invertía en el juego, situándolo como algo negativo.

Es cierto que los videojuegos pueden llevar a situaciones desagradables, pero es imposible llegar a esa situación si la persona no presenta tendencia a llegar a esos límites.

¿Hay motivos para hacer propaganda negativa?

Desde los medios tradicionales, como la prensa escrita, o la televisión, se lleva tratando negativamente por mucho tiempo a todo lo relacionado con internet, desde Youtube y sus creadores de contenido a los videojuegos. Este desagrado, posiblemente provocado por miedo a perder la repercusión de la que gozan en la actualidad, es totalmente deliberada, pese a que haya estudios que contradigan dichas afirmaciones, y hasta cierto punto, razonable, desde el punto de vista comerical del medio.

Además, no hay que olvidar que son múltiples los estudios realizados acerca de este tema, en ocasiones, por motivo de tiroteos causados por jóvenes que jugaban mucho a videojuegos, y que se asocia desde la prensa ese tipo de comportamientos a las aficiones. El hecho de que tus compañeros se rían de ti en clase, o que tengan otro tipo de problemas son ignorados desde dicho punto de vista. De esta misma manera, esto recuerda al debate acerca de la restricción de las armas en Estados Unidos, ya que sin arma, no se mata, y acerca de los videojuegos, salvo que usemos el DVD como arma, creo que no matan por si solos.

A modo de conclusión, me gustaría lanzar una pregunta. Si en vez de jugar a videojuegos, la misma persona que se enfada por perder, ve jugar a su equipo favorito (de cualquier deporte), ¿no sufre una reacción similar? Tal vez el problema no sea la vía de ocio que cada uno elija, si no como somos las personas, como somos educados y como tendemos a reaccionar antes situaciones que no nos gusten.