Sobre las peligrosas invenciones de John Garvin

Hace menos de una semana, durante una entrevista en el canal de YouTube de David Jaffe se pronunció una frase que pese haber sido dicha en multitud de ocasiones vino de una persona con un bagaje por el cual me ha causado mucho rechazo. Fue el señor John Garvin, director creativo y escritor de Days Gone, un juego cuya secuela está prácticamente descartada debido a la “baja” nota en Metacritic de 71. Esto me recuerda a cuando yo estaba en el instituto y todo aquello que bajara del ocho hacía enojar a mis padres, decepcionados ante esta la “baja” nota pues yo podría haber dado más de mi con esfuerzo y no haber obtenido una mejor calificación era únicamente culpa mía. Sony se ve que lleva el ADN del padre cabrón que en lugar de apoyar y darle un empujoncito a sus retoños para dar lo mejor de sí prefiere cabrearse y repudiar a su vástago.

Y claro, en lugar de plasmas un esfuerzo y un apoyo para que mejore, lo fácil es compararlo con sus hermanos mayores, como son Naughty Dog o Santa Monica. Después de básicamente matar a todos sus estudios japoneses de medio presupuesto (equipos de Everybody’s Golf, Gravity Dash, etc.) tenemos a Sony Bend, creadores del susodicho Days Gone, trabajando a rebufo de Naughty Dog con el equipo dividido para un juego multijugador junto a su hermano mayor mientras la otra parte se encarga de un remaster de Uncharted bajo supervisión, como podemos leer en Bloomberg. De ahí que las palabras de John Garvin me repateen tantísimo por el contexto en el que vienen: Si amáis un juego, compradlo de salida”. Un mensaje que a priori suena interesante pero que se siente hueco y proveniente de la rabia y la impotencia de un desarrollador a merced de una gran potencia.

Porque vamos a ser muy sinceros y se que muchos de vosotros, con un mínimo pensamiento, sabréis darme la razón. Los videojuegos son un medio capitalista y una forma de cultura y entretenimiento altamente elitista. Primero de todo, tenéis que pensar que la puerta de entrada a un videojuego como Days Gone es de, en caso de comprar todo “de salida” como declara el desarrollador, 460 euros. La mitad del salario mínimo de un trabajador en España y huelga decir que este precio escala de manera bastante impresionante en países latinoamericanos como Argentina, donde el conjunto de juego más consola a precio completo superan el salario medio del estrato bajo de la población, costando unos 73998 pesos argentinos (64.999 pesos de la consola de segunda mano más 8.999 del juego digital en la tienda de Sony)  frente a un sueldo mensual de 12.335 pesos. ¿Bastante alto, no? No hablemos mejor de la PS5, costando 100.000 pesos argentinos en su versión para discos. Si nos vamos a otros países sudamericanos como Bolivia los datos son similares, costando la PS5, ejemplo, 4.000 bolivarianos cuando el salario medio es de 3.620.

Ahora podemos debatir entonces con el “pero si puedes permitirte el juego a precio completo, hazlo de salida”. Ahí tenemos el ejemplo Cyberpunk 2077 donde nuestra queridísima CD Projekt nos vendió el burro a usuario y prensa con un juego que salió terriblemente roto para casi todos los sistemas. Un récord de devoluciones, una estafa cocida a lo largo de meses, pero que al final ha vendido a espuertas. Un ejemplo de “apoyar” a primeras un juego, como podéis ver. Algo similar al desastre de Fallout 76 o No Man’s Sky, ejemplos de juegos con mucho hype que terminaron mal aunque remontaran más adelante, pero son ejemplos de apoyar “a ciegas”.

Ahí tenemos un ejemplo del valor de la prensa, pero tampoco vengo a reivindicar los análisis y críticas. Con un presupuesto limitado por parte del usuario, ¿de verdad queremos financiar con el corazón una IP nueva de un estudio de Sony así de primeras? Mejor aún, ¿de verdad es culpa nuestra, de los usuarios, que Days Gone no tenga una secuela por no comprarlo de salida? Creo que pocas frases implícitas me han causado una sensación mayor de repulso y de tirar balones afuera que esta. La culpa no es del usuario en este caso, la culpa es de Sony por no confiar en el producto y querer dar una segunda oportunidad a un juego que, si bien no ha salido como lo esperado, tiene un mundo construido y un potencial para explotar aprendiendo de los errores, del feedback del usuario y conociendo mejor las herramientas. Mirad los ya comentados Fallout 76, No Man’s Sky o incluso el mismo Cyberpunk 2077 que está en ello.

Sin embargo, Sony no está por la labor y eso es un problema. Los jugadores no podemos financiar todo lo que se nos pone por delante, sobre todo cuando tienen monstruos de quemar dinero por detrás como es este caso. Si me gasto mi dinero me lo gasto en aquellos productos que se con certeza que van a gustarme y, cómo mínimo, que en aquellas páginas especializadas los distintos redactores con los que sea afín por gusto hayan opinado y hayan valorado positivamente.

En mi caso si tengo que tirarme a la piscina es únicamente con indies, productos que se que sin mi ayuda, mi pequeño granito de arena, no saldrán jamás, pero en el caso del jugador promedio son aquellos juegos de los que tengan referencia: un juego de un estudio de renombre, una secuela o una necesidad, estos son los tres mayores factores para comprar un juego de lanzamiento. Una necesidad es al final una campaña de marketing bien hecha que genera ese sentimiento, que te lleva a coger días libres el día de lanzamiento del juego y a dedicarle un vicio que no es ni medio normal, de estos de mezclar Monster, Red Bull y Coca Cola acabando el videojuego con una parada cardiorrespiratoria.

Por tanto, ¿debemos comprar los juegos de salida para que estos puedan tener secuelas? Si para los juegos pequeños y no (tanto) para los grandes sin saber a que nos enfrentamos. Los inversores buscan el máximo retorno, eso está claro, pero para ello está el marketing, gran aliada de las grandes compañías, capaces de provocar esas ventas de manera eficaz, por lo que la causa de no querer estrujar esa breva suele ser más tema de notas y mala fama en los usuarios. Para muestra, Days Gone: si cogemos, por tener números encima de la mesa, las cifras de lanzamiento del juego, podemos ver que Days Gone fue el juego más vendido de en su semana de lanzamiento en Reino Unido, el segundo más vendido de abril en Estados Unidos (decimonoveno en el año y colocándolo como el séptimo mejor lanzamiento en su momento jamás realizado por Sony) y vendiendo más copias que God of War y Horizon Zero Dawn el día de estreno en países como Japón. Si un juego no tiene beneficios suficientes para continuar esto suele ser cosa de indies o productos más modestos, ya sea por culpa de la publicidad o de la calidad del título (generalmente más por la primera), sin embargo en un videojuego de alto presupuesto como este, lo siento mucho John Garvin, la culpa es de Sony.

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Es suya por no confiar en sus franquicias y ver páginas como Metacritic como si fueran escrituras sagradas y mapas a huevos de oro. Y quizá también de Sony Bend por no haber podido sacar un mejor producto y por eso se está culpando a los usuarios, pero como no sabemos que hubo durante el desarrollo, esto es más que nada una conjetura sin fundamento, un pensamiento que ronda mi cabeza. Porque sin lugar a dudas John Garvin ama su juego, ama lo que han creado y está dolido por tener que trabajar en IPs ajenas por contrato, pero lo que es inexcusable es culpar a la gente de no comprar el juego a precio completo cuando Days Gone fue de los mejores lanzamientos de Sony jamás realizados. Entones, ¿debemos pagar a ciegas un juego nuevo de una macrocompañía para apoyarlo solo en base a trailers? Yo, por lo menos, no lo creo. Para eso están la prensa y el marketing: para crearnos una necesidad y darnos la confianza de que este producto va a merecer la pena, que la inversión de mi dinero en horas de diversión y apoyo a una empresas no va a ser en vano. Ahí es cuando el precio que pagamos puede ser el completo, siempre que nuestras circunstancias lo permitan. Porque por no jugar a un videojuego de salida no vamos a morirnos de hambre precisamente..