La originalidad es básica para el crecimiento del sector
Acabada la década (o aún falta un año, no me voy a meter en el debate), las listas han plagado Internet. Mejores juegos de la década, canciones más escuchadas de la década en Spotify o incluso “los multimillonarios que más ganaron en la década”, donde encontramos alguno ya metido en el mundo de los videojuegos. Recientemente, NPD desvelaba los juegos más vendidos de la década en Estados Unidos. Grand Theft Auto V, Call of Duty: Black Ops, Call of Duty: Black Ops 2 (y así hasta 7 de la saga), Red Dead Redemption 2 y Minecraft. La mayoría de títulos pertenecen a sagas consagradas en el mercado que siempre han mantenido su esquema jugable intacto. De acuerdo, también han incorporado novedades, pero nunca han sido las bases de estos juegos. Así, la falta de innovación ha aparecido. Las nuevas IP pueden ser una solución.
Me encantan muchísimas sagas. De forma regular compro FIFA y siempre espero con ganas el nuevo Mario Kart. Estas obras deben existir en la industria, ya que disponen de calidad y nos hacen disfrutar mucho. Pero también es cierto que a veces toca salir de la zona de confort. Las nuevas IP son proyectos originales basados en ideas nuevas. Y como toda novedad, cuesta que sea aceptada por la sociedad. Son desarrollos que comportan una inversión arriesgada porque su éxito no está garantizado, algo que con una saga establecida es más fácil. Hay ejemplos de fracasos como ZombiU, aquel survival horror de Wii U. Uno de los pocos juegos basados al completo en el Gamepad, el cual también destacaba por su enfoque de la muerte. Si un zombi te pillaba, te convertías en uno de ellos y perdías tu equipamiento hasta que no acababas con la criatura.
Con ZombiU el descalabro vino sobre todo ligado con la situación de Wii U, es decir, el mercado fue determinante. Un lanzamiento conjunto con una consola siempre es complicado, aunque también supone una oportunidad. Al no haber casi competencia de software, despuntar con una nueva idea es más fácil. No obstante, Nintendo había promocionado nefastamente su producto. Mucha gente no sabía qué era Wii U, no se habían explicado sus bondades e incluso algunos pensaban que era un periférico (el nombre elegido no ayudaba). Con todo ello, el éxito de ZombiU no sucedió. La causa del fracaso, a parte del paradigma del mercado, seguramente tuvo que ver con el hecho de ser una nueva IP. No había una gran marca detrás y por si fuera poco la idea era novedosa, como Wii U. Requería de una explicación detallada que no se llevó a cabo.
ZombiU no sería la única nueva IP de Wii U. Con un parque de consolas más grande, llegó Splatoon. La historia fue diferente y el juego fue un éxito en ventas que dio inicio a una saga. Hasta sus personajes aparecen en Super Smash Bros, una indicación de que te has convertido en un referente en el sector. ¿Por qué triunfó Splatoon y no ZombiU? No existe una fórmula exacta. Influyó que el mercado estaba más asentado. Que la marca, pese a ser nueva, contaba con el apoyo de un líder de masas como Nintendo. Además, la idea estaba más trabajada que en el exclusivo de Ubisoft. El resultado fue un juego genial. Pintar para acabar con los enemigos y para ganar territorio era una delicia. Una propuesta original desde la propia jugabilidad hasta el diseño de personajes o la música. Una aproximación distinta a los shooters.
Splatoon nos regaló un producto fresco. Un ejemplo del poder de las nuevas IP para generar propuestas originales. Una innovación que se da en todos los géneros. Celeste es otro representante. Su diseño de niveles hace que cada fase sea diferente. A diferencia de otros plataformas, la obra de Matt Makes Games plantea una dificultad alta. Las muertes son constantes y aun así no son frustrantes para el jugador. Incluso incorpora un argumento más trabajado que la media del género con una historia que hace reflexionar al jugador. Todas estas premisas son difíciles de ver en las sagas más importantes debido a la popularidad que tienen sus sistemas tradicionales. Por ello son tan relevantes las nuevas IP, porque enriquecen al videojuego con la creación de nuevos estándares. Y lo hacen en todos los géneros, sea un plataformas, un shooter o un survival horror.
Más nuevas IP, por favor
La importancia de las nuevas propiedades intelectuales siempre ha estado presente en los videojuegos. En la época de Playstation 2, Gamecube, Xbox, Shenmue presentó en Dreamcast algunas de las premisas de los actuales juegos mundo abierto. La misma SEGA ya había innovado más atrás en el tiempo con el primer Sonic, un plataformas basado en la velocidad en contraposición a Super Mario Bros. Así hemos ido avanzando hasta las generaciones más recientes donde hemos visto nacer estilos de juegos predominantes. Si a Ubisoft le salió mal con ZombiU, con Assassin’s Creed fue todo lo contrario. Ahora convertida en saga, en su día la aventura de Altaïr trajo consigo elementos tan conocidos como las atalayas. Todos estos hechos han ido conformando el panorama actual. Con vistas a la siguiente generación toca pedir más nuevas IP. No por capricho, sino por tal de hacer crecer al videojuego.