Anuncio de la fecha de lanzamiento, plataformas y edición coleccionista para dar un golpe [de martillo] en la mesa
El hype, la emoción que se guarda esperando una noticia en concreto la cual confiamos que más pronto que tarde se confirme y salga a la luz, un sentimiento que muchas veces deja pozos de decepción al poner las expectativas demasiado altas, pues al fin y al cabo el hype son las expectativas generadas que cada uno de nosotros tenemos. Lo vivido a lo largo de estos años con Silksong y con Elden Ring sufren de esto, de unas expectativas por un supuesto lanzamiento que, de llegar, lo hará cuando deba y no cuando nosotros queramos o creamos. Este es el pan del día a día en la industria del videojuego, y es algo con lo que nos vemos obligados a lidiar cada muy poco tiempo, como cuando comenzaron los rumores sobre la nueva entrega de God of War, God of War: Ragnarok, y que ahora se han visto materializadas en una fecha de lanzamiento, consolas donde saldrá y ediciones coleccionistas, pero para sorpresa de nadie, nunca llueve a gusto de todos.
Siempre tiene que haber un pero, aunque este es insignificante si en vez de lanzarnos al ataque meditamos un poco sobre por qué una cosa u otra nos genera problemas tan grandes como para empezar campañas de boicot, por decir algo. God of War: Ragnarok ya tiene fecha de lanzamiento, que no es ni más ni menos que el 9 de noviembre de este año, cumpliendo el plazo inicial mostrado cuando se anunció el juego en cuestión. Junto al lanzamiento del juego base se añadirán las ediciones coleccionistas pertinentes, que incluyen entre otras cosas una réplica del martillo de Thor, sobre quien girará parte de la historia de esta nueva entrega como vimos anteriormente. Sin embargo, no todos es perfecto, pues estas ediciones, a pesar de ser las más caras, traerán steelbooks vacíos, sin rastro del disco con el juego dentro.
Todo apunta a que esta decisión se toma debido a la unificación en una sola edición tanto del juego en PS4 como en PS5, ya que sí que nos traerá un código donde reclamar el juego para una plataforma u otra (aunque con cuidado pues si nos decantamos por la versión de PS4, si luego queremos pasar a la de nueva generación deberemos de pagar 10€ extra siguiendo la deleznable política de PlayStation al respecto). Tras esto no tardaron en salir las críticas por parte de los fans del formato físico, pues que no incluyan el juego en cuestión puede parecer una decisión cuanto menos desastrosa desde su punto de vista, y aunque llevan cierta razón, pues el valor de este formato es innegable, también debemos de saber que el formato físico tiene caducidad, algo que cuanto antes admitamos menos daño nos hará.
En un momento de celebración para los seguidores de la saga, pues God of War: Ragnarok por fin tiene una fecha de salida que no está tan alejada como cabría de esperar con las olas de retrasos comunes en la industria, parece que no somos capaces de terminar de alegrarnos por ello: siempre hay algún pero que estropea la acción en cuestión y echa por abajo el buen humor de más de uno. De todas maneras, no debemos de olvidar que, al fin y al cabo, las ediciones coleccionistas son compradas por una minoría, y que el resto de jugadores no tenemos por qué enfadarnos, sobre todo teniendo en cuenta que el juego llegará tanto para la nueva como para la antigua generación, una batalla que, como jugador de PlayStation 4, esperaba perdida y me ha alegrado bastante, un título más al que podré acceder sin tener que pasar por la altísima barrera de agenciarme una nueva consola.