El servicio de Microsoft sigue en forma
¿A cuántas plataformas audiovisuales estáis suscritos? Yo por lo menos pago tres mensualidades entre unas y otras. Hace unos años no concebía ver una película sin el DVD, o escuchar música sin el CD correspondiente. Cada vez más poseer uno de esos dispositivos físicos me resulta extraño, incómodo e incluso exclusivo. Pocas son las películas o series que consumo fuera de los soportes digitales. Por el contrario, en el terreno de los videojuegos me siento reticente al cambio. Aún deseo tener mi cajita con su disco o cartucho dentro. Ese ancestral ritual de cambiar de un juego a otro, buscando qué jugar en mi librería física, es difícilmente reemplazable. Al menos eso creía.
Es cierto que el salto a esta nueva forma de consumo me ha llevado un poco más de tiempo que en otros medios audiovisuales ―donde muchos de nosotros ya hemos abrazado este modelo―. La realidad es que no hay por qué temer al cambio. Sin duda esto es algo de lo que se han dado cuenta los jugadores, pues el éxito del Game Pass parece no conocer límites. O eso se pensaba.
Si algo he aprendido en la carrera de Periodismo es que la negatividad vende. Una noticia sobre las pérdidas de una empresa multimillonaria es mucho más jugosa que aquella que puntualiza sus ganancias. Como buenos periodistas, ayer los medios de comunicación de videojuegos se lanzaron a publicar noticias alarmistas acerca de los objetivos incumplidos del Game Pass. La comidilla fue que el crecimiento de suscriptores del Game Pass no ha cumplido con las expectativas de Microsoft. La compañía estadounidense esperaba un incremento del 48% de usuarios desde el 30 de junio de 2020 a la misma fecha de 2021. La cifra conseguida se reduce a un incremento de «solo» un 37%. Por los titulares parecía un auténtico descalabro.
La realidad es que, a pesar de no haber cumplido con las expectativas de rendimiento esperadas, el Game Pass puede presumir de tener una base tremendamente amplia de suscriptores. La última cifra oficial se dio a comienzos de año, y situaba el número de jugadores en 18 millones. El pasado septiembre Strauss Zelnick, director ejecutivo de Take-Two, comentó en una entrevista junto a Phil Spencer que el servicio había alcanzado los 30 millones de abonados. Aunque Spencer no respaldó dicha afirmación, el incremento del 37% de suscriptores abre la puerta a que el servicio haya sobrepasado con holgura, al menos, los 20 millones.
Dejando números a un lado, lo cierto es que el Game Pass goza de una salud ―al menos en lo que se refiere a contenido― envidiable. ¡Ya me gustaría que algunas plataformas de series y películas tuvieran un catálogo tan interesante y de calidad como el del Game Pass! Si recientemente se añadían títulos como Psychonauts 2 o Microsoft Flight Simulator, en las próximas semanas estará disponibles otros como Age of Empires 4, Forza Horizon 5, y Halo Infinite. Desde luego a los abonados no les faltarán títulos de gran calado a los que echarles unas cuantas horas.
Siempre es de agradecer que las compañías hablen de números. En el caso del Game Pass, Microsoft se ha mostrado reticente durante los últimos meses a la hora de proporcionar dicha información. Estos datos son cruciales para radiografiar la salud de este servicio, punta de lanza de una rama de la industria de los videojuegos que, presumiblemente, cambiará el paradigma del sector en los próximos años. Game Pass parece que va por el camino correcto, ofreciendo títulos de primer orden y tratando de mantener a sus suscriptores con otros tantos de gran calidad. Puede que los números no acompañen ―o quizá solo haya sido una sobredosis de optimismo―; pero lo que sí es cierto es que poco a poco el Game Pass está convenciendo a cada vez más gente, estableciéndose como una alternativa factible a la compra tradicional de videojuegos.