La falta de ilusión empieza a cansar
Poco a poco se nos va acabando este verano tan atípico en todos los sentidos que hemos vivido. Pandemias, cancelaciones de eventos, retrasos,… Todo lo que podría haber pasado ha acabado ocurriendo, y la actualidad del videojuego como es obvio también se ha visto resentida. La primera baja importante fue la de un E3 que se vio completamente destinado al olvido, sin contar ni si quiera con un evento digital propio para dar a conocer las noticias y anuncios que nos tienen acostumbrados desde Los Ángeles. A raíz de ello, se intentó aglutinar todos los eventos que iban a tener lugar durante estos acalorados meses bajo el Summer Game Fest de Geoff Keighley , sin mucho éxito. Al final, cada empresa o desarrolladora ha ido siguiendo sus propios planes, y no hemos acabado teniendo ningún evento en particular que pudiera englobar todas las novedades de la nueva generación de consolas. La ilusión de estas fechas se ha transformado en desconocimiento y poca información por parte de las compañías. Al final del día hemos tenido un verano de videojuego atípico, como la propia situación actual del mundo obliga.
Durante estas últimas semanas se ha estado rumoreando mucho sobra la posibilidad de que tanto Sony como Microsoft tendrían entre manos un nuevo evento para dar más detalles sobre sus consolas antes de que acabe agosto -algo lógico teniendo en cuenta las fechas en las que estamos y seguimos sin conocer precios-. Sin embargo, hoy a día 24 y apenas unas semana de que acabe el mes ninguna de las dos ha anunciado nada, por lo que es de esperar que volvamos, de nuevo, a tener unos días tranquilos. Al menos de primeras. Ya que este mismo jueves 27 dará comienzo la gamescom 2020, o al menos los preparativos en los que los alemanes han trabajado para no cancelar por completo el evento debido al COVID-19. Ese día a las 20:00 hora española dará comienzo el clásico Opening Night Live de la gamescom con el ya mencionado Geoff Keighley presentándolo. De momento se ha confirmado que la transmisión en directo durará alrededor de dos horas, durante las que podremos disfrutar de hasta treinta y ocho anuncios relacionados con los videojuegos, aunque en su mayoría serán de títulos ya anunciados. Pero ahora la verdadera pregunta: ¿podemos esperar algo realmente interesante de ella?
A few things on #OpeningNightLive for Thursday:
– Show is LIVE from a studio in Los Angeles. We're being very careful, no live audience.
– Currently 38 games in the show from 18 different publishers.
– Expected run time: 2 hours.
More to share in coming days!
— Geoff Keighley 🔜 Opening Night Live (@geoffkeighley) August 23, 2020
Lo cierto es que la gamescom siempre ha sido un evento donde se han sucedido anuncios de relativa importancia durante estos últimos años, de ahí la relevancia que ha ido ganando hasta el día de hoy. Es por ello normal ilusionarse, aunque sea sólo un poco, de cara a lo que puedan presentar, pero viendo el panorama que hemos estado viviendo durante este verano, mejor ser precavidos y no venirse muy arriba, que luego vienen las decepciones. El bueno de Geoff siempre ha sabido elevar a cotas estratosféricas el hype de los eventos que ha presentado, para finalmente no ser ni la mitad de lo que estaba intentando vender -The Game Awards te miro a ti-. La cosa es que para esta ocasión ni si quiera se le está dando demasiada bola al evento, confirmando sólo de momento que veremos más de la expansión de DOOM Eternal y de la segunda temporada de Fall Guys, dejando además claro que apenas veremos anuncios de nuevos lanzamiento.
Es lógico pensar, por ello, sin menospreciar en ningún momento estos videojuegos, obviamente, que no vaya a haber grandes bombazos durante la noche del jueves. Quizás acaben sorprendiendo con un evento cargado de sorpresas -por favor Elden Ring haz ya acto de presencia-, pero con el panorama de poca ilusión que está teniendo a su alrededor, quizás no sea buena idea esperar otra cosa que no sea un evento más para ver de fondo mientras te tomas algo. Se suele decir que las cosas vienen cuando menos te lo esperas, pero cuando has llegado al punto en el que no esperas absolutamente nada, es excesivamente difícil que algo te acabe sorprendiendo, o al menos ilusionando.