Crónicas de un desinterés anunciado
Si echamos un breve vistazo a la trayectoria de Konami, sin prestar demasiada atención, podríamos concluir que la compañía nipona lleva años prácticamente en silencio. Si miramos un poco más de cerca, sin embargo, descubriremos que simplemente, tal vez, hemos dejado de hablar el mismo idioma. La que fuera la casa de grandes figuras de la industria como Koji Igarashi o Hideo Kojima, y aún poseedora de los derechos sobre sagas tan inolvidables como Silent Hill, Castlevania o Metal Gear sigue produciendo productos anuales, especialmente enfocados a plataformas móviles y arcade, pero su interés por la producción de títulos triple A de calidad para consolas pareció esfumarse definitivamente durante el desarrollo del criticado Metal Gear Survive (Konami, 2018), el primer juego de la saga sin su creador (con permiso de la olvidada secuela-no-autorizada del primer Metal Gear, Snake’s Revenge, lanzado allá por 1990 para Nintendo Entertainment System).
Esta sequía de nuevos títulos, sin embargo, no ha hecho sino acrecentar las ganas de los fans de las mencionadas sagas, que en muchas ocasiones se han aferrado a un clavo ardiendo creyendo fervientemente diversos rumores e informaciones que finalmente no llegarían a ninguna parte sino a la nada. El último chasco vino de la mano de Abandoned, ese juego desarrollado por la enigmática BlueBox aún envuelto en un halo de misterio, y que muchos ansiaban que acabase revelándose como un nuevo Metal Gear o incluso un Silent Hill dirigido por el mismísimo Kojima. Apenas un par de meses después de estos sucesos, el medio VGC hacía públicas una serie de informaciones de origen anónimo, que apuntaban, de nuevo, a que Konami estaría preparando el soñado regreso de varias de sus sagas – y es que, según estas fuentes, un “Castlevania reimaginado”, el remake de Metal Gear Solid 3: Snake Eater y varios títulos enmarcados en el universo Silent Hill estarían actualmente en desarrollo. Así mismo, en el mismo informe se revelaban las intenciones de Konami de desarrollar nuevos títulos de la saga Metal Gear para consolas de última generación. Como era de esperar, estos rumores avivaron de nuevo la llama del hype en los fans, quienes vuelven a albergar esperanza en el regreso de sus sagas favoritas. Sin embargo, ¿podemos realmente confiar en que estas sean las intenciones reales de Konami?
La pérdida de interés de Konami en el desarrollo de una pièce bien faite es, objetivamente, la crónica de una muerte anunciada. Y es que solo tenemos que remitirnos al sonado anuncio de aquel ¿remake? de Metal Gear Solid 3 para máquinas pachinko para atisbar posiblemente la más evidente declaración de intenciones por parte de la compañía de explotar el nombre de sus buques insignia sin invertir el esfuerzo en desarrollar productos de una calidad siquiera similar a sus antecesores. Esto se vio además, agravado por diferentes conflictos internos y la fuga de talentos que ha ido sufriendo la compañía a lo largo de los años, como la salida de Koji Igarashi en 2014 o la sonada emancipación de Hideo Kojima hacia el final del desarrollo de la quinta, y, hasta hoy, última entrega numerada de la saga Metal Gear. Este desinterés se ha extendido incluso a sagas con un menor peso a nivel artístico / narrativo: sin ir más lejos, el que debiera haber sido el culmen y final de la saga Pro Evolution Soccer (ahora simplemente eFootball) ha sufrido un lanzamiento bastante pobre, con pocos equipos y numerosos bugs, convirtiéndose así en un mero vehículo para subirse al mercado de los juegos por servicio – aunque, eso sí, con promesas de nuevo contenido a lo largo del próximo año. Todo esto nos deja con una empresa que parece en tierra de nadie, casi desvinculada de la que otrora fue su actividad principal, pero que, sin embargo, en ningún momento ha dejado de ser rentable.
Tal vez, como ya se mencionaba en las primeras líneas, hayamos dejado de emplear el mismo lenguaje, o tal vez tan solo sea una cuestión de tiempo que está durando más de la cuenta, pero desde luego, casi pareciera que, como ya rezaba el titulo del vídeo recientemente publicado por Diego Pazos para Eurogamer, a Konami ya no le interesasen los videojuegos.