Esta no es una expedición...
Iron Lung, como todo juego narrativo de David Szymanski, nos pone en una situación increíblemente original e interesante que, a cambio, nos pide usar mucho nuestra imaginación para rellenar los espacios en blanco dentro de la narrativa. No porque la historia no esté presente o porque use el ya más que trillado tropo del protagonista amnésico que no recuerda el contexto bajo el que se encuentra y tengamos que ir develándolo poco a poco, sino más bien que la historia se presenta de forma meticulosa y con un ritmo brillante para ir dejando saber lo justo y necesario para mantenernos interesados e intrigados al mismo tiempo en partes iguales.
En esta ocasión, nos encontramos en un pequeño submarino venido a menos navegando las profundidades de un océano de sangre en una luna que no es la nuestra, pues tras un evento que fue nombrado por sus supervivientes como El Rapto Silencioso, todos los planetas conocidos por el hombre, incluyendo la Tierra, desaparecieron, dejando como únicos sobrevivientes a quienes estuviesen en naves espaciales o en algún satélite, como en el que nos encontramos. Los océanos de sangre no son algo insólito en este universo alternativo, pero tampoco son un evento del que se conozca mucho y, tras la aparición de un tercer océano en la luna en la que nos encontrábamos reclusos por un crimen indeterminado, será nuestra obligación investigar distintos puntos de este océano y sacar fotografías de lo que hallemos, mandándolas a quienes sean que nos mandaron -algo que tampoco queda del todo claro- y, a cambio, y si logramos sobrevivir, se nos concederá la libertad.
Una premisa única aprovechada al máximo
Hace poco hablé sobre Martha is Dead y lo mucho que lamentaba que una premisa tan interesante como la que nos presentaba Wired Studios no lograra aprovechar su máximo potencial al no saber como unir todos los elementos con los que malabareaba, que, a la vez, eran demasiados para la experiencia del estudio. Iron Lung, sin embargo, es todo lo contrario. David Szymanski es un autor ya curtido tanto en los juegos de terror narrativos (The Music Machine, The Moon Sliver, Dread X Collection) como en otros géneros (Dusk, un boomer shooter de estilo noventero) y su experiencia se deja notar una vez más en esta entrega. Solo haciendo uso de una mecánica principal, la cual será navegar a través del océano de sangre, calibrando el desplazamiento vertical y horizontal, usando un mapa con coordenadas y detalles sobre las paredes oceánicas que deberemos evitar a toda costa que, si bien en un comienzo puede parecer muy poca información o un diseño algo obtuso, no lo es para nada, resultando en una experiencia muy intuitiva y que, una vez ya manejemos la navegación, nos permitirá concentrarnos en otras cosas.
Y es que el hecho de que todo el juego transcurra dentro del pequeño y oxidado submarino no significa que el juego será monótono, pues tendremos que ocuparnos de varios eventos que irán ocurriendo a medida que progresemos, tendremos que sacar las fotografías y, solo para no spoilear nada más sobre el juego, me limitaré a decir que nos ocuparemos de varios asuntos que irán surgiendo a través de la corta experiencia. Y con corta, me refiero a setenta y cinco minutos en mi primera partida, sesenta quizás para alguien que capte más rápido el sistema de navegación y no choque tantas veces contra objetos que aparecerán en el radar como yo, torpemente. Ahí cada quien decidirá si una hora de juego es muy poco para sacar la billetera. A mí, por lo menos, no me puede agradar más la idea de una experiencia de terror bien llevada que se pueda completar de una sentada, sin nada que rompa la inmersión entre medio.
Dicho todo esto, no puedo sino recomendar encarecidamente este juego tanto a fans como no fans del terror. No es un juego que produzca miedo de la misma forma que Amnesia o Resident Evil VII. Iron Lung apunta más bien a generar una sensación de incomodidad e incluso de urgencia en sus últimos compases. El no saber nada de lo que ocurre en el exterior más allá de lo que nos dice el radar que encenderá luces parpadeantes cada vez que estemos cerca de algún objeto no hace sino aumentar la intriga. ¿Estamos cerca de una pared oceánica o de algo más? La respuesta nunca será sencilla y es por esto que el juego funciona tan bien como lo hace. Felicitaciones David Szymanski, lo volviste a hacer. Sin duda lo considero todo un auteur en un medio que necesita desesperadamente de ellos.
… ¿o sí lo es?
Poco más me queda decir sobre Iron Lung aparte de lo más tradicional para una crítica. El apartado visual transmite una sensación de otroriedad a través de su estilo low poly y texturas pixeladas que recuerdan a la época dorada de PSX; el diseño audiovisual nos sumerge en la experiencia, haciéndonos sentir la presión del océano sobre la insignificante lata metálica en la que nos encontramos atrapados y en las posibles amenazas que acechen en el exterior. Cada elemento mecánico, cada asset del juego y cada minuto es aprovechado al máximo para conseguir un fin específico que quizás pueda gustar más o menos, pero que a mí sin duda me ha encantado.
Esta crítica ha sido realizada con un código para PC cedida por David Szymanski.