El desarrollo independiente está más vivo que nunca
En pocos lugares me he sentido tan a gusto como en el IndieDevDay, y puedo decir con toda seguridad que posiblemente este sea el mejor evento relacionado con el mundo de los videojuegos a nivel nacional, y no descartaría que estuviese entre los mejores a nivel internacional. Que mi fanatismo no empañe esta crónica, pues no es mi intención, pero considero de vital importancia poner las cartas sobre la mesa y dejar claro, desde el principio, que lo que se monta en este evento no tiene nada que envidiar a las grandes convenciones en ninguna de las facetas, desde los juegos a probar hasta las conferencias, pasando por el ambiente general y lo más importante, el público. Obviamente no se puede generalizar, y al final al meter a todos en el mismo saco puede llevar a confusión, pero aseguro que lo vivido allí comunitariamente es una de las mejores experiencias del año, y es mi deber intentar expresar mediante las palabras más adecuadas todo lo que pude experimentar en el último IndieDevDay celebrado en Barcelona.
No sé si es un detalle a tener en cuenta, pero esta es la primera vez que pude ir y descubrir Barcelona como se debe, y tal vez con ese ansia de conocimiento llegué al evento con unas ganas mucho mayores de las esperadas, o simplemente tenía ganas de disfrutar por fin de un evento presencial en un entorno que me intuía amigable, y que no sabía cuánto lo iba a llegar a ser. El edificio elegido tenía dos principales puntos, uno claramente positivo, el otro tal vez no tanto. El primero es la propia historia del edificio en cuestión, el Centro Cívico Cocheras de Sants, envuelto en historia y acción social como podíamos intuir en los folletos y actividades que se realizan en dicho lugar, las cuales van desde maratones de cine temáticos hasta charlas de lo más variopintas, pasando por este evento. El punto negativo, y el cual no llega a empañar la experiencia completa, es el espacio. A pesar de ser uno (por no decir el mayor) de los centros cívicos más grandes de España, con multitud de alas y espacios, por suerte o por desgracia se quedó pequeño para esta nueva edición de IndieDevDay, o por lo menos así fue el sábado, día de la apertura, y momento en el que la cola para entrar al evento no tenía final definido. La disposición era correcta, intentando aprovechar todo el espacio posible en la sala principal, donde se disponían tres filas de mesas con juegos por ambos lados, razón por la cual la cantidad de títulos a probar era increíblemente grande, y que me alegra enormemente, pues ver en un mismo espacio tantos proyectos independientes es algo maravilloso para los tiempos que corren. Y como he mencionado, el único problema de primeras fue el agobio sufrido durante el sábado, pues toda esta zona estaba prácticamente llena, tanto de gente charlando tranquilamente como de aquellos que probaban los títulos o hacían cola con ese objetivo, lo cual no es malo, pero que tal vez se deba de tener en cuenta a la hora de buscar cosas a mejorar para la próxima edición. Esto que menciono como un punto negativo, el domingo se evaporó completamente, pues a pesar de existir colas y gente por todos lados no se llegó a sentirse colapsado, y se podía disfrutar de manera muy tranquila del evento, dando pie a una interacción mayor y más distendida con los estudios de desarrollo presente, una de las mejores actividades sin duda alguna.
Cuando acudimos a este tipo de eventos cabría esperar, sobre todo si somos ajenos a la escena, que fuese nada más ni nada menos que un festival de demos como el de Steam pero en físico, nada más lejos de la realidad. No es mi primera vez en un evento de un calibre similar a este, pues llegué a asistir al IndieMad que se celebró en 2018 en Madrid, y ya recibí este tipo de energía que emanan estos eventos tan familiares. Sí que es cierto que de primeras me daba miedo, pues en mi primera vez fui solo, y acercarme a las mesas donde estaban los desarrolladores con sus juegos para probarlo me daba algo del vértigo, y aunque como he dicho no soy novicio, volvió a aflorar la vergüenza, aunque a las primeras de cambio desapareció, como siempre tuvo que ser. Estas ferias son la unión perfecta de diferentes acercamientos a la industria del videojuego, el nexo donde se conectan desarrolladores, prensa y consumidores, pero resultando en una mezcla homogénea donde confluyen todos los mundos, donde las relaciones no se sienten obligadas y todo surge, un flujo de feedback por todos lados, desde el descubrimiento por parte del público de títulos interesantes hasta la solución de bugs o posibles cambios a implementar tras ver la respuesta de los jugadores, estando la prensa como un observador de todos estos procesos y aprendiendo también. En este IndieDevDay he asistido un poco como estos dos perfiles, tanto de jugador que quiere probar aquellos títulos que tenía en la lista de deseados desde hace bastante tiempo, como de alguien en el mundo de la prensa del videojuego que quiere aprender y descubrir de primera mano, y ya no solo de lo que se puede ver en la zona de demos, pues también me he encontrado un plantel de charlas la mar de interesantes, sobre todo para aquellos desarrolladores independientes que tuviesen dudas o ganas de aprender sobre algo concreto, contando con auténticos expertos de la materia.
Estas charlas cubrían un amplio abanico de situaciones en las que los estudios de desarrollo independientes o los desarrolladores en particular se pueden encontrar, como puede ser por ejemplo el lanzamiento de un Kickstarter, su preparación, cómo enfocarlo, y principalmente cómo llevarlo a cabo, y en este caso el ponente no era ni más ni menos que mi querido Israel Mallén, del publisher Catness Games, una charla en la que explicó cuál fue el procedimiento a seguir para lograr el éxito en el Kickstarter de Chronicles of 2 Heroes, tanto desde su concepción hasta el lanzamiento del mismo. Otra a la que pude acudir trataba el tema del game feel de la mano de Manuel Bolaños, la importancia de su implantación y también los problemas derivados de utilizarlo en demasiada cantidad, todo de manera muy interactiva llevando un juego que evolucionaba con los cambios que iba enumerando. Pero no todo en el IndieDevDay estaba enfocado al desarrollo de videojuegos, pues pudimos conocer de primera mano proyectos tan importantes como Fempowerup, una incubadora con perspectiva de género que tiene bajo su ala juegos muy a tener en cuenta, propuestas de vital importancia en un entorno que normalmente es hostil hacia estos movimientos. También pudimos encontrar mesas tan peculiares e interesantes como la dirigida por Deborah, donde se hablaba sobre la comunicación entre los estudios independientes y la prensa, una relación que en muchas ocasiones falla o directamente ni existe, y lo importante que es trabajar por ambas partes para lograr algo tan bonito como es el resultado final.
Poner cara a las personas que están detrás del futuro de la industria de videojuegos independientes de España
Todo en esta última edición del IndieDevDay me parece a destacar: unos estudios que han dado lo mejor de sí para mostrarnos sus propuestas, y que por nombrar a unos cuantos menciono a los nuevos juegos de Chibig, Curse of the Sea Rats, Roguedice, El Gancho, AK-xolotl, The Knight Witch, Manitas Kitchen o Through Kippy’s Eye, unas charlas interesantes independientemente del lugar desde al que te aproximes a la industria del videojuego, y una organización que puedo imaginarme sobrepasada por la gran cantidad de gente presente el sábado, que de seguro que contará con solución para la próxima entrega, y que aún así lanzó propuestas tan interesantes como un álbum de cromos con todas las demos que pudimos encontrar y cuyos cromos conseguías jugando a dichos títulos, haciendo más llamativo el darle una oportunidad a las demos presentes. Desde aquí dar la enhorabuena al equipo organizativo del IndieDevDay por volver a dar voz a los estudios independientes, y por intentar atraer a tanta gente para que conozcan este mundillo que tantas alegrías da y que invita a poner cara a las personas que están detrás del futuro de la industria de videojuegos independientes de España, tanto por parte de los desarrolladores como de la prensa, que no es baladí.