El infierno puede ser un paraíso
El infierno nunca había sido tan bonito, y es que lo primero que llama la atención del exitoso roguelike de Supergiant Games es su colorido y hermoso apartado visual y artístico. Hades aterriza ahora en PlayStation 5, para traer las aventuras de Zagreo a la nueva generación, y desde Hyper Hype solo podemos recomendaros que lo juguéis, sea en la plataforma que sea. Hades es todo un acierto del género que sabe combinar sus mecánicas de la mejor manera y ejecutar ideas ya vistas de manera equilibrada y refrescante, y aunque ya se ha hablado largo y tendido de Hades, vamos a contarte algunas cosas sobre él por si no lo conoces todavía.
Hades nos pone en la piel de Zagreo, el hijo del señor del inframundo de la mitología griega, que luchará por conseguir abandonar el infierno dónde ha vivido toda su vida. Esta premisa, inicialmente simple, ira tomando tono a medida que avanzamos, y se integra a la perfección con las mecánicas propuestas para el desarrollo del juego. Al igual que ocurre en Returnal, otro título del mismo género, Hades destaca (entre otras cosas) por la originalidad y naturalidad con la que se integran mecánicas y trasfondo argumental para que se sientan perfectamente cohesionados y justificados.
La mecánica base de los roguelike, el ensayo y error, se cimenta en Hades sobre el pretexto de la imposibilidad de abandonar el infierno en la mitología griega. No podemos morir realmente si ya estamos en la tierra de los muertos, ¿verdad? Zagreo no ha conocido el mundo de los vivos, y para él la muerte es solo una vuelta a casa. La otra gran característica del género, la “aleatoriedad” en la generación de sus estancias, se argumenta en las apabullantes dimensiones del inframundo y su naturaleza cambiante. De esta forma, Hades logra esa distintiva cohesión por la que un título no presenta fisuras disonantes entre su premisa argumental o narrativa y sus mecánicas.
Con el objetivo de lograr abandonar los dominios de su padre, Zagreo nos hace de guía turístico en un infierno dividido en cuatro niveles principales, además de algunas zonas opcionales y/o secretas. Cada una de esta zona tendrá enemigos temáticos y su propio jefe final, y como es habitual en el género, cada vez que muramos tendremos que repetir todo el camino, sin importar cuánto hayamos avanzado. A priori esto puede sonar frustrante y desesperante, una característica que obliga al jugador a desarrollar unas habilidades demasiado elevadas, pero Supergiant ha dado en el clavo en cuanto a equilibrio entre dificultad y progresión de personaje. Como os explico en otro de nuestros artículos, el sistema de progresión de Hades es algo más benevolente que los que hemos visto en otros títulos roguelike, como el propio Returnal, por ejemplo. Como si fuera una alegoría del favor del que goza Zagreo por ser hijo del mismísimo Hades, el juego nos permite conservar varias de las mejoras y objetos que obtenemos a lo largo del juego, dejando una parte de la dificultad reposar sobre la aleatoriedad de los recursos que encontremos y la otra parte en la constancia; cuantos más intentos hagamos más fuertes seremos, y más fácil será el desafío.
Decía al principio de este análisis que el apartado artístico y visual de Hades es una de las piezas que más juega a su favor, y así me lo pareció, junto al ya citado equilibrio en la curva de dificultad. El infierno de la obra de Supergiant está escenificado y reflejado a través de un colorido estilo de dibujo a mano, emulando el aspecto gráfico de un cómic. Cada uno de los niveles está dominado por una paleta de colores distintiva, y que hace de los escenarios y decorados uno de los mayores atractivos del juego para destacar y llamar la atención del jugador. Desde la profundidad del Tártaro, dominada por tonos verdes ácidos y grises, hasta los Elíseos, con suaves tonos pastel de verde, blanco y púrpura, entre otros entornos muy distintos. La exquisitez en lo visual se extiende al aspecto de los personajes, especialmente en las ilustraciones que aparecen en pantalla cada vez que dialogamos con ellos, que gozan de un nivel de detalle y personalidad muy por encima de la mediocridad. En las animaciones de los personajes in game el estilo de dibujo se combina con el 3D para generar un modelado de estilo similar al cel-shading, que integra ambos estilos de animación. En definitiva, Hades es una delicia visual, y este ha sido uno de los elementos que me cautivó a primera vista y me “enganchó” para luego descubrir el resto de sus bondades.
Sin embargo, su maravilloso aspecto visual no es lo único destacable en el carismático panteón de dioses que intervienen en Hades, sino que el carácter y la variedad de estas deidades también tendrá impacto en la jugabilidad. Así como ocurre con los escenarios, los power-ups (que conforman la espina dorsal de las mecánicas de combate), son aleatorios. Su orden de aparición varía cada vez que nos internamos en el infierno, y están ligados a los distintos dioses. Cada dios que se nos aparezca nos ofrecerá dará a elegir entre tres potenciadores o poderes especiales, que se aplicaran a nuestros distintos ataques básicos o desbloquearan nuevas habilidades mágicas. De esta forma, podemos adquirir, por ejemplo, un talento pasivo de parte de Dioniso que aplica “resaca” a nuestros ataques, u otro por parte de Zeus que genera relámpagos con cada ataque a distancia, entre muchas otras. A su vez, repartidos por el mapa encontraremos distintos ítems que potenciarán estos poderes, o que nos permitirán acceder a nuevas armas o habilidades en nuestro siguiente paso por el hogar de Zagreo. Sin embargo, los poderes de los dioses no serán nuestros únicos aliados durante la aventura, sino que también podremos desbloquear distintas armas, cada una con sus combos y estilo de combate, para adaptarse a las habilidades y preferencias de cada jugador. Podremos empuñar espada, lanza o arco, entre otras, dependiendo de nuestro estilo de juego. Los combos de cada arma, por sí solos, no serán demasiado variados. Tendremos un ataque ligero, uno pesado, uno a distancia y un dash. Sin embargo, al combinarlos con las bendiciones de los dioses, se añadirán muchas posibilidades, y están serán diferentes en cada partida, por lo que podremos potenciar enormemente la frescura de cada intento, y no caer en la monotonía.
Por otro lado, acumularemos una “moneda de cambio”, que podremos canjear en la habitación de Zagreo a cambio de mejoras permanentes, como bendiciones que nos otorgan pequeñas cantidades de salud al completar una sala o un objeto que nos resucitará una vez por nivel. Más allá de las mejoras permanentes, también podremos comprar objetos temporales en las tiendas del barquero de los muertos, Caronte. Estas se comprarán con una moneda que tendremos que consumir en cada partida, pues las perderemos al morir, y tendremos para elegir desde potenciadores y poderes hasta objetos de salud. También es destacable el trabajo de guionización y desarrollo de los distintos personajes que encontraremos en la aventura, con los que podremos interactuar e intercambiar regalos e información. Entre ellos se encuentran Nicte, Hipnos, Aquiles o el propio Hades, entre muchos otros (también podemos acariciar a Cerbero, sí). Los diálogos con estos personajes nos permitirán conocerlos mejor, y descubrir las trabajadas personalidades de cada uno, así como conocer mejor a nuestro propio protagonista a través de sus relaciones con los demás personajes. Este apartado contribuye a no caer en el error de potenciar únicamente las mecánicas jugables del género, y proporciona más riqueza a un título que, efectivamente, destaca dentro de su campo, y que no en vano ha estado entre los lanzamientos más sonados de los últimos años.
Tour de lujo por el Tártaro
En líneas generales, Hades se conforma como una de las propuestas más atractivas y pulidas de un género, hazaña destacable si tenemos en cuenta que se trata de un género que no carece de un buen catálogo de buenos lanzamientos. Visualmente precioso, mecánicas y curva de dificultad equilibradas, un añadido argumental y un desarrollo de personajes a la altura, y accesible para cualquier jugador. Si no te enamora por alguna de sus virtudes, es muy probable que lo consiga con otra, pues no se trata de un juego con un único punto fuerte, ni por asomo. Si no has jugado Hades corre a por él.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PlayStation 5 cedido por Supergiant. Games.