Torna - The Golden Country es justo lo que los fans de Xenoblade Chronicles 2 pedíamos
Chicos, es hora de hacer memoria. No sé si realmente estuvisteis presentes durante la retransmisión de la misma, pero, de ser así, os voy a pedir hoy que os trasladéis dos años atrás en el tiempo; más concretamente, hasta la entrega de premios de The Game Awards del año 2016, en la que Overwatch acabó alzándose con el título al Juego de Año tras un muy disputado duelo contra aventuras del calibre de Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón. Fue una ceremonia que, desde luego, nos dejó más de una sorpresa; no solo por el exagerado triunfo del archiconocido hero shooter de Blizzard, para muchos excesivo, sino también por el inesperado protagonismo de propuestas como Inside o hasta That Dragon, Cancer, que merecidamente contó con su minuto de gloria.
Uno de los anuncios que más dieron de qué hablar fue, no obstante, el relativo al puesto de Mejor RPG del año. A un muy laureado Dark Souls 3, a un menospreciado Deux Ex y a un muy notable Xenoblade Chronicles X se supo imponer The Witcher 3: Wild Hunt – Blood and Wine, la gran expansión del juego de rol de CD Projekt RED que tantos reconocimientos había cosechado durante el pasado año. Si un contenido descargable, independientemente de su calidad, puede jugar en la liga de los mejores juegos del año es un tema aparte que no tocaré en este artículo, pues no creo que cuente con una respuesta corta. No obstante, creo que hay DLCs que se merecen un reconocimiento, como es el caso de la extensión que hoy nos ocupa.
El caso de Xenoblade Chronicles 2: Torna – The Golden Country es ligeramente diferente a lo visto en Blood and Wine, aunque no menos meritorio. Para empezar, nos situamos ante un contenido independientemente, que se puede jugar digitalmente como parte del Pase de Temporada (que actualmente puede encontrarse por 25-30€, ojo ahí) y que, desde el pasado 21 de septiembre, también se puede adquirir en formato físico. Independientemente de nuestra forma de lanzarnos a la aventura, lo cierto es que la relación cantidad-precio siempre será excelente, hallándonos ante una entrega que parte del juego base, pero que narra una historia completamente nueva a lo largo de más de 20 horas de campaña principal – que queda aderezada, como no podía ser de otra manera, por una ingente cantidad de misiones secundarias y objetivos de menor calado -.
Una narrativa, de paso sea dicho, francamente cuidada, casi al nivel del producto original, que nos cuenta con especial detalle una parte del guion base que a muchos nos dejó completamente intrigados meses atrás, llevándonos a épocas pasadas y, por ende, a un mundo visualmente diferente del que disfrutamos durante la historia de Rex. Parte de dicha culpa recae, también, en el motor gráfico, que se ha visto pulido para la ocasión, brindándonos una mejor resolución en el modo portátil y un acabado general más redondo.
Esto es algo muy semejante a la modificación que ha experimentado el terreno jugable, que ahora parece ser más fluido que en el Xenoblade Chronicles 2 original. Parece tener una mayor percepción del ritmo, y esto solo contribuye a que nos sea aún más fácil mantenernos durante horas y horas pegados a nuestra pantalla. En líneas generales, el juego, ahora, parece conocerse mejor, habiendo enmendado fallos básicos como la imposibilidad de revisar los tutoriales una vez los completamos o la sincronización de voces en la lengua de Shakespeare, por lo que podríamos decir que este Torna – The Golden Country no ha servido solo para satisfacer a una comunidad hambrienta de contenido, sino también como un mero ejercicio; una catarsis para un equipo dispuesto a pasar de página, y ante cuyo avance no podemos estar más ansiosos.
Pese a lo que a priori pueda parecer, con este artículo no pretendo realizar un análisis concienzudo de la expansión, pero sí recordar su lanzamiento y reivindicar el trabajo bien hecho. Creo que Monolith Soft es una compañía con mucho talento que jamás dejará de sorprendernos; un estudio capaz de plasmar las buenas ideas sobre el cartucho con una aparente sencillez, digna de admirar. Por ello debemos de apoyar sus obras, respetar a los desarrolladores que lo componen y, por supuesto, no echarnos las manos a la cabeza cada vez que un determinado usuario u organismo quiera premiar el producto. Siguiendo los pasos de CD Projekt RED, puede que, a final de año, nos encontremos con la relativa sorpresa de que el mejor juego del año – o, al menos, el mejor JRPG de todo este 2018 – ha sido una expansión. Y, entonces, espero que a nadie se le ocurra lanzarse a los foros, menospreciando un universo que tanto tiene que ofrecer al jugador como el que hoy tenemos entre manos. Y sí, es una amenaza. Os estaré vigilando.