Que te pego con el mechero

Gang Beasts es un clásico de los juegos party de PC. El juego se lanzó como acceso anticipado en 2014 y salió del mismo tres años después, se ha demorado bastante en llegar a la híbrida de Nintendo y lo ha hecho casi sin pena ni gloria. El juego es virtualmente igual al del resto de plataformas, pero quizá es cierta falta de cariño y desgana la que no me va a permitir recomendároslo, aunque ya llegaré a eso. Si ya tenéis el juego en otro sitio no merece mucho la pena, para el resto de mortales os comento de qué va la vaina.

Gang Beasts es un juego de peleas, más o menos. El punto central del juego son unas físicas completamente imprevisibles y ragdoll, y con ello generar situaciones la mar de cómicas y divertidas. No hay dos partidas iguales en Gang Beasts, lo que hace que sea un juego que cualquier invitado que venga a casa se pueda echar unas risas. Con un botón daremos cabezazos, con otro saltaremos, con los gatillos pegaremos puñetazos con cada brazo y, si los mantenemos, agarraremos el cuerpo consciente o inconsciente de nuestro adversario. Hay cuatro modos distintos: Fútbol, Gangs, Peleas y Oleadas. Peleas y Gangs es pegarse y tirar al resto de adversarios (o los que no son de tu equipo) del escenario, que les trague un pulpo gigante, sean incinerados y un largo etcétera. Son los modos con más escenarios distintos con diferencia, y queda muy patente que son los modos que se tenían en mente a la hora de concebir el juego. Fútbol es fútbol pero a guantazo limpio, lo cual lo convierte en el deporte superior, y oleadas son grupos de enemigos que quieren machacar al resto de jugadores. Es el modo más “cooperativo”, aunque por supuesto podréis tirar a vuestros compañeros de la azotea y volverán en la siguiente ronda. Con todo, solo duran un par de asaltos y siempre son los mismos enemigos, por lo que puede llegar a aburrir al rato.

Cada escenario es una sorpresa tras otra, con estructuras que se rompen, plataformas móviles, una noria asesina, un zepelín… En algunos de estos escenarios no se sabrá la condición de victoria hasta que suceda algo concreto con lo que soltaréis una carcajada, y sin bien el elemento sorpresa se pierde de ahí en adelante no deja de ser divertido en las sucesivas partidas, sobre todo teniendo la posibilidad de alternar entre escenarios aleatoriamente en cada ronda. Asimismo, la personalización que hay para nuestros personajes es apabullante, con un montón de trajes predefinidos y con un creador por el cual hacer el outfit perfecto para abrirnos la cabeza. Parches y barbas, cascos, gorros, chaquetas, batas, gafas y muchos más accesorios que nos harán virtualmente únicos a la hora de jugar con el resto del mundo si es que tenemos suerte. El juego está centrado en partidas locales, pero podremos jugar también con otra consola, con amigos que tengamos registrados con la cuenta de Switch y un modo online global, aunque me ha costado encontrar a gente. He probado a unirme en varios momentos del día y siempre me salen las mismas ocho o nueve personas, y hay modos en los que simple y llanamente no he encontrado partida. Que un juego exclusivamente multijugador no tenga otros jugadores es preocupante, ya que se carga una parte primordial del título. Además, a pesar de que exista una IA para el modo de oleadas, no la hay para el resto, por lo que o tenemos amigos o lo tendremos cogiendo polvo hasta que se dé la ocasión.

Mamporrazos de cal, y alguno que otro de arena

Otro de los problemas a mi modo de ver es que la presentación está muy descuidada. Es verdad que el juego tiene ya sus años y es de un estudio pequeño y todo lo que quieras, pero sigue pareciendo un Early Access. Desde la escasez de sonidos y de opciones en los ajustes hasta pantallas de carga y victoria que terminan siendo sosas, así como un escalado regulero de la interfaz, parece que solo probaron que era jugable y lo han puesto a la venta sin preocuparse mucho más. Son pequeñas cosas y os diría que ya lo actualizarán, pero el juego salió a mediados de octubre. La experiencia de darse mamporros hasta perder el conocimiento sigue estando intacta y hasta se aprecia esa “cutrez” en las animaciones y lo mucho que potencian el ridículo, pero esa desgana en el resto de apartados da la sensación de que el juego no está terminado, y eso es un problema. En el modo online, cuando consigue encontrar partida, la conexión es de todo menos estable. Probé a jugar en distintos puntos de mi casa, así como con conexión ethernet a través del Dock, y en todas y cada una de las partidas he tenido problemas de lag y ralentizaciones, así como un ping muy alto. Puede ser debido a que los pocos que somos vivimos en partes diferentes del mundo y que al jugar siempre los mismos, si uno hace de host varias veces, siempre nos vamos a encontrar esos problemas, pero yo lo remarco por si acaso.

gang beasts

Mis sentimientos por el juego (no tan exagerado, sigue estando chulo)

Si le sumamos que el juego cuesta treinta euros en la Nintendo eShop y que Switch es la casa de los juegos multijugador… deja bastante que desear. No me malinterpretéis, el juego es muy divertido y lo que hace bien lo hace muy bien, pero el precio es prácticamente prohibitivo para lo que ofrece y cómo lo ofrece. De nada sirve la personalización extensa, los niveles alocados y las físicas extravagantes si no puedo jugar a menos que esté con otra persona al lado. Es un juego pensado para echarse unas risas durante media hora o tres cuartos y luego pasar a otra cosa, y el modo portátil le viene que ni pintado, así que lo único que se me ocurre es que o este port ha tenido un desarrollo tortuoso y terrible y han hecho lo que han podido o que han pasado de todo, han dado lo mínimo y necesario y se han olvidado por completo del resto. Si lo encontráis rebajado id a por el con los dientes porque es muy entretenido, pero tal y como está ahora es mejor optar por otras alternativas como Human: Fall Flat.


Este análisis ha sido realizado con una copia digital para Nintendo Switch cedida por Meridiem Games.