El paso que el E3 no llegó a tomar...
Por más que actualmente todos, a nivel personal, estemos pasando como buenamente podamos las diferentes medidas de confinamiento que se han implantado prácticamente en todo el mundo, a la espera de que la situación respecto al COVID-19 mejore más pronto que tarde, cualquier industria, esté relacionada o no con los videojuegos, está ya pensando en el futuro. Y en lo referente a los eventos de esta, los primeros pasos hacia esta nueva realidad que nos va a tocar vivir ya se han tomado, con el E3 y Gamescom caminando hacia horizontes diferentes.
La feria angelina, aunque informalmente se llevará a cabo con conferencias independientes de las principales compañías en las fechas en las que habría tenido lugar de forma normal, no se llevará a cabo como tal, ni de forma digital, ni presencial. En contraposición, y tal vez gracias a un mayor margen de acción, la organización de Gamescom anunció ayer, prohibición de eventos multitudinarios en Alemania hasta finales de agosto mediante, que la edición de 2020 tendrá lugar de forma digital por completo, reforzando segmentos como la ceremonia de inauguración, que ya se retransmitía a través de streaming en los últimos años.
Si bien hay que celebrar que la organización detrás del evento mantenga sus esfuerzos en mantener, dentro de lo posible, la normalidad, con una edición como si nada sucediese, lo que no tengo tan claro es que esta decisión sea reversible para los eventos. En aquellos que sirven principalmente como escaparate para nuevos anuncios, implicando una inversión que poco o nada aporta a la hora de transmitir las novedades, posiblemente la transición al formato digital se convierta en algo definitivo, como ya hizo Nintendo en su día, cambiando sus presentaciones en el E3 por Nintendo Direct con algo más de contenido, pero sin nada especial al fin y al cabo.
Sin embargo, el caso de Gamescom, al tener un carácter más general y estar más enfocado al público, con un componente menor dirigido a la prensa en Europa, posiblemente pueda permitirse sobrevivir un año, debido a la fidelización del público alemán, además de ser el mayor escaparate a nivel europeo. Salvo que otro país, por calendario (ya que las restricciones deberían ser similares, sino iguales) intente arrebatarle el trono adelantando sus ediciones, como podría ser el caso de Madrid Games Week o equivalentes, no debería costarle mantener su estatus. Eso sí, probablemente toda la sección de prensa y negocios se replantee, primero por la economía a nivel global, y segundo, por la posible alteración del funcionamiento de los mismos, en el caso de prensa, con pruebas particulares, más sencillas de gestionar. Por más que me gustaría la noticia de que todo vuelve a la normalidad, y la edición del año que viene se puede plantear como una normal (especialmente por la posibilidad de poder volver a hacer una cobertura, no nos engañemos tampoco), la realidad no me ayuda a ser especialmente optimista, aunque algo de esperanza siempre queda.