No lo digo yo, sino un cuadrado de colores
Creo que no voy a ser el único al decir que no conocía Balatro hasta hace unos días. Ni fecha de lanzamiento, ni funcionamiento, ni nombre. Sin embargo, el petardazo que ha pegado en ventas es más que una buena noticia para un juego como este. Estamos hablando de un póker raruno que parece sacado más de una leyenda urbana que otra cosa, con cartas imposibles, combos, puntuaciones extrañas y, sobre todo, desde un punto de vista puramente recreativo. En una época donde lo que más despunta en Twitch son las tragaperras y millonarios tirando dinero a la basura, en una industria que redirige a los más pequeños hacia un consumo constante con la adicción de base, Balatro nos enseña que para divertirnos no hace falta nada de eso. Simplemente una baraja francesa. Y cartas raras. Y combos. Ya me entendéis.
Este cambio repentino en la calificación del juego, sin ser algo nuevo, no recuerdo que se diera con estas circunstancias. PEGI aún no se ha pronunciado al respecto, pero una decisión así no debería tomarse tan a la ligera. Voy ha hacer un poco de abogado del diablo y apostar porque ha sido un error, ya que no tiene sentido que tras una revisión de la calificación hace casi cinco meses se haya revertido de la noche a la mañana sin una justificación clara. Más allá de eso, lo único que tenemos es la palabra de la editora, así que habrá que esperar a ese comunicado. Lo que no puede esperar, sin embargo, es una compensación por las pérdidas económicas sufridas por LocalThunk.
Que Balatro haya sido un éxito y el desarrollador se esté pudriendo de dinero no quita que la retirada de las tiendas digitales de Nintendo (concretamente las europeas) es un marrón importante. El cambio repentino de la edad recomendada ha provocado que miles de personas que estuviesen pensando en pillarse el juego en Switch no puedan hacerlo. Las primeras semanas son clave para un lanzamiento independiente, ya que lo más seguro es que el juego no vuelva a destacar de la misma forma en el futuro.
En realidad, este artículo no es más que una escusa para recordar a los padres que se informen de lo que compran a sus hijos y dónde se meten, porque la portada de la Nintendo eShop es para verla. Un +18 en GTA podía evitar (comprensiblemente) que vendieran a un niño una copia en el GAME, pero la manera de consumir ha cambiado drásticamente. Si nos guiamos meramente por la etiqueta Roblox es un juego cojonudo, hasta que descubres el modelo de explotación infantil que lleva, los ganchos psicológicos para que tu hijo quiera drenarte la cuenta bancaria y los minijuegos racistas sobre quemar indios o negros.
No se trata de ser sobreprotector ni dejar al chaval desatendido, sino de marcar unas barreras claras en las que se sienta cómodo y explicarle por qué esto sí y por qué esto no. Os recomiendo al respecto Crossplay, una newsletter de Patrick Kepleck que habla sobre videojuegos desde el punto de vista de la paternidad. Incluso si no tenéis hijos, es muy interesante para entender por qué ciertos juegos se crean de cierta manera. En resumen: cuidad y jugad con vuestros hijos.