Combatiendo la obsolescencia a base de colaboraciones
Tras finalizar la cuarta temporada con un evento capaz de aunar nada más y nada menos que a 15,3 millones de jugadores simultáneos, Fortnite, el que para muchos podría ser poco más que una reminiscencia del boom del battle royale de estos últimos años, ha demostrado estar en una forma óptima para dar comienzo a su nueva temporada. Una temporada en la que las colaboradores con otras marcas vuelven a estar a la orden del día; si el evento anterior fue capaz de reunir a un gran elenco de superhéroes de Marvel, esta vez son personajes de Star Wars (y, concretamente, de The Mandalorian) los que se han alzado protagonistas del juego. Lejos han quedado aquellas temporadas donde Epic Games sorprendía a sus jugadores con diseños de personajes propios, y es que, tras las colaboraciones tan sumamente especiales que la compañía realizó con Marvel o DC, que daban la oportunidad de encarnar a archiconocidos héroes, parece ser que Fortnite ha decidido basar los principales reclamos mediáticos de sus temporadas en colaboraciones permanentes.
Como bien he comentado, la temporada 5 nos permitirá conseguir, entre muchas otras, la skin de The Mandalorian, claro está, si adquirimos el Pase de Batalla. No obstante, la cosa no acaba ahí. La última gran sorpresa ha sido la colaboración que el título ha realizado con el exclusivo de Sony God of War, añadiendo en todas las plataformas a Kratos como personaje jugable, y permitiendo, en cierto modo, que usuarios de Xbox puedan disfrutar de la furia del dios de la guerra en sus consolas. El acuerdo entre ambas compañías ha permitido, eso sí, que Kratos pueda vestir un diseño especial en PS5 y PS4, lo que ha disparado los rumores sobre la intromisión del Jefe Maestro en el battle royale. Y todo esto está muy bien, pero ¿acaso debemos de tomarnos esto como un signo de agotamiento creativo por parte de Epic? Probablemente muchos estemos de acuerdo en que las temporadas anteriores fueron mucho más impactantes y atractivas, y si bien con ello no quiero decir que estas últimas fuesen especialmente glojas, sí que pienso que Fortnite era más Fortnite cuando trabajaban sin teñirse a los derechos de nadie.
Los jugadores del battle royale recordarán que la conclusión de la temporada 10 – la cual absorbió la isla y nos dejó tres días sin jugar – marcó un antes y un después en el juego de Epic. Tras este cambio, se inició Fortnite: Capítulo 2, y, siendo sinceros, las dos primeras temporadas fueron algo flojitas; a muchos jugadores no les gustaba el mapa nuevo, el Pase de Batalla ofrecía skins que parecían un 2.0 con respecto a algunas vistas anteriormente, y la comunidad empezó a alejarse poco a poco. Tras un descenso tanto en lo relativo a los números de jugadores como a los ingresos, Fortnite sorprendió con un contrato con Marvel donde mostraban una amistad que se reivindicaba como duradera, e introdujo una temporada dedicada en exclusiva a Marvel, una jugada muy acertada desde mi punto de vista, dado que muchos jugadores – en su mayoría, niños, cabría pensar; los datos demuestran que no fue así – querían disfrutar de este crossover en pro de hacerse con sus personajes favoritos, algo que hizo que Fornite volviese a subir como la espuma.
Las empresas quieren números, porque los números suelen venir acompañados de buenos resultados. Son pragmáticas: si nada funciona mejor que una buena colaboración, ¿por qué no dejar de lado ese trabajo constante que hizo al título posicionarse como uno de los juegos más vivos que se recuerdan? Nada de ello es necesario. Personalmente, y considero que hablo con efecto de causa al llevar jugando a Fortnite varios años, la obra de Epic ha dejado de lado el camino que la llevó a la fama, y creo que ahora se está centrando mucho más en reclamar a aquellos jugadores que perdieron el interés por el juego en lugar de cuidar y mantener a su actual comunidad. Bien es cierto que, por ahora, la jugada esta funcionando a la perfección: Fortnite está logrando reunir un gran elenco de los personajes más famosos del videojuego o del cine en una misma isla, y eso, para muchos, es una razón más que suficiente para disfrutar de él. Lo único que cabe preguntarse, en tal caso, es si esta estrategia les durará mucho.