Cuatro años y muchos héroes después, volvemos al gacha de Nintendo
Quizá esta pregunta es un poco en vano dado el calado que ha tenido el juego dentro de los free-to-play en móviles, pero nunca está de más que nos detengamos un momento y nos lo planteemos juntos. ¿Qué es Fire Emblem Heroes? Es un juego de estilo gashapon donde cada personaje tiene una posibilidad de aparecer en nuestro “inventario de héroes”, con probabilidades implícitas según el pool -piscina en referencia a la división interna- de héroes disponibles en diferentes banners -conjunto de pools- que tienen cada uno una disponibilidad limitada. Con esta definición podemos englobar no solo a Fire Emblem Heroes sino a multitud de títulos como BanG Dream!, Dragalia Lost, Fate Grand Order, One Piece Treasure Cruise o Monster Strike, el juego con elementos gacha que más beneficios ha obtenido (actualmente top 2 histórico justo por detrás de Arena of Valor), pero pensemos en que más define al gacha de Nintendo.
Dentro de las consideraciones, Fire Emblem Heroes es también un spin-off de Fire Emblem, la saga insignia de Intelligent Systems. Mantiene ciertos elementos de la saga completamente adaptados el modelo de negocio free-to-play, como es el uso de un hub principal (un castillo en este caso, algo establecido desde Fire Emblem Fates) que nos permite interactuar con nuestras unidades, un sistema de batalla condicionado al triangulo de armas (rojo-azul-verde y grises como neutros) y aplicando al juego bajo ciertas reglas los distintos tipos de movimiento (infantería, caballería, acorazados y voladores) y un modo historia dividido en libros y capítulos (herencia en este caso de desde el primer Fire Emblem, con la terminología de libros usada en su remake para SNES). ¿Y por qué os estoy hablando de esto ahora? Porque Fire Emblem Heroes acaba de cumplir su cuarto aniversario siendo uno de los juegos de móvil que más beneficios ha producido en la historia, ocupando un nada despreciable puesto cuarenta y siete con más de 650 millones de dólares a lo largo de su vida, haciéndolo el juego de Nintendo en exclusiva más rentable para la compañía, por encima de Animal Crossing: Pocket Camp (en el puesto sesenta y siete con 150 millones de dólares, menos de un cuarto de lo generado por FEH). Pero dejando a un lado el rollo patatero que os acabo de soltar, quiero hablar un poco más en profundidad de lo que ha hecho que, después de cuatro años instalado en mi móvil, aún llegue cada mañana a las ocho puntual a ver que novedades me esperan dentro del juego.
Y mira que, aunque me pese, es un juego harto repetitivo en mecánicas y funcionamiento, que premia en los pocos modos competitivos “pvp” (relativamente al menos) el cuánto dinero has metido al juego y con unas in-app purchases que duelen en el pecho nada más verlo. Hace un par de años era menos cantoso, pero la inclusión de un modo subscripción que te otorga por el “módico precio” de doce euros al mes dos unidades mejoradas (unos dos puntos más por stat) y con un diseño más guay, además de conseguir unos 20 orbes extra al mes (cinco tiradas), terminaron de romper esa dinámica. Si no pagas es imposible estar arriba y es imposible completar el listado de héroes, básicamente. A fecha de este artículo hay un total de 631 héroes disponibles en el juego (aunque ni con esas superan el total de unidades existentes en la saga Fire Emblem), y teniendo en cuenta que salen cuatro por banner, con un tres porciento de posibilidad (ascendiendo un 0’25 cada cinco tiradas) y que los banners aparecen cada semana… vemos que no nos dan las cuentas.
Aún así, quiero explicar los motivos por los que sigo jugando, que son tres. Primero de todo es que me gusta la saga, me gusta la mecánica alternativa que presenta el juego y me gustan los modos alternativos a la historia. Esto, que lo englobaría como un único motivo, se debe a que la historia está curiosa, por lo que nos incita a jugar a los distintos modos de juegos para conseguir orbes con los que intentar conseguir más unidades. Esto enlaza con mi segunda razón, que es el coleccionismo. Odio Pokémon, me aburre hasta el hastío, pero su mecánica de colección de monstruos me flipa, por lo que si se la ponemos a un juego cuyos personajes me resulten interesantes y el modo de juego principal me guste, ya me han ganado. Sin embargo, otros gachas han pasado por mi vida y ninguno me ha hecho el tilín que me ha generado este. BanG Dream! es infinitamente más divertido, con una mecánica principal que consiste en completar canciones en un juego de ritmo de estilo Osumania; One Piece Treasure Cruise y Final Fantasy Brave Exious provienen de sagas que me encantan, y sin embargo se me hizo imposible engancharme a ellos como me enganché a Fire Emblem Heroes. Los tres juegos mencionados contienen tiradas aleatorias a distintos banners, BanG Dream! es super divertido y los personajes de los dos juegos de licencias me encantan. ¿Por qué soy capaz de jugar a Fire Emblem Heroes pero no a los otros?
Creo que esto se debe a la tercera razón por la que sigo jugando: la rutina. Llevo jugando a Fire Emblem Heroes desde que nació. Recuerdo cuando salió el juego y Reinhart era dios sobre la tierra, todos queríamos tener a Takumi y Hector mataba con solo mirarte. Un año más tarde metieron la herencia de habilidades y Takumi fue desterrado; la aparición de los magos de one-hit hizo lo propio con Reinhart y el reinado de los super tanques ha hecho que Hector solo sea un recuerdo. Sin embargo, con cada cambio han aparecido unidades más y más poderosas, han intentado resucitar a las viejas otorgándoles unidades únicas en sus armas con la inclusión de la refinería de armas y mejorar sus stats con el uso de “dracoflores” (que permiten mejorar un stat en un punto usando cierto número de ellas). El juego empezó con unas pocas 150 unidades y ya vamos por encima de los 600. Hemos visto aparecer al monstruo del averno de Surtr y ver como lo eliminaban de los campeones posibles del modo entrenamiento (de lo roto que está), nacer a la Azura que te canta y corres más, habilidades de todo tipo que no tienen ningún sentido e incluso tenemos ahora mismo el combo de unidades más roto de todos si sigues un esquema de habilidades para ambos: Brave Ike y Brave Lucina, ambas unidades de primera generación de Brave Heroes (lanzados en agosto de 2018 si no voy errado).
El FOMA es una puerta de entrada muy grande para algunos jugadores de gachas. Yo sería incapaz de volver a Fire Emblem Heroes si lo dejara por más de medio año. Habría perdido demasiadas posibles unidades, demasiados orbes, y a menos que me gastase un pastizal (tres orbes, que no son ni una tirada, son 2’29 euros; cincuenta son treinta euros) no podría recuperar el hilo del juego.
Nintendo e Intelligent Systems han conseguido crear un juego caza ballenas, una máquina de hacer dinero que se aprovecha del FOMA (y las capacidades económicas) de algunos usuarios para sacarles todo el dinero que tienen. Incluso existen canales de guías para que los jugadores (normales) puedan completar cualquier desafío en dificultades extremas usando unidades fáciles de conseguir (gracias, Phoenixmaster, esa gran ballena varada), todo para que tengamos más y más ganas de jugar y completar todo lo que el juego nos ofrece de manera gratuita y que, si no nos da la vida y ya no nos satisface, podamos pagar para sentirnos poderosos.
Quizá unos precios menos abusivos me hubieran hecho pagar a mi también, pero tambien es cierto que si Fire Emblem Heroes hace que quieras gastar dinero para tenerlo todo, no te obliga. Puedes jugar perfectamente sin comprar nada y eso en parte es a que los precios son tan altos que solo unos pocos caerán y desembolsarán. Incluso aunque lo hagas solo tendrás más unidades para legar habilidades y poco más, pues tarde o temprano, si te empeñas en un banner o unidad, terminan cayendo. Y si no, aquí está mi Lif del día de la devoción que acaba de tocarme mientras escribía, con IVs buenos y solo he tenido que gastar unos 150 orbes durante tres semanas enfocado en él. Eso sí, a cambio me ha dado rabia porque de otro banner que había no he conseguido a ningún héroe. Bueno, a la próxima será.