Hablemos de la relevancia del ámbito filosófico
Utilizar referentes psicológicos y filosóficos es común en el cine y la literatura; algo similar ocurre con los videojuegos, al menos en lo referido a la Psicología y Filosofía Social. Podemos usar los videojuegos como un observatorio de conceptos psicólogos y filosóficos y, a través de nuestra experiencia como jugadores, reflexionar sobre ellos, sea en un contexto educativo o fuera de él.
El mundo está habitado de ideologías que nos han hecho reflexionar a lo largo de nuestra vida desde el inicio de los tiempos. Ya sea a través de libros, escritos, discursos de grandes pensadores, películas, la filosofía, aquella estudia y valora sobre conceptos abstractos y una variedad de problemas fundamentales como la existencia, la verdad, la ética, el conocimiento, la moral, entre muchos otros, siempre ha estado presente, al igual que en los mundos en los que nos adentramos en cada uno de los videojuegos. La filosofía ha sido siempre un campo de estudio aplicado a la mayoría de medios, de una forma u otra. Los videojuegos no son una excepción, y podemos comprobarlo en multitud de ejemplos que nos hacen razonar y plantearnos nuestras relaciones, nuestras percepciones o las de la misma sociedad en la que vivimos.
La propia palabra ‘filosofía’ significa amor al saber, y explora infinidad de ámbitos del universo y del pensamiento en todos sus aspectos. Podríamos decir que la filosofía se aplica tan bien a este medio debido a la cantidad de posibilidades que ofrece. No es la primera vez que se ha hablado de los videojuegos como un método eficaz para el aprendizaje en todas las edades, sobre todo en edades tempranas. Si a esto le sumamos el componente lúdico, un videojuego puede consagrarse como una gran fuente de conocimiento, pero sobre todo de introspección. Gracias a la realización de varios estudios, se han encontrado beneficios inherentes al medio, tales como:
- Proporcionar y aumentar el aprendizaje, la salud y las habilidades sociales.
- Fortalecer habilidades cognitivas, como la navegación espacial, el razonamiento, la memoria y la percepción.
- Desarrollar y aumentar la lectura.
- Mejorar el ánimo de los jugadores y evitar la ansiedad.
- Adquirir recuperación frente a los fallos o equivocaciones.
- Desarrollar en niños habilidades para resolver problemas, aumento de la creatividad, nivel de atención, concentración, destreza y decisión.
Bien es cierto que, ante dichos beneficios, también se han encontrado puntos negativos, incluyendo la adicción, la depresión y la agresión; problemas que se agudizan al coexistir con un ambiente difícil y con abusos a la hora de utilizar los juegos. Esto no debe de ser ignorado, sino controlado para poder evitar un mal uso.
Creación de nuevas filosofías en los videojuegos y sus aplicaciones
Cuando pensamos en videojuegos y en mecánicas acaba siendo normal trivializar. Pensamos en cosas simples; botones para saltar, para moverse, algún ataque quizás. Son pocos aquellos que se paran a pensar, entre la vorágine de explosiones y partículas del mayor exponente del mainstream, en qué mensaje puede mandar un videojuego; qué mensaje puede contener. Independientemente de su naturaleza, la narrativa resulta inherente a la naturaleza del videojuego; todo título cuenta con una historia, con una estructura canónica, que suele llegar a un fin. Partiendo de tal premisa, pocos son los juegos que dependen únicamente de sus mecánicas para narrar y explicitar sus intenciones narrativas, si bien ahí se encuentra la singularidad de nuestro medio. Un medio en el que todavía existe un ancho margen de mejora.
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, las historias tratadas en los videojuegos pueden tener no solo múltiples carácteres, sino también múltiples lecturas e interpretaciones. Existen millares de juegos con un trasfondo profundo, y si bien resulta difícil concretar el punto en el que nos encontramos como industria en nuestro camino hacia la madurez, ya hay ciertos temas que se pueden tratar en profundidad y que – independientemente de nuestra percepción inicial – acaban brontando de nuestras entregas favoritas; incluso de aquellas que llevan toda la vida a nuestro lado. Diferentes filosofías han afectado como gota china a los videojuegos con el suceder de los tiempos, y estos las han transformado para que se hayan adecuado correctamente.
Un ejemplo burdo de lo comentado sería el paralelismo – ya realizado por otros medios y autores – entre Karl Marx y Mario (Mario Bros., 1983). Se tratan de dos sujetos que a simple vista no tienen nada que ver, pero que entre los que existe una relación que fácilmente puede dar cabida a una extrapolación narrativa. Karl Marx sentó las bases de la revolución proletaria con sus ideas de igualdad; creía que los obreros debían alzarse y conseguir su libertad como proletarios. Mario, por contrapartida, es un fontanero que se enfrenta contra Bowser, un eterno rival que acaba alzándose como la representación idónea del opresor de clase alta que únicamente anhela poder, amor y riquezas. Vencerle supondría la liberación total del reino Champiñón, de su propia libertad, de su hogar.
Otro paralelismo podría hallarse en la pareja que conforman Sócrates, el famoso filósofo, y el personaje principal de Metal Gear, Snake. Reconocidos por su humildad, rectitud y modestia, ambos prefieren pasar desapercibidos. Pero no es su personalidad lo que hace de este paralelismo un ejemplo válido para lo que se busca exponer, sino el mensaje que pretenden enviar: para el griego conocer el mundo a través de los sentidos es imposible, y es nuestra propia percepción la que nos conduce al error; enseñanzas que Snake, tras decenas de traiciones, cambios de rol y dudosas moralidades, lleva a sus espaldas. La prudencia y la desconfianza se dan la mano para configurar lo que percibe y lo que le rodea, lo que le fuerza a inmiscuirse en un constante aprendizaje, pues Snake, como el filósofo, nunca cree haber alcanzado el máximo de su potencial, y nunca da nada por hecho. No existe la certeza absoluta.
Así pues, lo mencionado no busca ilustrar la gestación de nuevas filosofías, sino de nuevas aplicaciones a un ámbito hasta hace años inexplorado. El mundo de los videojuegos ha mutado las bases de las teorías ya asentadas, adaptándolas a lo que pretenden representar y evolucionando, como medio artístico, en el proceso.
La publicación de este texto está basada en el ensayo académico ‘Filosofía y Psicología en Videojuegos‘ realizado originalmente por Marc Alcón, Iker García, Eva Garzón, Lara Portillo, Carlos Sánchez, Javier Seral, Jorge Tejado y Fernando Villanueva para la asignatura ‘Diseño 2D‘ del grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos de la Universidad Jaume I.