Volarás, volarás, volarás...
Hablar de Ex-Zodiac sin hablar de Star Fox (o Lylat Wars, como lo conocimos aquí) es imposible. Los que hayan jugado a los títulos principales de la saga no se van a encontrar prácticamente nada nuevo, pero esa es la intención última del título: tener la sensación de que estás jugando a un nuevo Star Fox, uno perdido o que pasaste por alto de pequeño. En esta aventura tomaremos el papel de Kyuu, una mona que estará acompañada por radio de Miku, la cual nos dará información sobre la historia y el mundo. Ex-Zodiac consigue algo tremendamente complicado, y es destilar al máximo lo que hace grande a un juego tan característico (y que a día de hoy sigue dando dolor de cabeza). El resultado, por ahora, es excelente.
He estado rejugando la saga para esta crítica, incluyendo al perdido y reencontrado Star Fox 2, y aquí se van a encontrar los mismo elementos que con el zorro: shooter sobre railes con una nave que se mueve en la misma dirección que apunta. La cinética de la nave está muy bien medida para que, una vez se haya dominado el control, siempre dispares a donde quieres; hay que esforzarse un pelín, pero merece la pena. El alabeo nos permite ir a un lado o al otro más rápido, y si pulsamos dos veces el botón haremos un tonel que dispersará algunos proyectiles. Se puede acelerar y decelerar, pero es más un movimiento para usa en el último momento antes de estrellarse que otra cosa. Podemos fijar varios enemigos para acumular el combo de puntuación por bajas, aumentar la potencia de nuestro disparo con las cajas que vayan soltando y almacenar bombas que lanzar a grupos de enemigos o al jefe de turno.
Con todo, hay varias mecánicas que se han retocado para que la curva de entrada no sea muy abrupta. En la saga siempre hemos tenido la ayuda de Falco, Peppy y Slippy, que nos quitaban de en medio a algunos bichos a cambio de quitarles de encima otros tantos. Sin embargo, he de confesar que esa química no me funcionaba, ya que la mayoría te los puedes cargar tú y no paran de distraerte con sus frases. Aquí Miku también nos habla en las misiones y muchas veces ni haremos caso a lo que nos está diciendo, pero es que hay cosas mucho más importantes en pantalla en todo momento. Otro punto menor es el tema de la reparación de la nave, que afecta al conjunto total y no solo a una parte concreta, aunque es igual de necesario no tentar a la suerte.
Cada mapa de los seis que hay hasta ahora tiene una forma y ambientación únicos. Hay más variedad de planetas y conceptos que en toda la saga Star Wars, y pese a que alguno que otro son referencias a otros títulos de los ochenta mantienen un carisma propio y que cuesta olvidar. “Carisma” es una palabra que define a este juego, al igual que “cariño”, y hay un ámbito que este juego clava de lleno con ambos elementos: los jefes de cada fase. Cada uno funciona de una manera distinta y crece en dificultad, como es lógico; pero aparte de eso, utiliza las mismas técnicas que los de la saga del zorro para confundirte, como patrones que, a simple vista, parecen ineludibles. Todos tienen una personalidad maravillosa y los terminarás conociendo de buena mano, porque actualmente este juego es algo corto.
Ya he mencionado los seis mapas, pero es que hay otros seis secretos que se juegan de forma completamente distinta, y es un homenaje tan precioso a Space Harrier que me dan ganas de comprar la licencia solo para que lo traigan de vuelta. Ben Hickling no tiene nada que envidiar a los que resucitan viejas glorias de arcades y consolas como Dotemu o Locomalito. Se han estudiado de cabo a rabo el juego y saben qué funciona, qué no y qué cambiar, y han parido una obra más que disfrutable. Sí, hay movidas que dependen del gusto de cada uno, pero para mí lo han bordado. Visualmente es una delicia, tanto en modo retro como en lowpoly, se pueden ajustar los frames para jugarlo igual de mal que el Star Fox original y la banda sonora siempre acompaña como debe. Ex-Zodiac está pulido hasta el hastío, con uno o dos bugs muy tontos que no afectan al juego per se, y gracias a ese esfuerzo rebosan el cariño y el carisma.
Acelera, Francisca
Habrá quien diga que un juego como Ex-Zodiac es un quiero y no puedo, un intento de llamar la atención cogiendo algo que funciona, copiándolo y vendiéndolo como un tributo. La realidad es que, pese a tener el ADN de la saga, sabe cómo aprovecharlo para entretener a raudales. Ya desde el menú vemos esas referencias al clásico de Super Nintendo, y cogiendo de aquí y de allá acaba formando un título que no hay que perder de vista. Aún está en pleno desarrollo, y está previsto que termine contando con 12 niveles y ramificaciones para escoger el planeta que queramos. Ahora mismo es un juego del que querrás conseguir las puntuaciones más altas y deja un poco con ganas de más, pero ese más acabará llegando de un momento a otro. Está disponible tanto en Steam como en Itch, y si lo pilláis en la segunda tienda la tajada que se llevan es mayor, así que ahí os lo dejo.
Esta crítica fue realizada con una copia digital para PC cedida por Pixeljam.