Vísteme despacio que tengo prisa
Una de mis películas de niño y la primera que vi que mezclaba personajes animados con la cinta tradicional fue Looney Toons, una película muy chorra, con muchísimas referencias a la cultura popular y la sociedad de la época (como el maravilloso dicho americano que reza que puedes encontrarte un WallMart hasta en el desierto) y con un maldito Dalek. Tampoco es que vaya a poner a explicar por que me parece una película maravillosa, pero sí que quiero dejar constancia de su espíritu juvenil y de renovación de las viejas glorias, aunque luego se olvida por completo para pasar a ser una película de acción y aventuras. Sonic the Hedgehog se nota que apela a la nostalgia como un tren sin frenos, pero también hacia un público más infantil, porque los que jugaron a la Master System en su día ya tendrán la mayoría un retoño o dos.
El estudio que se encarga de la película de Sonic ha logrado lo que muchos daban por imposible: arreglar la cara del erizo azul tras la negativa recepción que tuvo en su primer tráiler. Aunque de éste también se había filtrado alguna que otra imagen, no ha sido hasta hace una semana o dos, al contrario que el anterior, y no sé si es por comparativa con el diseño previo pero han cambiado las tornas. No he visto un solo comentario negativo más allá de una preferencia personal como el color de los brazos o los ojos. Si bien es cierto que aún le queda un pelín para colar de verdad, el nuevo diseño de Sonic the Hedgehog es muy bueno: se ha optado por un diseño menos realista y más juguetón, lo cual es una decisión más que sensata. El Sonic que todo el mundo conoce es un bicho cabezón para nada parecido a un erizo, que es azul con ojos muy grandes, super feliz y que corre mucho. No necesitas a un humanoide extraño sacado del averno, con los ojos tan separados que parece un Mii.
A todo esto, ya sabemos más cosas de la película, lo cual es un puntazo. Resulta que Sonic es un alienígena y su planeta natal son los niveles del juego de Sega Genesis, lo cual me parece una explicación bastante pasable para saber por qué existe tal bicho en la Tierra. Al parecer, la única manera de salvarlo era venir al nuestro, así que aquí se quedó. Aún no se sabe muy bien por qué, pero parece que el correr mucho tiene algo que ver con ser de una raza completamente distinta a la humana, y lo que aún me sigue volando la cabeza es que pueda abrir portales interdimensionales con un anillo. El Dr. Robotnik/Eggman sigue interpretado por el maravillosísimo Jim Carrey, con un papel que le viene que ni pintado y que se nota que disfruta al máximo; sin embargo, no parece tan malvado como en los juegos, y además trabaja para el gobierno (aunque eso no es garantía de nada), así que se podría teorizar que pertenece a una fase previa a lo que le convierte de científico excéntrico a científico loco.
Con todo, y aunque tenga un tono bastante infantil, la película apunta a maneras y está recibiendo bastante expectación. Varios fans, incluido uno de los creadores del erizo, están pidiendo por favor a Paramount que lancen una versión extra en DVD de cómo se vería la película con el anterior Sonic, y aunque me parece meter el dedo en la herida me pica la curiosidad. Ahora, si sale mal la cosa, tendremos una película mediocre, pero podría haber sido aún más inintencionadamente cómica con ese diseño. No me quiero olvidar de que este año también ha salido Detective Pikachu y, aunque claramente es una película para niños, eso no nos quitó a mi padre y a mí las carcajadas en un cine prácticamente vacío. Además, viene acompañada de un doblaje maravillosamente cuidado, y eso siempre mola. La película no tiene que ser una obra maestra ni aspirar a nada, sólo le basta con entretener, y si han puesto toda la carne en el asador para cambiar el diseño es porque hay cariño detrás. Y dinero. Pero seguro que mucho cariño también.