El Libro Hueco

Una durmiente ironía

Números y números sin estrenar, láminas sin enmarcar. Varios GTM² en el carrito de la compra; mientras, un ejemplar de Crónicas Yakuza, poco más que ojeado, aguarda en la estantería. No es la primera vez, ni mucho menos, que desde la redacción le echamos el guante a un producto con el sello GTM Ediciones, y es que la editorial amiga con sede en Madrid, despojada de su faceta como publicación mensual independiente (Games Tribune Magazine), ha demostrado a lo largo del último lustro su buen hacer en tareas relativas a la producción y distribución masiva de monográficos y libros de arte. Sí que, debe admitirse, es sin embargo una ocasión algo especial, en tanto a que nunca antes el equipo de Juan Tejerina —el mismo que antaño nos invitó a una penitencia por los interiores de The Art of Blasphemous, obra parcialmente edificada en base a los diseños y maquetaciones ofrecidas por el desarrollador sevillano— nos había retado a analizar un producto completamente original; un producto tan único. Tan suyo.

No es casualidad que la obra haya decidido obviar en su título cualquier referencia directa a la ya histórica franquicia de carácter independiente en la que se basa. Aún desprendiéndose de ella, El Libro Hueco, un compendio ilustrado del universo Hollow Knight, demuestra su capacidad para alzarse como un producto valioso por sí mismo, y lo hace por querer ser, ante todo, una pieza digna de ostentar el título de GTM Ediciones. Un sello que no solo habla de sus presumiblemente excelsos materiales; de sus bellísimas cubiertas ilustradas y grabadas al cromo mate en tapa dura, del espectacular tacto y gramaje de su papel ahuesado, de sus dimensiones (3 × 17 × 23 cm) cuyo kilo resultante se antoja perfectamente calculado a la mano, ni tan siquiera de esa limitadísima edición especial Grimorio del Vacío que os dejamos descubrir a vosotros mismos bajo estas mismas líneas, y que puso acabados UVI, tres litografías exclusivas, papel iridiscente y hasta un medallón de metal esmaltado con efecto glitter a disposición del fan más dedicado, y a un precio más que ajustado (39,90€). También dice, y mucho, de la forma en la que se hacen las cosas en la oficina del Camino Fuente de la Mora: no solo desde el máximo respeto por el medio ambiente, por el trabajo humano, por sus usuarios y, por supuesto, por nuestra industria, sino también con la más extrema de las coherencias.

El Libro Hueco parte de la premisa de coronarse como uno de los mayores exponentes de esta enfermiza congruencia que caracteriza al proyecto —depurando los errores que pudieron haberse cometido en el pasado y estableciendo unas muy sólidas bases sobre las que a buen seguro descansarán monográficos futuros—, y encuentra en sus coautores los medios para conseguirlo. Hablo de coautores, sin establecer división alguna entre el escritor Roberto Pineda, los ilustradores Sergio Melero, Isa Fernández y Toni Mula, y la maquetación omnipresente de Juan Tejerina, porque, a la vista del compacto resultado, no pienso que ninguno de estos trabajos deba de tomarse como menor. El Libro Hueco configura un estudio transversal al mundo de Hallownest no solo interesado en informarnos desde una perspectiva analítica sobre sus recovecos y escondrijos, sino también totalmente emperrado en sumergirnos de nuevo en su universo; en volvernos a hacer vivir la experiencia Hollow Knight. Como tal, dedicar un especial trabajo a lo visual parecía algo casi necesario. No se podía esperar, no obstante, que el libro no solo estuviese compuesto por 74 ilustraciones inspiradas en la técnica de grabado tradicional que insuflan vida propia a todos y cada uno de los episodios a los que acompañan, sino también por un diseño profundamente consistente basado en innumerables citas memorables, reconstrucciones de eventos y detalles tales como la dualidad entre luz y oscuridad que impera en sus 256 páginas encuadernadas en hilo, y que aflora especialmente en las intersecciones entre los actos en los que se divide.

Fe de errores. Más que actos, deberíamos de referirnos a los cuatro bloques narrativos en los que se compone el tomo por ‘libros’, una muy aguda palabra que desde GTM han querido utilizar para defender su peculiar estructura y que, siento, se adecúa al escrito como ninguna otra. Organizados convenientemente por temática, estos libros nos permiten redescubrir la historia de Hollow Knight a través de El Mundo del Caballero Hueco, nos acercan a la inmensidad de criaturas que se hallan en las profundidades en Victimas de la Infección, nos recuerdan la fortuna que aguarda en amuletos, tesoros y baratijas mediante Reliquias Fragmentadas y en última instancia nos devuelven al mundo real de la mano de Los Hacedores del Vacío, capítulo conclusivo dedicado a la trayectoria de Team Cherry y a los secretos de su origen, desarrollo y recepción. Como podréis deducir por las descripciones de los dos primeros actos, El Libro Hueco puede leerse y disfrutarse sobradamente sin haber jugado nunca a Hollow Knight, pero considero que la manera en la que está pensado el libro pasa por haber jugado al título; tal vez no haberlo finalizado completamente, pero sí haber descubierto gran parte de su mundo, personajes e historia, por poco que creamos que nos cuenten. Es precisamente ahí donde se encuentra la razón de ser de El Libro Hueco: para aunar toda la información disponible en un lugar, situarlo debidamente si hiciese falta, y crear así una suerte de catálogo increíblemente interesante para el lector. Ojalá nuestro querido caballero hubiera tenido la posibilidad de tenerlo en sus manos.

Debe de tenerse en cuenta —y desde aquí quiero aprovechar para incidir— la enorme dificultad que ha debido de suponer escribir sobre Hollow Knight, una obra que, por su mera naturaleza, hace de su secretismo una de sus mayores virtudes. Podrá compartir esta sensación cualquiera que, como Jaime o Chema, haya intentado escribir sobre la propuesta, y se haya encontrado con que intentar divulgar sobre el título en cuestión se convierte en una auténtica odisea. Independientemente del enfoque dado (pues en el imaginario de cada uno se pueden desarrollar historias o temáticas infinitas), intentar dar una cohesión que vaya a la par con el juego, dejando de lado la especulación o teorías realizadas por los fans, resulta una misión encomiable. Pero es una labor que aquí se ha realizado, y muy satisfactoriamente, aunque a costa de ciertos sacrificios mínimos para la mayoría del público objetivo, pero a los que, admito, se les puede llegar a dar cierta importancia. Lo cierto es que el libro cubre el título casi al completo, pero pone especial foco en su bestiario, pasando por encima de determinados matices narrativos y, especialmente, de detalles relacionados con el desarrollo del videojuego. A diferencia de las primeras páginas, que sirven como un breve repaso a todo lo ocurrido antes de que nuestro protagonista comience su aventura, el resto del contenido se basa en recopilar datos del juego cual base de datos, y se cura en salud al hacer todo lo que está en su mano para no desvelar determinados detalles que, creo honestamente, se deben de descubrir jugando. Es ese equilibrio, junto a una manera de aproximarse a la información muy precisa y adecuada, lo que hace que este compendio que une una historia fragmentada merezca la pena desde un punto de vista plenamente centrado en su contenido.

El Libro Lleno

De lo críptico, lo explícito. De lo ilegible, un compendio. Del vacío, el rebosar. El Libro Hueco miente, y lo hace no solo en el oxímoron de su nombre, sino también en su presentación. Las últimas palabras de Roberto Pineda, que pasan a formar parte desde este preciso instante de uno de los mejores trabajos de GTM como editorial, se alejan de esa vertiente divulgativa a la que tanto apuntaban para acabar orquestando un nuevo viaje a Hallownest, presentándonosla desde una perspectiva completamente distinta y siendo capaces de reafirmar todas las hipótesis que uno mismo había trazado, sin por ello desvelar ciertos enigmas. Habrá quién, desde el exterior, vea en esas tierras inexploradas, en esas grutas plagadas de gusanos y donde la luz apenas llega, una falta de documentación o una carencia doliente; un aguijón sin afilar. Pero un servidor, que ha descendido sin miedo hasta sus profundidades, únicamente encuentra coherencia y sentido común. Hay misterios que es mejor que permanezcan ocultos.

Este análisis se ha realizado con una copia física para prensa proporcionada por Games Tribune Magazine. Gracias a nuestro especialista Alejandro Reinosa por su asistencia a la hora de debatir, criticar y escribir acerca de los aspectos del libro relacionados con su contenido.