La industria española del videojuego: presente convulso y futuro brillante
El Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos es un informe que desglosa el panorama del sector de los videojuegos en España, y cuya edición de 2020 fue desvelada recientemente. La radiografía de la industria en el año de la pandemia arroja un resultado agridulce: por un lado, muestra las necesidades de un gremio que adolece de una falta de grandes empresas y carencias en su financiación; por otro, presenta unas perspectivas de futuro esperanzadoras. De hecho, muy esperanzadoras.
Punto de inflexión
Uno de los puntos más reseñables del informe es el que se refiere a la financiación de las empresas de videojuegos. Solo el 31% de los estudios afirma haber recibido ayudas públicas (de un total de 655 empresas) durante el año 2019. Las administraciones públicas parecen haber despertado de su letargo, y han puesto en marcha el Plan «España, Hub Audiovisual de Europa», que inyectará 1254,5 millones de euros en el sector audiovisual español entre los años 2021 y 2025, lo que puede potenciar el sector de los videojuegos nacional.
En un artículo anterior hablaba de las infinitas posibilidades que puede brindar España y su cultura a la hora de desarrollar un videojuego. Potencial que todavía no había sido explotado (salvo en contadas ocasiones) de una manera original, creativa, y sin recurrir a los estereotipos más rancios de España. Una de las razones principales por las que este fenómeno no se había materializado era por la escasez de estudios españoles que dispusieran de la financiación necesaria para llevar a cabo proyectos relacionados con nuestro país. Quizá esta cuestión también se ha entremezclado con miedo a lanzar un producto incomprendido fuera de nuestras fronteras y que pudiera llevar al estudio a la ruina (cosa que Blasphemous ya ha desmentido). Al final quienes pueden conocer mejor la cultura española y sus entresijos y, por ende, idear un videojuego en base a esa cuestión, son los estudios españoles.
España around the world
Dejando de lado el apartado cultural (que ya habréis comprobado que es una espinita que tengo clavada), la noticia de que el Gobierno apoye financieramente al sector del videojuego es excepcional. La mayor capacidad económica de los estudios es una condición sine qua non para que los videojuegos españoles gocen de una mayor proyección internacional, así como para que aumente la envergadura de los proyectos nacionales. El Libro Blanco ya lo dice en una de sus conclusiones: «La industria española de desarrollo y producción de videojuegos está todavía lejos de ocupar el lugar que le corresponde en el ranking internacional por el tamaño de su mercado».
Es cierto que no podemos obviar que hay estudios que sí son reconocidos fuera de España, como Tequila Works, con juegazos como Deadlight o el enigmático The Sexy Brutale; o Mercury Steam, famosa por sus los títulos de Castlevania y más recientemente Metroid: Samus Returns, pero son excepciones dentro de una industria compuesta en un 70% por estudios de 10 o menos personas. Afortunadamente, esta situación puede cambiar drásticamente en unos años, cuando los efectos de la inyección monetaria en el sector se dejen notar.
Más vale tarde que nunca
Todo hay que decirlo, el Gobierno español no es el primero en fomentar la creación de videojuegos de su país. Un gran ejemplo es Polonia, que ya suprimió el impuesto de sociedades para las desarrolladoras de videojuegos, se ha mostrado generosa a la hora de repartir subvenciones, y también se ha posicionado a la vanguardia de la promoción cultural de los videojuegos, por ejemplo, añadiendo al currículo escolar jugar al videojuego This War of Mine.
En España el apoyo institucional firme y contundente ha tardado en llegar. El año 2019 fue el primero en el que se regó al sector con fondos públicos, y este año se pone en marcha el Plan «España, Hub Audiovisual de Europa». Aunque, como apunta el Libro Blanco, una modificación legal del Impuesto de Sucesiones podría fomentar la captación de proyectos internacionales, como ya ha ocurrido en países de nuestro entorno que han aplicado esta medida, por ejemplo: Francia, Italia, Bélgica o Reino Unido.
Tras la promoción a bombo y platillo del plan de fomento de la cultura audiovisual. espero firmemente que, si la apuesta del Gobierno por el sector es verdadera, se continúe apoyando este gremio y se estudien todas las posibilidades que podrían propiciar el florecimiento de una industria nacional potente. Entre tanto, como consumidores siempre podemos concienciarnos e intentar consumir y descubrir videojuegos nacionales, para apoyar a esos pequeños estudios que no viven una situación económica del todo holgada. Quién sabe, quizá descubramos joyitas ocultas dignas de recibir unos cuantos euros de nuestra cuenta bancaria.