PlayStation VR 2 anuncia su precio y su fecha de lanzamiento
Llevamos ya mucho tiempo escuchando que la realidad virtual es el futuro de la industria. Factores como la capacidad de inmersión y la jugabilidad superan con creces aquello que podía soñarse en un pasado, donde los mandos de la Wii componían lo más parecido a empuñar una katana o una raqueta. Hoy Sony ha confirmado la fecha de lanzamiento de su sistema de realidad virtual de nueva generación, PSVR2, así como su precio, constatando una vez más el mayor inconveniente de este mundo alternativo: su alto precio de entrada.
Y es que, para acceder al sistema, será necesaria la inversión de nada menos que 600 euros, un elevado gasto, en comparación con los 400 con los que llegó al mercado su predecesora. La realidad virtual es cara, amigos. No puedo decir que me sorprenda este precio, porque en cierta medida, se veía venir. La mayoría de equipos de realidad virtual “económicos” orbitan alrededor de ese precio, a excepción de las Meta Quest 2, presentadas como la opción más amigable con el bolsillo, sobre todo teniendo en cuenta que no necesitan de hardware externo para la reproducción de títulos de requisitos moderados.
Porque aquí aparece el otro problema, no sólo es necesario deshacerse de algún órgano valioso, también hace falta contar con un equipo base capaz de mover los cada vez más ambiciosos títulos. Mientras que PSVR1 se presentaba como una puerta de entrada inicial a la realidad virtual, aprovechando el ya existente parque de consolas de anterior generación, en esta ocasión las tornas son diferentes. Pese a los buenos números que está manejando la PS5 y que, aunque parezca mentira, ya lleva dos años en el mercado, los problemas de escasez de componentes y la situación socioeconómica mantienen al sistema en proceso de asentamiento al público.
Todavía estamos muy lejos de distopías como la vista en Ready Player One, donde quizás uno de los eventos más llamativos fuese la distribución de equipos de realidad virtual cuyo coste no superaba el de una pizza tamaño familiar. Nos guste o no, abandonar los monitores, mandos y ratones todavía es un lujo al alcance de unos pocos, y es una situación con la que tenemos que aprender a convivir durante un largo periodo todavía. A la pregunta de que si la realidad virtual es el futuro, yo digo que posiblemente sí, pero lo que más comparte con este por ahora es su lejanía.
Esta barrera de entrada, junto a las dificultades que implica de cara al consumidor, se traslada en un equilibrio precario en lo que a inversión se refiere. Invertir grandes sumas de dinero para desarrollar un título en realidad virtual no deja de ser una apuesta muy arriesgada, generando una serpiente que se muerde la cola: se desarrollan pocos juegos importantes porque no hay muchos compradores potenciales, mientras que estos no aumentan ya que no se lanzan muchos juegos grandes. De momento, el mayor bombazo posiblemente sea Horizon Call of the Mountain, cuyo precio ronda los 50 euros (al menos al adquirirlo en pack con las gafas).
A la nueva generación, todavía le queda mucha guerra, lo mismo que a la realidad virtual. Junto a esto, no todas las apuestas de Sony están funcionado tal y como podía esperarse, véase PlayStation Plus. Por ahora, es cuestión de esperar y observar cómo evoluciona a lo largo de 2023. Queda por demostrar si el futuro está más cerca de lo que creemos o, al contrario, se encuentra todavía más lejos. Espero, por lo menos, que no siga los pasos de PS5 y suba de precio posteriormente a su lanzamiento.