Pedro Sánchez agradece el gesto
Las cosas ya no son como era antes, y eso me enerva. El globalismo, las agendas impuestas y demás formas de control se han ido haciendo hueco, poco a poco, como la gota que pule la piedra, en nuestra vida. Ya no nos pertenecemos, nos vemos obligados a seguir unos estándares y a cumplir ciertas acciones que se esperan de nosotros, sin salirnos de los esquemas, sin demostrar que somos libres en nuestro cuerpo, en nuestro día a día. Y todo esto por unas élites cuya politización poco a poco se acerca al extremismo rancio, al 1984 donde nos controlan de mil maneras posibles, no podemos ser lo que se conoce como “políticamente incorrectos”, y esto me crea una ira interna que me cuesta frenar. No son pocos los ejemplos en internet, en los productos culturales e incluso los videojuegos donde vemos unas agendas que se siguen a rajatabla, y que se nos imponen una y otra vez. Sinceramente, yo como jugador no quiero eso, no quiero que me digan qué tengo que pensar o cómo tengo que actuar en el poco tiempo libre que le dedico a los videojuegos, y es por ello que pongo el grito en el cielo cuando…¿he leído bien? Voy a consultar de nuevo las notas. Oh, pues creo que me equivoqué de lado, esta vez los que lloran son los “otros”, y todo porque en el DLC de Horizon: Forbidden West, Burning Shores, Aloy se besa con una mujer. Tal vez los pieles finas siempre fueron los mismos.
Por cada vez que nosotros hemos pedido una mayor representación, cuando hemos sugerido que los canones de siempre, los estereotipos anticuados y demás maneras de representar nuestro mundo están caducas, por cada una de esas críticas, se han producido el doble de lloros por los sectores más conservadores. Y nosotros somos los snowflakes. Hemos tenido que sobrevivir con cincuenta mil millones de títulos donde los hombres toman las armas y matan de manera indiscriminada a personas que habitan ciertos países “conflictivos”, todo desde la perspectiva estadounidense/británica. Llevamos con esto años, y al más mínimo indicio de un hacer diferente, salen ríos de lágrimas que inundan los foros de extrema derecha y acaban desbordando a las webs de críticas, a las webs de notas e incluso redes sociales, y por qué no todo, pues gracias a la toma de decisiones del petardo del E*on, cuando vemos artículos sobre el tema, los primeros comentarios que salen son, precisamente de los verificados por el Blue. Casualidad es que sean siempre de la derecha rancia fascistoide, casualidad es. ¿Y todo por qué, si se puede saber? Pues porque al personaje que llevan vilipendiando y haciendo campañas en su contra desde los inicios resulta que es queer, que en su propio juego en el que es protagonista principal besa a otra mujer, y todo eso, como no, provoca el más lastimero de los llantos.
Si acudimos a webs especializadas en notas, como Metacritic, vemos lo esperado, este DLC de Horizon: Forbidden West recibe críticas sin mayor fundamento que el mencionado, ¿Cómo puede ser que permitamos esto? ¿Cómo puede ser que dos mujeres decidan besarse en este año 2023? Una vez más, desde Metacritic han dicho que revisarán el modus operandi a seguir para evitar este tipo de acciones, pero no es la primera ni la última, quien avisa no es traidor.
Son muchas las veces en las que, por intentar ser “sucio progre” en esta industria, aparecen este tipo de acciones, ¿pero sabéis qué? Que lloren. Son los que han hecho infinitas campañas señalándonos como débiles, como una panda de snowflakes, de pieles finas que a la más mínima les hiere. No nos hiere que John salve al mundo por derrotar a “extremistas islamistas” en su país, solo nos aburre. A vosotros sí que os duele que en Horizon: Forbidden West, un personaje como Aloy, más o menos bueno, se bese con otra mujer, y tened cuidado, pues no será lo último que os hiera.