Electronic Arts no hace justicia a su trayectoria
Cuando pensamos en Electronic Arts nos viene a la cabeza el nombre de una gran compañía. Primero, desde el punto de vista de los ingresos. Los estadounidenses son una de las empresas que más facturan en el sector de los videojuegos, concretamente fueron la octava en 2018, de acuerdo con Newzoo. Estamos ante una distribuidora y desarrolladora clásica, con multitud de sagas reconocidas por el gran público. Es el caso de FIFA en los deportes, Battlefield en los shooters o Mass Effect en el rol. A esto hay que sumarle la adquisición más bien reciente de la licencia de Star Wars, una de las marcas más importantes de la sociedad con la cual ha sacado al mercado títulos como Star Wars: Battlefront o Star Wars Jedi: Fallen Order. Incluso se ha animado a explorar el terreno indie con EA Originals. No es que pensamos que Electronic Arts es una third party capital, es que lo es. Desgraciadamente, no ha demostrado su poderío en su EA Play.
Ya de inicio se ha errado en el formato de la presentación. EA nos ha plantado cincuenta minutos de vídeo guiados por un maestro de ceremonias que interrumpía constantemente junto con explicaciones de los autores sobre sus obras. Ha habido mucho palabrerío. Esto ya de por sí afecta negativamente al ritmo del evento haciéndolo más lento, pero es aceptable si esos diálogos son interesantes. Si los desarrolladores ilustran facetas que no han quedado claras en los tráileres. No obstante, no ha sido el caso de este EA Play donde esas conversaciones han consistido en alabanzas a la comunidad, en dar pequeñas pinceladas de proyectos aún tempranos o en remarcar aspectos fáciles de entender como el cross play. En general, el ritmo del evento ha sido pastoso, muy diferente al dinamismo de las últimas conferencias de Microsoft en el E3 o incluso la presentación de PlayStation 5.
La pobreza en la naturaleza de la presentación se ha visto reflejada en la muestra de juegos. Se han distribuido pocos fragmentos jugables y los que han aparecido han sido cortos. El catálogo de títulos ha sido demasiado humilde, ya que han faltado a la cita pesos pesados como Battlefield o Dragon Age. Además, ha habido falta de sorpresas. Tan solo una, la de It Takes Two, la nueva propuesta de Hazelight. Josef Fares vuelve a apostar por una conjunción entre historia y jugabilidad en lo que será un juego de plataformas cooperativo. Parece ser que controlaremos a dos muñecos creados por una niña en un mundo muy colorido. Pinta interesante, pero falta ver mucho.
Entrando en juegos ya anunciados, se ha confirmado una nueva temporada de Apex Legends así como su llegada a Switch. Dejando de lado esta cuestión, solo hemos visto tres gameplays algo extensos durante el EA Play. Uno de ellos ha pertenecido a Star Wars: Squadrons. Me ha gustado sobre todo la integración del HUD en la cabina de pilotaje de las naves, favoreciendo así el factor inmersión. Se ha anunciado un modo campaña y modalidades multijugador, pero aún tengo dudas sobre si será suficiente para mantener la frescura de la experiencia. En ese sentido será vital que el manejo de los vehículos sea lo suficientemente profundo. Por su parte, Lost in Random me ha generado muchas expectativas con base en su apartado visual propio de la animación, la oscuridad de su estética y su historia, la cual nos presenta una sociedad cuyo destino es decido por una tirada de dados. Parece un título muy sólido, también por sus mecánicas variadas al presentar puzles, exploración y una acción divida en armas cuerpo a cuerpo y a distancia. Por último, hay que mencionar a Rocket Arena, de nuevo apostando por una estética cartoon y mezclando de forma novedosa los tiroteos con cohetes y el objetivo de echar fuera de la arena a tu enemigo. Es por ello por lo que da la sensación de que estamos ante un multijugador variado que además contará con sucesivas temporadas.
Hasta aquí todo. Es cierto que han hecho acto de presencia FIFA y Madden, más solo hemos visto cinemáticas de ellos. Y esto es muy preocupante porque estamos ante dos buques insignia de Electronic Arts. Es incomprensible que no se sepa casi nada de ambos productos a pocos meses del lanzamiento y de sus versiones en la nueva generación. Ante la inexistencia de Bioware y DICE, EA debería haber centrado sus esfuerzos en sus exponentes del género de deportes. Por lo demás, Star Wars, Rocket Arena y Lost in Random se presentan como aventuras muy interesantes, pero no es suficiente. Ha faltado mucho poderío AAA, se ha traicionado a la esencia de esta compañía. Se podría haber optado por un evento más corto y más dinámico. Así se habría camuflado un poco lo evidente, que es que Electronic Arts aún no está del todo preparada para la nueva generación. Sus proyectos más ambiciosos vagan por etapas tempranas de desarrollo.