Buena noticia ahora, pero ¿y en el futuro?
Pese a que no resulta un formato desconocido para los usuarios de Xbox One y PC (disponible a partir de agosto de 2014, y bajo el nombre de Origin Access desde 2016, respectivamente), Electronic Arts anunció ayer la llegada de su propio servicio de suscripción a la consola de Sony a partir del mes de julio, con un precio de 3,99€ al mes, o 24,99€ si se opta por una suscripción anual, cifras relativamente bajas si lo comparamos con otros servicios de suscripción, estando por debajo incluso de Nintendo Switch Online (uno de los más baratos, por más que las prestaciones que otorga sean completamente diferentes). Por otro lado, si lo comparamos con Xbox Game Pass, que sería su equivalente en el caso de Microsoft, el precio sube a 9,99€ mensuales, o 59,99€ anuales, algo lógico en relación a la biblioteca de títulos disponibles, pero que no por ello hace menos competitiva a la solución de Electronic Arts, que muchos fans (que únicamente jueguen a FIFA o Battlefield, por ejemplo) pueden encontrar más interesante una suscripción que adquirir el juego propiamente dicho, a nivel económico.
Debido al anuncio de la llegada de EA Access a PlayStation 4, Matt Bilbey, vicepresidente ejecutivo de Crecimiento Estratégico de Electronic Arts, ha declarado lo siguiente:
Para aquellos que no estén familiarizados con el servicio, más allá del acceso a los títulos disponibles (que va aumentando progresivamente), los usuarios obtienen otras ventajas como la posibilidad de acceder a Pruebas Anticipadas con las que disfrutar durante 10 horas de nuevos títulos, descuentos de cara a adquirir juegos, expansiones o DLCs de la distribuidora. Sin embargo, el auténtico potencial para Electronic Arts está en implantar una estrategia similar a Microsoft con Xbox Game Pass a la hora de aumentar la bilbioteca de títulos disponibles, incluyendo títulos AAA desde su lanzamiento, de manera que fidelizar usuarios resulte más sencillo a su servicio, aunque ello pueda implicar menores ventas individuales a nivel inmediato.
Y sin embargo, y por más que la idea pueda resultar interesante, la iniciativa de EA Access no deja de ser preocupante en el largo plazo. Si en PC ya está habiendo problemas con la fragmentación a nivel de tiendas digitales, la evolución lógica de estos servicios de suscripción sería que cada editora acabe teniendo uno propio (a excepción de Nintendo, que tal vez lo implemente en 2050), en una clara renuncia al formato físico, y con los usuarios teniendo que gestionar diferentes suscripciones para acceder a un catálogo de juegos, sin tener en cuenta el resto de servicios externos a los videojuegos que ya crean este tipo de problemas (como Netflix, HBO y el resto de alternativas). Y eso no es algo bueno, por más que los bajos precios puedan suponer un atractivo inicial, porque ante la ausencia de competencia (bien en forma de tiendas de segunda mano, o bien como ofertas de compra de títulos, sin sistemas de suscripción) los precios pueden subir sin que haya alternativa para los usuarios, únicos damnificados en esta situación. De igual manera, para los juegos independientes, esto puede implicar un problema, en caso de no tener apoyo de ninguna distribuidora, y si bien puede limitar en parte la burbuja indie que hay actualmente, también puede acabar de raíz con una escena que aporta a la industria, y que haga imposible que obras fuera de lo común lleguen a nuestras plataformas.