Phil Spencer rechaza la idea de que su modelo no sea viable
Phil Spencer ha tratado el tema del Xbox Game Pass con firmeza consciente del escepticismo existente sobre el futuro de dicho modelo. “Sin duda estamos ante un buen negocio para la compañía, y si que es verdad que no arrojamos demasiados datos sobre los usuarios de Xbox Game Pass, pero es una apuesta importante para los jugadores” explicaba Phil Spencer al medio Stevivor. Esa opacidad ha generado una corriente crítica sobre la nula transparencia de Microsoft a la hora de tratar números, cuyos valores más significativos son el número de usuarios que utilizan Xbox Live o el número totales de Xbox One que se han vendido desde su lanzamiento. Algo de lo que Playstation ha querido sacar pecho en la presentación del nuevo logo de Playstation 5. No obstante, los dirigentes de Xbox han afirmado que es un modelo rentable. Ben Decker, jefe del departamento de gaming de los de Redmon, explicaba hace unos días que este servicio no es ningún experimento, sino una apuesta de futuro pensada para satisfacer al usuario. Phil Spencer, por su parte, aseguraba que Xbox Game Pass no se trata de ningún cebo o reclamo para usuarios indecisos para acto seguido subir el precio estándar. “Conozco algunas personas que dicen, ‘oh, solo están quemando dinero a diestro y siniestro con el objetivo de ganar clientes y subir el precio más adelante” remataba Phil Spencer. Él señaló que sí que están invirtiendo considerablemente pero lo hacen de una forma sostenible.
De una forma u otra, queda claro que Microsoft ha logrado enmendar los errores cometidos al inicio de la generación de Xbox One gracias al modelo de servicio de Xbox Game Pass. Con más de 100 títulos a un precio que aún a muchos les cuesta creer: 9,99 € al mes. Además incluyendo juegos novedosos y triple A que eclipsan a los lanzamientos convencionales a 60 €. En mi opinión, no queda duda de que a falta de un PC potente o por comodidad, la combinación de las promociones de Xbox One All Digital y el Xbox Game Pass acercan a cualquier jugador a la infinitud de videojuegos por un precio muy asequible. Un modelo que atendiendo al coste de desarrollo de los videojuegos, cuesta apreciar qué recorrido tendrá en un futuro o si su trayectoria será análoga a las plataformas de series y películas en streaming como Netflix o HBO. Tampoco conocemos los efectos, a corto plazo, que tendrá en el resto de competidores.
Por otro lado, tenemos el modelo de Google Stadia. Fue lanzado el pasado mes de noviembre con una catálogo bastante reducido de videojuegos pero el buque insignia fue Destiny 2 de Bungie. Hoy, Charlemagne ha publicado el número de usuarios del videojuego en las distintas plataformas por lo que el número de jugadores en Google Stadia puede ser un indicador del éxito, o no, de dicha plataforma. Y la revelación ha sido que el número de jugadores ha pasado de los 19.400 a los 8.020, una caída de 58,7% en un mes, tras actualizaciones y un periodo festivo como fue la Navidad. Esto crea problemas evidentes en el propio juego, siendo en Google Stadia más difícil encontrar amigos u otros usuarios para formar equipos. Aún es pronto para decirlo, en parte porque se espera grandes lanzamientos en Stadia como Cyberpunk 2077 pero los desarrolladores que están trabajando en exclusivos para Google Stadia temen que Google decida no aguantar más el tirón de Google Stadia. ¿Será el servicio un fiasco más de Google en su incursión en los videojuegos?
También es muy pronto para decirlo. Hay que tener en cuenta que el futuro parece encaminarse hacia el servicio mediante suscripción y, a posterior, el streaming. Y tal vez estemos ante una tecnología adelantada a su tiempo. Este descalabro del modelo no es fruto de un mal recibimiento sino de unas expectativas, o mejor dicho, promesas no cumplidas. Promesas que avivaron el hype de muchos, entre los que yo me incluyo, y de lo que en mi mente no podía concebir que si todo lo que prometían era cierto entonces estábamos ante una revolución en los videojuegos, un verdadero hito en la historia que marca un antes y un después. No comprendía el poco entusiasmo manifiesto en una gran mayoría, tal vez más perspicaces o menos creyentes, que tal vez intuyeron que aquello no podía ser verdad. Pero el tiempo es inexorable y la realidad siempre llega. Han pasado casi dos meses desde su lanzamiento y Google ya no sólo debe sostener el servicio, sino apostar por su futuro para volver a convencer al gran público y tranquilizar a los desarrolladores. Porque poniéndome en su lugar, sin anuncios ni convocatorias próximas, el 2020 para Google Stadia se presenta muy incierto.
En un orden cronólogico, estos dos modelos deberían sucederse en un futuro. Uno nos sorprendió con un servicio de suscripción que no creíamos posible o viable y otro nos desilusionó con un servicio que creíamos ya posible de la mano de un gigante como Google. Tal vez no fue su momento y queda todavía esperar a su propio año. A modo de broma, decía un profesor mío enfocado en la producción, que todos los inventos estaban ya inventados en alguna isla en mitad del océano. Sólo que había alguien con un reloj en la mano esperando al momento idóneo para lanzarlo. En todo caso, ambos modelos deben tener en cuenta una cosa, no será posible su verdadero éxito sino va acompañado de grandes videojuegos de calidad. Porque dará igual cómo, aquí hemos venido a jugar.