Diablo Inmortal es un éxito, económicamente hablando
Si introduces las palabras “Activision Blizzard” en el buscador de esta misma página, observarás que no son pocos los artículos dedicados a la empresa en los últimos tiempos (como, mismamente esta semana), los que sí son pocos son los que tienen connotaciones positivas. Ninguna empresa es amiga del consumidor, pero la imagen de la (finalmente) última compañía adquirida por Microsoft mantiene una imagen más oscura que el resto. Generalmente, muchas de las políticas asumidas por la empresa en los últimos años han servido para aumentar su rendimiento económico a cambio de empeorar su imagen pública. Pero este año fiscal, los resultados no han sido los esperados.
Los ingresos generales, tal como se muestra en su informe financiero (agrupando Activision Blizzard King) son un 28% menores a los del anterior año fiscal. Una gran parte de esa disminución viene a través de Call of Duty, más focalizadas en los usuarios de los títulos de PC (Vanguard y Warzone). Respecto a Blizzard, los ingresos son sólo un 7% menores que el año anterior. Diablo Inmortal es el responsable principal de que los ingresos se “sostengan”. Y es que, en los dos meses que el juego lleva en circulación, se ha generado una cantidad bárbara de dinero en microtransacciones.
Ya desde su lanzamiento, Diablo Inmortal fue un generador instantáneo de polémica, principalmente debido a la intensidad con la que el juego te pedía dinero. Estamos acostumbrados a que los juegos gratuitos se sostengan en micropagos para generar beneficio y cubrir costes, pero generalmente en la industria occidental, estas estrategias no suelen ser tan agresivas. En el caso, por ejemplo, de Riot Games, ofrece sus juegos de forma gratuita y todos los pagos sirven para obtener cambios cosméticos, principalmente. Es cierto que es posible comprar campeones, o mejoras de experiencia, pero no son realmente una ventaja en partida frente a otros jugadores.
Lo mismo se espera de Project L, el nuevo juego de peleas del universo de League of Legends. Desde la compañía aseguran que serán respetuosos con “nuestro tiempo y nuestra cartera”. Y ese es el punto crítico. No sólo el dinero. El tiempo es oro. Diseñar un sistema de progreso que pueda requerir de años, literalmente hablando, para subir a un personaje sin pagar es otra de las formas de poner presión en los jugadores. Con el dinero vale todo, hasta prostituir una de las sagas más importantes del medio, saga que cambiaría los ARPG para siempre. El año que viene llegará Diablo IV y de momento se espera que el sistema de juego se aleje de las estrategias típicas de los juegos móviles, que para eso ya tenemos Inmortal, pero todavía queda mucho por ver y confirmar. En los próximos meses (o más bien años), comenzaremos a ver los cambios en el estilo de negocios en base a la adquisición de Microsoft.
Escribo estas líneas muy poco después de rejugar Diablo II en su versión remasterizada y la experiencia ha sido un viaje increíble. Ha sido muy interesante recordar sensaciones de antaño y sentir de nuevo por qué Blizzard era lo que era. Dentro de poco, en septiembre, comienza Wrath of the Litch King en los servidores de WoW classic. Recordada por muchos como la mejor expansión de la historia del MMO, nos pone delante de uno de los últimos momentos de oro del juego, que cada vez se encuentra en un mayor declive. Pensar en este lanzamiento me hace recordar lo difícil que era, hace 10 años, pedirle a tu madre la tarjeta de crédito para pagar la suscripción de un juego online. Cuan diferente es ahora mismo la situación, donde los juegos de móviles diseñan sistemas expresamente planteados para que un niño sea capaz de comprar moneda del juego, incluso sin querer.
Esta vez, el tiro no le ha salido del todo mal a Activision Blizzard. Diablo Inmortal continuará un tiempo siendo la gallina de los huevos de oro. A quién no le ha salido tan bien es a jitsallbusiness, youtuber y streamer que, después de gastarse cerca de 100.000 doláres en el juego, ha sido colocado en una posición demasiado elevada por el sistema de matchmaking, tanto que no puede encontrar partidas con otros jugadores. C´est la vie. Tanto dinero gastado, para no poder esperar jugando.