The Fabulous, en el límite entre la influencia y la apropiación
Este pasado martes Devolver Digital denunció públicamente a través de Twitter sobre uno de los juegos que se unieron a su plantel en 2018. GRIS, la obra de Nomada Studio, asentado en España, ha visto su trabajo copiado por otro juego llamado The Fabulous el cual, mediante un vídeo publicado por la propia Devolver podemos ver que han utilizado fragmentos de vídeo, diseño de personajes y niveles totalmente similares a los que vemos en GRIS. Este hecho no es ajeno a la industria y menos aún a todas las que de una manera u otra acaban desembocando en la propia definición de arte.
Cuando hablamos de arte en el mundo de los videojuegos no tenemos que olvidar que este debate sobre si los videojuegos son arte o no son arte tiempo atrás se quedó solucionado, ya sea para bien o para mal. Aunque no es la mejor manera, la RAE define arte como “la capacidad para hacer algo” o “manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos…”. Una vez dicho esto, usando estas básicas descripciones sobre qué es arte podemos enmarcar a los videojuegos dentro, ya que hacen acopio de las diversas ramas como pueden ser la lingüística, la plástica o la sonora, aunque cada uno a su manera. GRIS destacó desde un principio por una colorida ambientación y paisajes, todos pintados a mano bajo una paleta diversa que dotaba al juego de un agradable apartado visual. Esta decisión respecto al apartado artístico lo hizo destacar de una manera notable, ensalzando al juego en cuestión como una obra de arte, y dando pie a un debate que volvió a surgir durante y tras su lanzamiento debido a la similitud con la definición de arte que atañe a los cuadros/pinturas.
Alcanzar la cumbre solo está al alcance de unos pocos, los que marcan el camino a seguir o los que los crean se cuentan con los dedos de las manos. Sentar precedente es uno de los mayores hitos sea donde sea el campo, crear algo nuevo que se convierte en modelo, y es por eso que tenemos que tener en cuenta el impacto que puede llegar a tener en los que vengan después. Nuestro trabajo puede llegar a inspirar a los más novatos de la industria (y a los no tan novatos), los cuales explorarán desde su punto de vista los recovecos de lo que una vez fue nuestro para así adaptarlos a su propia realidad. Esto no es expolio, es inspiración.Uno de los ejemplos más recientes sería el del caso que rodea a la saga Souls, el cual empezó la entrega Dark Souls en el año 2011. Caracterizado por su – en momentos concretos – excesiva dificultad y fragmentada historia, sirvió como modelo para un “nuevo” género de videojuegos conocido como souls-like. A día de hoy podemos ver en muchos análisis o incluso en el boca a boca de los jugadores la palabra souls para referirse a un juego supuestamente influenciado por la saga de Hidetaka Miyazaki y From Software, en el cual debido la dificultad de los enemigos nos vemos abocados una y otra vez a muertes cuanto menos aparatosas. Una larga lista de títulos cuya inspiración fue Dark Souls vinieron después, unos más aceptados y otros no tantos, poniendo a Nioh y Lords of the Fallen como ejemplos.
No debemos confundir esta acción con lo que sería el plagio, la apropiación por parte de una persona o grupo de estas cuyo fin es sacar rédito del trabajo ajeno. Lo que hemos podido ver (cinemáticas copiadas, mecánicas calcadas, etc) no son justificables desde el ámbito de la inspiración, pues han sido copiadas fotograma a fotograma sin dar el más mínimo crédito a los artistas originales. Aun habiendo casos que se encuentran más en la linde entre influencia y copia, como sería el también reciente Enchanted Portals el videojuego español que imita a Cuphead, este descarado hurto ha causado un gran revuelo y sin duda no ha pasado desapercibido ante uno de los grandes estudios indie.