Abrirse a un abanico sin perder la esencia
Han pasado una buena cantidad de años, y los errores del pasado todavía hacen mella en un futuro que no termina de despegar. La industria del videojuego envejece, y me gustaría decir que como los buenos vinos, mas no es esa la sensación que percibo una vez me pongo a mirar la trayectoria y decisiones que se toman. Todavía siguen vigentes muchos estigmas que han marcado el ritmo de la industria en sí, algunos buenas, otros tantos malos, pero que acaban implicando cambios gordos, y uno de ellas fue la tan archiconocida guerra de consolas, quien nos diría que tras todo este tiempo seguiríamos en las mismas, pero con otros nombres propios. Dentro de este pseudo conflicto volvemos a tener varios bandos, poblados por seguidores acérrimos que no dudan en utilizar todos los medios disponibles para atacar a sus “rivales”. En este enfrentamiento, una de las tácticas más comunes empleadas por las empresas para lograr atraer la atención del público es la utilización de exclusividades en los títulos para así atraer o mantener a la gente en su plataforma. Tener en tu catálogo a grandes firmas o juegos puede hacer que el público general se decante por tu aparato, como así lo demuestran las últimas generaciones de consolas.
Esta práctica, a la que no quiero terminar de tachar de dañina, sí que demuestra que a día de hoy se sigue con ese espíritu de guerrilla, donde los fans defienden las compras millonarias de sus empresas como si les fuese la vida en ello. Por eso, cuando un juego que se consideraría exclusivo, sale de este cerco y puebla otras plataformas donde no estaba antes, permitiendo un acceso más sencillo a la comunidad de jugadores, es momento de celebrar, pues aquellos ajenos a estos conflictos y que por razones económicas no pueden tener las X consolas de la nueva generación les será más fácil jugar a un juego que antes no podrían haber probado. Death Stranding es el vivo ejemplo, habiéndose lanzado primero de forma exclusiva en PlayStation 4 y llegando posteriormente a PC, tanto Steam como Epic Games, otro meollo en el que no me meteré. La noticia por la que me encuentro escribiendo estas líneas es por el aterrizaje de la versión definitiva de dicho juego en PC hace apenas unos días, una versión que logra acompañar la grandeza de un juego que intentó romper con las ligaduras de las grandes producciones, aunque sin despegarse del todo.
En HyperHype ya hablamos sobre los nuevos añadidos que ofrecía el Director’s Cut de Death Stranding, donde priman las mejoras para los jugadores que deciden acercarse por primera vez al título a la vez que aporta nuevo contenido para aquellos que ya recorrimos aquellos caminos. Uno de los principales puntos, como alguien que jugó a la versión inicial de PlayStation 4 y ahora a esta en PC es el buen trabajo que se ha hecho para trasladarlo de una plataforma a otra, pues mi ordenador precisamente no es una gran potencia, estando varios escalones por debajo a lo que se lleva a día de hoy. A pesar de ello, la fluidez y la experiencia gráfica no se han visto tocadas en lo más mínimo, pues apenas he notado ralentizaciones a la vez que disfrutaba una vez más de los espectaculares paisajes que Death Stranding ofrece, sirviendo como modelo de buen port. Precisamente es en este aspecto donde muchos juegos actuales sufren, pues logran sacar versiones decentes en consolas para acabar realizando un trabajo deplorable en ordenador, o puede darse el caso de que sea todo lo contrario, solo hay que mirar a Cyberpunk 2077, pero esta no es la ocasión.
Está claro que podemos disfrutar más o menos este título, pues no le faltan ni seguidores ni detractores, algo que no podemos negar es la buena decisión de romper la barrera de la exclusividad para acabar saliendo en una plataforma algo más universal como el ordenador, donde ha encontrado a un público bastante agradecido con el producto. Es esto lo que verdaderamente importa, dejar de lado las innecesarias peleas sobre el ego de cada empresa y los increíbles catálogos que tienen, pues lo que debe de primar es que estos sean lo más accesibles posibles, y que las empresas se involucren con ello siempre será de agradecer. Una vez se da este paso, solo queda esperar si el trabajo del port estará a la altura del título original o no, pues Horizon Zero Dawn sufrió el despliegue en PC, lo cual no quitá que la intención está ahí, aunque mejorable, se tomó, y quien sabe, podemos soñar que en un futuro no muy lejano, poco a poco, vayamos abandonando estas prácticas en pos de un acceso más sencillo y barato a aquellos juegos que siempre hemos querido disfrutar.
Este artículo ha sido realizado con una clave de descarga digital para PC cedida por 505 Games