Otra polémica que gira en torno a minorías discriminadas
Las polémicas relacionadas con la discriminación sexual son, tristemente, habituales en los videojuegos, así como la negación de un sector de la comunidad a aceptar modelos de personajes que se “desvíen” del canon establecido y dominante. Ya lo vimos con The Last of Us Parte II recientemente, y lo hemos visto muchas veces antes, Assassin’s Creed: Odyssey o Battlefield V son solo algunos de estos ejemplos. Sin embargo, la última polémica relativa a este tema, y la que ocupa este artículo, pone en el punto de mira al equipo creativo y no a la comunidad, como suele pasar. De hecho, ha sido esta última quien ha alzado la voz para denunciar el caso y reclamar un cambio relacionado con la representación trans en Deadly Premonition 2.
Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise salió a la venta el pasado 10 de julio, con una legión de fans esperándolo, y, como muchos ya anticipaban, trajo consigo diversos problemas técnicos que han levantado polémica entre la comunidad. Sin embargo, muy lejos de esta problemática, hay un aspecto del juego que también preocupa a los jugadores y es la presencia de algunos indicadores que podrían identificarse como muestras de transfobia en el juego. Las críticas han señalado que algunos de los personajes del juego, entre los que se encuentra el propio protagonista, se refieren a un personaje transgénero por su “deadname”, es decir, por el nombre que le fue asignado al nacer, y no por el que ha adoptado conforme a su identidad sexual. Además, algunos de los usuarios que han denunciado este error también sostienen que el juego no expone de manera explícita que este comportamiento sea erróneo, por lo que no podría decirse que se muestre en un contexto condenatorio o crítico. Rompiendo una lanza a favor del creativo a la cabeza del proyecto, Hidetaka “Swery” Suehiro, hay que destacar que no ha tardado en salir a la palestra para disculparse por su error, asegurar que no era su intención y prometer una corrección de estas escenas ofensivas.
Recientemente, y en otro lanzamiento muy sonado como es The Last of Us Parte II, hemos visto al videojuego abordar temas relacionados con el colectivo trans, aunque en este último caso se trata de manera evidentemente crítica la discriminación por hacia el colectivo. Sin embargo, en el caso de la obra de Naughty Dog, la polémica es aún más triste, ya que es una parte de la comunidad la que se queja de la representación y la inclusión en “su juego”, por eso de “no sentirse representados”. Fueron muchos los que alzaron la voz para sugerir que la aparición de un personaje trans “era forzada”, o lo mismo con las relaciones homosexuales entre algunos protagonistas, o incluso contra el aspecto físico de Abby. Esto último argumentando que un cuerpo tan musculado no es creíble en una mujer. Resulta incluso desesperanzador cuando una compañía se atreve a dar un paso valiente para abordar temas candentes de nuestra sociedad y el público reacciona de esta manera. Resulta igual de triste que cuando esgrimen el “rigor histórico” para oponerse a la presencia de una protagonista femenina en Assassin’s Creed: Valhalla, o para sentirse ofendidos cuando una mujer protagoniza la portada de un juego bélico como Battlefield V. Incluso hubo quienes se fijaron con desprecio en el vello de Aloy en el anuncio de la secuela de Horizon: Zero Dawn, señalándolo como algo “poco femenino”.
Es por esto que, pese a todo, lo ocurrido con Deadly Premonition: A Blessing in Disguise puede verse como un pequeño rayo de esperanza, una muestra de buen juico por parte de la comunidad, que detecta estos errores que pueden resultar ofensivos para ciertas minorías, y los expone. Podemos tomar también como algo positivo la rápida predisposición del autor a remediar el problema y disculparse, cuando podría, como muchos otros, escudarse en excusas absurdas o negar el problema. Una cosa queda clara, aún queda mucho por avanzar, y ciertas cosas pueden interpretarse de maneras muy diversas, pero, poco a poco, estamos creando cierta consciencia entre la comunidad, y movimientos atrevidos como el de Naughty Dog pueden ser la semilla del cambio.