La compra de Sumo Digital aumenta la lista de Tencent
Vivimos en una sociedad, en una bastante deprimente. Este es uno de los comentarios que he encontrado tratando la noticia de la que os voy a hablar, uno más a una interminable lista de mensajes ácidos, críticos y agresivos que, para mí, no terminan de tener todo el sentido. Obviamente vivimos en una sociedad deprimente, abocados a un colapso no solo medioambiental, sino también económico bajo un sistema que cada vez es más dispar, pero sobre todo más injusto con los que menos recursos tienen. Una brecha casi insalvable que se abre estrepitosamente con cada movimiento empresarial. Claro que vivimos en una sociedad deprimente, en pleno siglo XXI seguimos abriendo los noticiarios con asesinatos machistas, racistas y homófobos, una sociedad cada vez más polarizada donde un bando quiere vivir y el otro no quiere que este primero exista, con un pequeño grupo de gente en medio que, siendo defensores del centrismo, vierten un veneno fácilmente clasificable en su discurso. Por supuesto que vivimos en una sociedad deprimente, pero esto no es debido a la compra de Sumo Digital por la empresa Tencent.
Obviamente no es la primera vez que Tencent apuesta por esta estrategia, ya han sido varios los estudios donde ha participado o incluso llegado a adquirir, o en propuestas digitales como en Epic Games. Esta estrategia, como podemos esperar, no es exclusiva de la propia Tencent, pues la vemos todos los días. En este caso, el estudio objetivo ha sido el británico Sumo Digital, y la suma nada más ni nada menos que 1.270 millones de dólares por la compra, unos 1.007 millones de euros. Este estudio no es pequeño precisamente, pues cuenta con 14 grupos diferentes en 5 países. Lo podemos conocer por una de sus principales aportaciones al medio, como fue Sackboy: Una aventura a lo grande, aunque su legado llega más allá, con colaboraciones en el desarrollo de juegos de Hitman, Forza o Crackdown. También es importante recordar que, anteriormente, Tencent ya poseía una parte de las acciones de Sumo Digital, un 10%, con esperanzas de crecer, algo que ha terminado sucediendo dos años después. La lista de empresas cuyas acciones pertenecen, aunque sea un porcentaje moderado, a Tencent aumenta, pues ya poseía el 100% de Riot Games, 40% de Epic Games, 23% de Dontnod y 5% de Activision Blizzard, Ubisoft y Paradox.
Los hechos están sobre la mesa, y nos son pocos los movimientos expansionistas que ha realizado la empresa para poco a poco ir haciendo su particular hueco en el mercado de los videojuegos. Sin embargo, las críticas recibidas por la comunidad nunca se hacen esperar, pues desde el minuto uno podemos encontrarlas en los posts o comentarios de las noticias que tratan estos temas. ¿La razón? Aparentemente, la localización, pues Tencent es una empresa situada en China. No son pocas las quejas que encontramos en los medios occidentales sobre la situación china, llegando a hablar de dictadura, un mantra que día a día se repite, replicando los discursos que nos llegan de Estados Unidos y que, como un eco, se expanden por tierras europeas. Esta propaganda cala, está claro, y difícilmente podemos ser capaces de ver más allá para comprobar si de verdad es como se pinta o si, en realidad, solo es un plan para desprestigiar a un país en vías de desarrollo cuya ideología y sistema tienen sus particularidades, pero que en sus bases defiende el socialismo. Esto se extrapola a todos los lados donde encontramos algo de influencia china, en este caso Tencent. ¿Por qué, cuando hablamos de Microsoft y sus desmesuradas compras, todo el mundo se alegra? ¿Por qué cuando Sony adquiere un estudio para su compañía, todo el mundo está feliz? ¿Por qué, cuando finalmente Tencent hace un movimiento similar, la gente llora, se queja o incita a que se pirateen los juegos, aunque los estudios sean “occidentales”? La respuesta creo que es bastante clara. Intentemos sobreponernos a los cánones y enseñanzas que se nos han inculcado y encontremos nuestra propia verdad con estudio, y no con panfletos, y sobre todo, señalemos a todas por lo que son, empresas, y nosotros no somos sus dueños.