Rebota, rebota, en tu culo explota
Decir que Activision-Blizzard está pasando por una mala racha es quedarse corto: las múltiples denuncias por maltrato a los trabajadores, acusaciones con nombres y apellidos en informes judiciales, los problemas con los inversores y la para nada huida de algunos altos cargos son noticia día sí, día también. No tengo los medios suficientes como para probarlo, pero pongo la mano en el fuego de que, a día de hoy, es una de las empresas peores valoradas en la industria y no descarto la que más. Nunca me había pasado ver en mi colección algún título interesante, darme cuenta de quien lo ha hecho y ni querer abrir la caja. Activision es el mal, e incluso cuando parece que va a hacer algo bueno siempre es para terminarte clavando un puñal por la espalda. O el disco duro, en este caso.
Call of Duty: Warzone, el battle royale gratuito de la compañía, va a recibir un nuevo sistema antitrampas llamado RICOCHET. La idea general es buena: separar a los jugadores normales de los que vienen a molestar en partidas distintas, intuyo que algo parecido a la Cheater Island de Fall Guys. Sin embargo, el sistema funcionará con un driver con premisos absolutos, a nivel de kernel. Este tipo de sistemas empezaron a crecer a partir de Vanguard, necesario para jugar a Valorant y que generó mucha polémica al ser un juego de Riot y por tanto estar bajo mano de Tencent, el gran gigante chino. No solo tiene acceso completo al ordenador, sino que tenía que estar funcionando incluso cuando no se estuviese jugando (ahora se puede desactivar, más o menos).
También existe el peligro de que llegue a hackearse y dejar completamente expuesto el dispositivo para que hagan lo que quieran. Conlleva confiar en el buen hacer de la empresa, pero también en que el software es perfecto, y eso es prácticamente imposible. Pues bien, resulta que se ha filtrado parte de RICOCHET y se está intentando hacerle ingeniería inversa. Sin embargo, Activision ya ha afirmado que han compartido una versión previa del software con terceros como forma de testeo y que siguen preparándolo todo para que nada vaya mal.
Esta no es la primera vez que vemos a Activision realizar esta jugada, por lo que en principio nada debería preocuparnos, ¿verdad? Realmente depende mucho de lo reciente que sea esa versión filtrada: tienen que estar lo suficientemente fresca para que esas terceras personas encuentren lo que a ellos se les ha pasado por alto y a su vez tiene que diferir bastante de la versión final para evitar problemas. Es un punto medio complicado y no voy a dudar de la profesionalidad de esta gente: era más que posible que el software se acabara filtrando. Sin embargo, tal y como se ha visto a lo largo de los años, ni hay antitrampas perfecto ni Activision tiene la mejor moral. Vanguard funciona hasta cierto punto, ya que ha tenido problemas de falsos positivos a raudales además de no evitar que los tramposos se cuelen – que sepamos, aún no se ha hackeado. De RICOCHET, sin embargo, lo que más me preocupa es el tratamiento de datos. Como ya he dicho, es más cuestión de confianza que otra cosa, pero Activision no es para nada una empresa amable con el usuario, ni siquiera para embaucarlo, y por supuesto no tienen vergüenza ninguna visto lo visto. Confiar en la palabra de Activision, en mi opinión, es de ser muy idealista.
Por supuesto, el tiempo dirá qué acaba ocurriendo. Pedir acceso completo a un dispositivo para un juego me parece una línea que no debería cruzarse por las terribles consecuencias que puede tener. También es cierto que otros antitrampas como Vanguard aún no se han roto pero sí rodeado, así que tramposos te vas a encontrar de todas formas (menos frecuentemente, pero los habrá). Por último, está lo del filtrado y que viene de Activision, algo parecido a pactar con el diablo. Cada uno decidirá lo que quiera, pero yo solo veo banderas rojas.