Tras la presión de las quejas de los jugadores
El regreso de Valve al desarrollo de videojuegos no va a estar alejado de las polémicas. Más allá de los deseos de la comunidad por la tercera entrega de cualquiera de sus franquicias más populares, Artifact, el juego de cartas inspirado en el universo de Dota, ya está sufriendo los primeros cambios en su modelo tras el feedback de los usuarios que han tenido acceso a la beta privada, que finaliza hoy mismo para dar paso a una beta pública a que podrán acceder todos los jugadores.
Tras finalizar el periodo de confidencialidad relativo a esta fase reducida, muchos usuarios han comenzado a criticar el modelo del juego, que costará 20 euros (o dólares, según la divisa que empleemos) pero luego sería un requisito pagar por prácticamente cualquier acción que queramos llevar a cabo, ya sea comprar un sobre o jugar un Evento de Selección (que equivaldría al modo Arena de Hearthstone, el actual rey del género en el ámbito digital). Esto, evidentemente, junto a otras quejas como la imposibilidad de poder jugar estas partidas con amigos, se han reflejado en este post publicado en el propio blog del juego.
En este sentido, Artifact se desmarca de otros juegos ya establecidos como Hearthstone o Gwent, que optan por un modelo Free-To-Play en el que los micropagos no son inexistentes, pero no obligan al jugador a pasar por caja de forma obligatoria. Esto se suma al hecho de que, como juego de Valve, implementa el Mercado de Steam como posibilidad para comerciar con las cartas (recordemos que de cada transacción que se realiza, Valve se lleva un pequeño porcentaje), pero en esta ocasión no se limita a personalizaciones, como puede ser el caso de Counter Strike Global Offensive, si no que pueden marcar la diferencia a nivel jugable, lo que repercutirá en el precio de estos artículos, además de su rareza.
Es evidente que balancear y equilibrar un juego de cartas es mas sencillo cuantas menos opciones jugables haya (uno de los motivos de la implementación del Modo Estándar y Salvaje en Hearthstone), pero a la par es necesario introducir novedades de forma regular para mantener vivo el juego y, por ende, la comunidad que se desarrolle alrededor. Pero cuando el balanceo no se limita únicamente al juego, si no también a su modelo de negocio, los presagios no suelen ser buenos. Salvando las distancias, me recuerda parcialmente al caso de Evolve, juego de Turtle Rock que en sus periodos de prueba recibió buenos comentarios por parte de la comunidad, pero al dar el salto como juego de pago (a precio completo además, no como el nuevo título de Valve) y unir esto a la exagerada cantidad de micropagos disponibles y la falta de contenido (sin pasar por caja) que sufría el juego, lo condenaron prematuramente, y poco importó su cambio a un modelo Free-To-Play.
Valve acostumbra a hacer experimentos internos que habitualmente no llegan a ver la luz, pero el caso de Artifact implica que pase de ser una prueba a ser algo medianamente serio, y que puede afectar a la imagen de la compañía de cara al filtrado casco de Realidad Virtual, que implicaría nuevos desarrollos propios para apoyar el dispositivo y que podría ver como su base de usuarios, que tanto esperan cualquier novedad de la compañía con las expectativas en lo más alto, pierde la confianza en una compañía que no puede permitirse ningún tipo de fallo.