El nuevo juego de Ludipe promete y, al menos de momento, cumple a la perfección
Ayer, día 24, estuve en la showroom de Nintendo probando Bleep Bloop, el nuevo juego de Ludipe en colaboración con un par de amigos del medio y distribuido por Zerouno Games.Este ser de luz es un desarrollador indie español cuyos juegos siempre me han fascinado sin saber que él los había creado, sobre todo Missing Translation, así que estaba algo nervioso de conocerle. Sin embargo, su forma de ver los juegos es impresionante y casi única, y esta marca de agua es imprescindible para entender Bleep Bloop.
El concepto de Bleep Bloop ya es conocido por todos. Son puzles en los que hay que deslizarse hasta llegar a una meta: fácil, sencillo, para toda la familia. Sin embargo, algo que Ludipe quiere conseguir es la sensación de cooperación, así que decidió meter a otro personaje en el cual también puedes apoyarte. Pensó en la accesibilidad, así que lo hizo lo más intuitivo posible, que cogieras el mando y no tuvieras ni que pensar. La interfaz es prácticamente inexistente, ya que no la necesitas en absoluto; es un juego de relajarse y dejarse llevar.
La música acompaña muy bien y sirve como catalizador de frustración si te quedas atascado. Hay puzles que te van a suponer un reto mayor, pero seguramente sea por cómo ves el escenario y lo concibes. Unos se pueden pasar varios a la primera y quedarse atascados en otro que es realmente sencillo para un jugador distinto, así que otro punto más al cooperativo. He de decir que es algo confuso jugarlo una persona sola, ya que confunde qué mando mueve a qué personaje, pero tampoco es para tirarse de los pelos. Está claro que este juego con amigos o con alguien de tu familia puede aportar mucho.
Cada mundo es un reto distinto, una mecánica nueva a aprender y que poco después no vas a volver a utilizar, y es algo que en otros títulos quizá no me agradaría, pero aquí es necesario. Empiezas deslizándote, sin muchas más complicaciones, a modo de pequeña introducción a los controles. Luego aparecen los chicles, los cuales te paran a medio camino y permiten que el otro jugador se pegue a tus lados, pero solo si estás encima del mismo. Cuando lo vi en el tráiler no me quedó muy claro, pero lo de poder mantenerte a los lados aporta una variedad de situaciones bastante interesante. Posteriormente, te encuentras con los botones, los cuales si accionas hacen aparecer y desaparecer ciertos bloques. Por último, las piezas móviles, las cuales se desplazan con la dirección de tus movimientos.
Los niveles hasta donde pude ver (sospecho que nos quedamos a punto de completarlo) son muy variados. La mayoría son retos pequeños contenidos en uno mayor, y realmente es bastante satisfactorio el ver que estás a punto de completarlo, que te queda nada y menos. Los selectores de niveles también son un puzle en si mismos de baja dificultad, pero concebidos para no romper el ritmo de juego. Otro detalle que destacar es el hecho de que no puedes chocarte con el otro si ambos estáis en movimiento, algo que me sorprendió en un primer momento pero que tras jugarlo tiene mucho sentido.
Por último, mencionar algo que siempre me ha parecido fascinante y que es mucho más complicado de implementar de lo que parece: la resolución de los puzles. Cuando estás jugando sientes que estás realizando los pasos que el diseñador quiere; en cambio, los puzles tienen muchas maneras de resolverse. Por tanto, varios jugadores no tendrán la misma experiencia de juego, puesto que a uno cierto puzle le resultaría más fácil de resolver que a otro. Sin embargo, aunque a esto se le podría llamar mal diseño en algunos casos, en este refuerza la accesibilidad antes mencionada, ya que el jugador tiene más opciones a la hora de plantear la solución de un puzle de acuerdo a su visión de este.
En resumen: Bleep Bloop es un juego pequeño, muy accesible, muy relajante y muy próximo (sale el 31 de este mes). No tengo una Switch – por desgracia, porque este título es ideal para la misma – pero creo que llegar a casa tras un día de duro trabajo/estudio y simplemente tirarte en el sofá, encender la consola y jugar con calma tiene que ser una sensación maravillosa. No es un juego que te quiere agobiar, es muy amigable, pero no quita que vayas a tener que dar caña a la sesera. Seguramente me lo acabe pillando en PC para jugar con mis abuelos, que les hará mucha gracia, y estoy seguro de que será una buena experiencia. Ludipe, te tengo en mi corazón.