Criticar sin saber; todo un Don
El próximo 12 de octubre se pone a la venta Call of Duty: Black Ops 4. El nuevo shooter de Treyarch y Activision viene completo de novedades, tal y como os contábamos hace tan solo unas semanas en nuestro avance, aunque quizás la más llamativa, y en la cual recae gran parte del peso total del conjunto, sea el innovador modo battle royale de la entrega. Bajo el nombre de Blackout, nos encontramos ante una modalidad que bebe descaradamente de PlayerUnknown’s Battlegrounds y de Battlefield para ofrecer una experiencia más intensa que su competencia, y también más directa. Una experiencia, en resumidas cuentas, diferente a lo visto hasta ahora, lo cual se agradece mucho viniendo de una franquicia que ha estado durante años y años sirviéndose de las mismas bases jugables para únicamente ensanchar su base de usuarios y, por ende, aumentar sus ingresos sin demasiado esfuerzo.
Todavía nos surgen muchas dudas con respecto a Blackout, y es que, a falta de hincarle el diente a una beta prevista para este mismo mes de septiembre, se trata de un modo que nadie ha podido probar hasta el momento (quedáos con esto). No obstante, la modalidad ya se encuentra en el punto de mira de muchos por el mero hecho de que, en una reciente entrevista con el medio Game Informer, el equipo admitió que el mapeado entero de la vertiente podría recorrerse de punta a punta en cinco minutos a sprint, siendo esta la distancia entre los dos puntos más alejados del mapa. Se trata, desde luego, de un dato curioso, que nos hace plantearnos, por ejemplo, la existencia de vehículos como helicópteros o quads – que, de contar con una velocidad mínimamente estándar, podrán, con total seguridad, desplazarse por el escenario con una soltura pasmosa -. También es un hecho que nos hace preocuparnos por la mecánica de la tormenta; ese elemento que únicamente busca reunir a todos los jugadores vivos en un mismo punto con tal de que no se diluya la acción. Tratándose de una mecánica interesante a la que no le podemos quitar el ojo de encima en títulos como Fortnite, ¿dejará de ser un peligro en este Blackout?
Sea como fuere, tras estas palabras, y tras echarle un primer vistazo al tráiler debut que Activision publicó el otro día (y que os he dejado por aquí arriba para que podáis contemplarlo con vuestros propios ojos), es normal que este tipo de dudas aparezcan y ronden la cabeza de muchos jugadores. No obstante, no debería de ser normal el hecho de que se tomen estas declaraciones como un arma más para arremeter contra el título una vez más. La comunidad de usuarios de todo el mundo ha acabado guardando un gran rencor a Call of Duty durante todos estos años, tal y como ya se dejó patente, por ejemplo, durante la presentación de Infinite Warfare. Sin embargo, me molesta que dicho grupo sea incapaz de ver más allá de sus propias narices; incapaz de dar una oportunidad a una obra antes de lanzarse a Twitter a flamear y a hacerse el entendido sobre un tema del que, actualmente, nadie ajeno al equipo de desarrollo puede hablar con propiedad.
El tamaño del mapa en un battle royale es un aspecto importante para su correcto funcionamiento. Pese a ello, creo que, en estos casos, como en casi todos los campos de la vida cotidiana, ‘más’ no es necesariamente un sinónimo de ‘mejor’. Las limitadas dimensiones de Blackout permitirán a Treyarch, a buen seguro, trabajar más detalladamente en todos los espacios que lo componen (muchos de ellos inspirados en los más icónicos mapas de la franquicia), resultando en un mejor acabado final. Se mejorará la fluidez de la partida, y se intensificará una acción en la que, en esta ocasión, únicamente participarán 80 personas en lugar de las 100 a las que otras propuestas del género nos tienen acostumbrados. Esta alta concentración de usuarios podrá dar lugar a situaciones realmente variadas, desafiantes y divertidas, con enfrentamientos a gran escala entre varios equipos que realmente expriman las nuevas mecánicas de la modalidad (como la presencia de enemigos PvE, los zombies). O quizás no, quién sabe. Todavía tendremos que esperar unos días para poder saberlo de primera mano, pero, hasta entonces, intentaremos mantener la boca cerrada. Criticar sin saber absolutamente nada sobre el tema del que estás rajando mola, pero criticar sabiendo mola aún más. Probadlo, igual le pilláis el punto.