¿Existe juego perfecto?
Acercándome al lanzamiento oficial del próximo título de una de las sagas más reconocidas del mundo, decidí emitir en directo un título de la misma de hace aproximadamente diez años. Un juego crucial para el posterior desarrollo de la franquicia y un referente en los juegos de disparos en primera persona. Esta producción es reconocida especialmente por su archifamoso modo donde uno debe defenderse de oleadas de zombies; no obstante, en el modo campaña de la propuesta se intentó dar forma a un argumento particularmente profundo, en la línea de lo visto en el mítico Modern Warfare, donde el jugador tendría que cuestionarse cada escena, cada misión y cada conversación. Además el enfoque político de la entrega buscó poner sobre la mesa en su momento un tema interesante del que hablar por la parte madura de la comunidad – aquella que no se limitaba a ordeñar el modo multijugador únicamente -.
No pretendo entrar en detalle sobre la vida completa del juego o sus características. Después de esta pequeña introducción, me gustaría que nos montáramos en mi ‘tren de la divagación’ y diéramos una vuelta por la campaña de Call of Duty: Black Ops. Me encantaría saber si hay más personas que piensan igual que yo sobre todo este asunto, mostrándose férreos ante la que, para muchos, es “la mejor historia de todos los Call of Duty”. Ya que, a decir la verdad, la considero una buena excusa argumental para desatar el caos, pero su trama y narrativa le dificultan llegar tan siquiera al 7. Casi que más bien se quedaría en un 6,85.
Call of Duty: Black Ops se diferencia de otras entregas de la saga, sobre todo, por su enfoque político (por suerte) superficial. El típico argumento donde los Estados Unidos es el bueno y todos los demás son los malos (o peores aún). Sea como sea, supongo que ese es un enfoque extendido a la inmensa mayoría de obras mainstream paridas por diferentes estudios estadounidenses. No obstante, voy a explicar brevemente el hilo argumental de Black Ops para que nadie se pierda (yo incluido). Nos remontamos a la época de la Guerra Fría, un conflicto principalmente de carácter político, económico y militar entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que duraría hasta hace 29 años. Se podría decir de forma vasta y sin pelos en la lengua que dicho enfrentamiento estalló para mostrar al uno, al otro y al resto del mundo quién tenía las de ganar y quien las de perder.
El título nos mete en la piel de Mason, un agente de SOG o Grupo de Estudios y Observaciones. Atado a una silla, es bombardeado con montones de preguntas sobre estaciones numéricas. Fuera de ella, deberá de seguir una misión simple: neutralizar a los enemigos, los cuales tienen como objetivo principal detonar varias células de gas extremadamente mortal. Obviamente esto se podría decir que es un resumen en pastilla, ya que el contexto y los diálogos hacen que el juego tenga bastante más profundidad (relativamente hablando). La mayoría de las misiones en Black Ops, se basan en retrospectivas del protagonista sobre los diferentes sucesos, algo que realmente hasta aquella fecha no abundaba en la saga (casi siempre se han hecho argumentos lineales con uno o varios protagonistas como pasa en Call of Duty [1]).
Recursos profundos empleados sin profundidad
Las escenas retrospectivas o flashbacks son un recurso utilizado tanto en el cine como en los libros o en este caso, videojuegos. Si este elemento se utiliza correctamente, puede llegar a lograrse una experiencia única e irrepetible, algo que no pasó en el título, desde mi experiencia. Entiendo que los desarrolladores hayan querido hacer que el jugador deguste una experiencia algo diferente y más profunda. Es parecido a, por ejemplo, comenzar a jugar a Serious Sam donde cada misión aparecen diálogos y escenas de aproximadamente diez minutos de contenido. Ojo, con esto lo que quiero decir es que, si se cambia o merma la naturaleza de algo, esto puede recibirse mejor o peor, pero nunca de la misma forma. Por eso mismo perfectamente entiendo que a muchas personas ese pequeño cambio les haya gustado en aquel momento. Sin embargo a mi me “pesa” cuando se trata de un Call of Duty.
Tampoco me gustaría dar a entender que no me gustan las historias más densas, todo lo contrario: me encantan. No obstante, haber enfocado de esa forma un Call of Duty fue un arma de doble filo. Me alegro de que haya seguidores a los que les flipó ese argumento, pero por otra parte entiendo que no les haya terminado de cuajar a muchos otros. Hay momentos en el videojuego donde realmente te pierdes un poco entre tanta paja de nombres y escenas crípticas, cuando todo es realmente más sencillo de lo que parece. Hay algunas partes donde realmente me planteé si estaba siguiendo el argumento o pegando tiros por pegar. Mira que me alucinan los juegos sobre guerra – e historia, en general -; Black Ops al estar ambientado durante los 60s me mantuvo bastante atento a todo lo que pasaba durante el transcurso de la historia. J.F. Kennedy, Fidel Castro, diferentes sucesos en la guerra de Vietnam – elementos indispensables en ese Black Ops. No obstante creo que, reiterando una vez más a las líneas de más arriba, se le quiso dar demasiada complejidad a lo que al final del día no dejaba de ser, por mecánicas y nombre, un Call of Duty (cosa que más tarde cambió ligeramente).
Aun así, mi opinión no solo se resume en una composición argumental débilmente acertada. También me mostré bastante de descontento por lo angustiante que pueden llegar a ser algunos niveles. Por ejemplo, cabe destacar una parte dentro de un búnker en una de las últimas misiones. En esa sección del juego aparecen varios enemigos cubiertos detrás de diferentes estructuras y objetos, asomándose de vez en cuando para intentar aniquilarnos, cosa que les sale muy bien por la falta de feedback sonoro o visual que ofrece el título al jugador. Literalmente no he visto ningún tipo de marca de impacto o hitmark, más conocido como una crucecita y un sonido característico que se produce cuando logras acertar un disparo. He estado un buen rato intentando deshacerme de enemigos que supuestamente habían recibido plomo, pero aparentemente no era así. Entre esto y un lanzallamas que no llega a más de un metro, el combate en Black Ops se hace bastante tedioso en algunos momentos.
Creo que por todo lo demás es un Call of Duty de buen nivel. Misiones llenas de acción, volar con helicópteros y disparar misiles a punta pala, ¡eso si está bueno! Una banda sonora adecuada con temazos archiconocidos como Fortunate Son de Creedence Clearwater Revival. Y un amplio repertorio de artilugios militares modelados a la perfección como la mayoría de elementos en el juego. Creo que las personas hoy en día posicionan este Call of Duty: Black Ops demasiado alto por la nostalgia o porque en su momento les ha parecido un videojuego flipante sin cuestionarse realmente qué es lo que ocurre en el argumento. Sea como sea, Black Ops se gana un lugar especial en mi biblioteca de juegos pero desde luego, no por ser un ejemplo de “cómo hacer un buen Call of Duty”.