This was a triumph
Half-Life salió hace más de 21 años, que se dice pronto. En todos estos años, la obra de Valve ha influenciado a muchos pequeños y grandes desarrolladores a la hora de fijar sus objetivos. Todo juego de Half-Life ha traído algo nuevo, y supongo que por eso las expectativas con Alyx, su versión para Realidad Virtual, son tan altas. Sin embargo, ¿habéis jugado recientemente al primero? Sigue siendo bastante entretenido, pero a veces se hace bastante cuesta arriba. Hay mucho retoque con respecto a cómo salió, pero Gordon Freeman sigue teniendo pies de mantequilla y las expansiones son de todo menos fáciles. Tras abandonar durante tantos años la saga y dejando herramientas de desarrollo tan potentes con el nuevo motor Source, fueron los fans los que tomaron el testigo, creando juegos con historias paralelas al original, mods muy variados e incluso sus propias experiencias únicas. Con todo, la que siempre ha destacado, ha sido Black Mesa.
Black Mesa nació como un mod en respuesta a Half-Life: Source, una especie de remake del original en el nuevo motor de Valve, pero prácticamente idéntico al original. Frente a esto, Crowbar Collective decidió crear su propio remake del original al fusionar dos equipos que tenían este mismo proyecto, y vaya si lo hicieron. Han tardado más de 15 años en sacarlo, ya que en 2012 se lanzó el mod de forma gratuita pare una de las primeras versiones del motor, y han tardado única y exclusivamente para hacer Xen 5 años enteros. Pero todo tiene su final, y pese a tener bugs y algún que otro problema de rendimiento, Black Mesa ha salido oficialmente del Early Access. Todo un trabajo titánico que hasta Valve quiso reconocer en su día, permitiendo su venta y llevándose un pellizco por el camino. El juego ahora mismo está a menos de 20 euros, y personalmente me parece una broma por todo lo que han llevado a cabo, aunque habrá que respetar la decisión.
Lo que hace especial a Black Mesa, frente a otros muchos proyectos del estilo, tanto dentro como fuera del universo Half-Life, es que toma el concepto inicial y, teniendo la historia de lo que será en un futuro Half-Life 2, construye a partir de ahí y de sus mecánicas. El propio Xen no es un simple mapeado nuevo ni otra capa de pintura, sino un análisis de cómo hacer un último capítulo de una obra de esta envergadura, con los nuevos cambios y mecánicas implementadas. No es solo una carta de amor más a esta saga, sino una tarjeta de bienvenida y un golpe sobre la mesa de un equipo que espero reciba el reconocimiento que merece en el futuro, a ser posible en forma de trabajo o dinero. No es un remake a lo Spyro, sino con los acordes de Resident Evil 2.
Black Mesa no solo recrea, sino que expande: las nuevas voces de megafonía, las conversaciones entre científicos, los sonidos, la banda sonora, la interacción con el entorno, la reforma de muchos pasajes clásicos hacia un estilo más detallado pero sin sobrecargarlo nunca. Todo el universo Half-Life está metido aquí, y me parece irónico que sea un fangame el que entiende mejor lo que supone Half-Life que lo que parece que ha entendido Valve estos años, porque ha sido mucho. El original conseguía algo fantástico a la hora de imaginarte cómo eran esos escenarios que le tocaban vivir a Freeman, pero en Black Mesa se vuelven más palpables… Al menos hasta que te quedas pillado en una caja, te matan, se congela el juego y tienes que forzar el cierre. Pero bueno, nada es perfecto, al menos por ahora. Que haya salido del Early no significa que esté todo el pescado vendido, así que habrá que estar ojo avizor para saber cómo evoluciona esto, aunque probablemente sean más parches que otra cosa. A pegar tiros se ha dicho.