Dientes largos

El que replica, critica, vitupera, contesta, argumenta, protesta, contradice, alega o arguye de algún razonamiento.

No tengo mucho hype para repartir en este 2021. Especialmente en lo relativo al género de un triple A que ha dejado Forspoken para 2022 y que cada vez se me antoja más anodino (perdonadme aquellos que ahora disfrutáis de los lúgubres recovecos de la demo de Resident Evil VIII, los que contáis los días para el estreno del nuevo Ratchet and Clank y los que veis en Deathloop nuevas razones de peso para volver a creer en el buen hacer de Arkane; ya me conocéis, estoy hecho un yayo), el año que – esperemos – dará carpetazo a la pandemia sigue explicitando con el devenir de los meses las secuelas de esta última, y brinda aún menos razones de las que ya había para dar el salto a PS5 y Xbox Series X. Afortunadamente, las noticias relativas a esa generación que por algún motivo nos empeñamos en dejar atrás son, sin embargo, algo mejores. Y por más que muchas de ellas deban una exagerada fracción de su benignidad a tiempos pasados, no dejan de configurar en decenas de casos motivos de celebración muy suficientes; casi imprescindibles a la hora de afrontar lo que resta de año con un mínimo de hedonismo e ilusión.

Aunque en mi vida no falta salud ni en la de mis más allegados  – y eso es todo lo que importa, al final del día -, abril ha sido, a nivel personal, uno de los peores meses que recuerdo en años. Llevo un mes de mierda, y ni un relanzamiento de Final Fantasy Versus XIII podría cambiar eso. Pese a ello, me alivia saber que esta semana, al menos, es una buena semana para el fan del videojuego mainstream más selecto – la mejor de todo el año, a mi juicio -, no solo por el estreno que tiene lugar, sino también por el aire fresco que se respira en redes estos días previos y por la seguridad de que, llegados al viernes, podré compartir mi ilusión con una de las mejores comunidades que ha parido el ecosistema del big-budget videogame. Este viernes 23 se lanza oficialmente NieR Replicant. Id planchando el traje.


Hablaros de las bondades del original o establecer conexiones entre este y el remake desarrollado por Toylogic es algo que, siento, no me corresponde; en parte, porque no creo ser el más adecuado para ello (como muchos de vosotros, yo también he intentado llegar al estreno lo más ‘virgen’ posible, sin conocer toda la información que se ha lanzado al respecto; además, nuestro especialista, Carlos ‘Wolfgang Aktion’, me mataría si en mi explicación no le hiciese justicia a la obra lanzada en aquel abril de 2010), y en parte, porque prefiero dedicar estos párrafos a haceros llegar a los más ajenos mi expectación por esta revisión, en pro de que podáis comprender el porqué le doy (o le damos) esta importancia.

Quizás el principal motivo por el que parte de la comunidad se percibe revolucionada ante la llegada de Replicant ver.1.22474487139…, de manera similar pero no idéntica a lo que ocurrió en 2018 con Shadow of the Colossus, se pueda encontrar en la calidad fehaciente de la que hará gala el material con el que nos encontraremos a final de semana. Esta edición del título, en apariencia extremadamente fiel al juego de culto de Cavia, no solo revisa la factura técnica de un contenido narrativo de carácter pseudo-filosófico y decadente que ha resistido muy bien al paso del tiempo, y que sigue contando a día de hoy con la misma fuerza (o incluso más, gracias a las circunstancias) que hace una década. También se encarga de hacer propio un sistema de combate libre anclado al RPG más vetusto, ahora reconvertido en el frenético hack ‘n’ slash al que nos malacostumbró Automata.

No es la única vinculación que existe entre ambos productos: en una reciente entrevista con PCGamesN, Yosuke Saito, legendaria figura de Square Enix que vuelve a ocupar la figura del productor ejecutivo, ha dejado entrever una conexión retroactiva entre los dos capítulos que  componen la franquicia, junto a “secciones de la historia añadidas que no pudimos acabar en el original“, nuevos jefes y otras novedades. (Cabe añadir que Yoko Taro, director de la entrega original, también está de vuelta, ahora como director creativo). Y es que, por más remake que sea, si es tan vasto el sentimiento que nos mueve a quedarnos sin uñas y a ansiar la llegada del viernes no es otro que el de hallarse cerca de lo que al fin y al cabo es una nueva aventura de NieR. No merecería tal designación si no estuviese dotada de una apropiada dosis de sorpresas, plot twist y ases bajo la manga.

Con exponentes mastodónticos y experiencias que me han alcanzado de manera muy personal como The Witcher 3: Wild Hunt o Sayonara Wild Hearts, no sé decir si NieR Automata es el juego de la generación, pero definitivamente me parece un juego importante. Importante por su identidad, por su capacidad para trasladar a las masas mensajes muy íntimos, por ser decididamente una obra de autor, por retratar los problemas del aquí y del ahora en un universo tan puntualmente hermoso como hostil y decrépito. Con sus cambios de perspectiva y sus subversivos personajes, Replicant, a caballo entre la secuela, la precuela y el homenaje, volverá a explorar ese mundo desde una perspectiva supuestamente conocida, familiar, pero no me cabe la menor duda de que renegará de dejar a un lado sus señas; su capacidad para sorprender, su capacidad para enseñar. Ni a propios ni a extraños.