El primer paso para una gran historia
Este año anterior fue lanzada la nueva, si se puede seguir llamando así, entrega de está gran saga de juegos que enamoró a un gran público. Me refiero a Assassin’s Creed Odyssey, queha recibido bastantes buenas críticas y algunas buenas notas, aunque también se ha llevado grandes palos por parte de los fans de la saga. Este, al fin y al cabo ha sido, junto a la anterior entrega, Assassin’s Creed Origins, un lavado de cara a la saga que muchos dicen que ya está más que quemada. Y es que tras bastantes años lanzando año tras año un nuevo juego de la saga era normal que quemarán al público, sobre todo con Unity y Syndicate, que fueron los más criticados. ¿Sabéis por qué? Porque la mayoría del público afirma que se ha perdido la esencia y que Ubisoft, su desarrolladora, ha pervertido las bases de lo que fue un gran juego como Assassin’s Creed y las tres entregas siguientes.
En este tributo me gustaría recordar estas bases e historia que cautivó a los jugadores, entre los que me incluyo. Y es que podemos afirmar que los nuevos juegos de la saga han acabado por ser un juego que combina aventura y RPG con un gran desarrollo de las habilidades y equipo del personaje y con enormes mapas en los que no se puede decir que no haya nada que hacer. Es comprensible que se diga que estos últimos juegos vulneran y modifican la esencia de la saga porque el cambio de esta ha sido enorme no solo en mecánicas, sino en trama también. Y es que el problema que sufre la saga es la nostalgia y el buen recuerdo. Una saga tan larga y que por se la que es ha recorrido una gran parte de la historia de la humanidad es normal que necesite un cambio. A lo que quiero llegar es que muchos dicen que las últimas entregas no deberían llamarse Assassin’s Creed, porque no tienen nada que ver con la trama y el juego que era la primera entrega. A esto, yo tengo que decir que no estoy nada de acuerdo y lo trataré de demostrar en este tributo.
Los comienzos
Para hablaros del juego tendré que soltar un poco de chapa de mi experiencia personal, lo siento. Es que yo estaba jugando bien tranquilo con mis nueve años jugando como podía con mi Playstation 2, regalada por mis padres. A esa edad yo no tenía ni idea de que salían juegos cada cierto tiempo yo simplemente jugaba a los que me regalaba mi tío de segunda mano cuando se aburría de ellos. Y de repente vi un anuncio en la televisión que decía ‘Assassin’s Creed II, ya a la venta en tus tiendas‘. Me enamoré.
Cuando yo de niño voy a la tienda con mi padre a preguntar por el juego para comprarlo en PS2, y de repente me entero que solo existía para la “nueva” generación – Playstation 3 y Xbox 360. A todo esto decidí gastar todos mis ahorros en la Xbox 360, por supuesto acompañada de Assassin’s Creed II, y al comprarlo vi que el primero de la saga estaba en la tienda también, y lo compré. Como era tan pequeño jugué primero al segundo que es el que vi en la tele -no me matéis- y luego al primero. Ahora ya podéis entender porqué mi amor a la saga y el porqué de este tributo.
Con la segunda entrega me enamoré del juego pero el primero me enamoró de la saga y lo mejor es que mis padres se creían que aprendía historia, porque soltaba nombres que les sonaban pero esa anécdota la cuento en otra ocasión. Al jugar Assassin’s Creed ya había jugado el segundo y por lo tanto descubrí todo lo malo del primero que habían cambiado en el segundo pero eso no impidió que me encantara este. Ahora ya puedo empezar a hablar sobre el juego.
Las bases
Recordar la increíble historia simultánea que nos traía esta entrega. Nunca en mi vida había visto un juego que llevará tan bien dos lineas temporales tan interesantes y que atraparan al jugador y menos que se interrelacionaran tan bien. Con un Desmond intentando descubrir cómo había llegado hasta allí, qué era Abstergo y qué pintaba el en medio de una cruzada a lo largo de la historia de la humanidad, una trama buscando el fruto del edén en la actualidad para controlar el mundo mientras Desmond intenta descubrir que le está pasando en la cabeza y porque está relacionado con un señor de la época de las cruzadas que se viste de monje y va saltando por edificios era imposible que no atrapara a un chaval como era yo. Y en este punto es en el que entiendo que algunos fans digan que las nuevas entregas pierden la esencia al no tener una verdadera trama simultanea interesante en la actualidad.
Por otro lado, la trama del pasado está increíblemente acertada, y aunque peca de ser típica y casi previsible era imposible que no te mantuviera pegado a la pantalla. El comienzo del juego con la frase: “Nada es real, todo está permitido” con la que Altair comete el asesinato de un inocente y provoca que le degraden es una de las mejores presentaciones que he visto. Y es que otra queja que entiendo a la perfección es la perdida de la esencia del personaje principal, ya que Altair y Ezio -protagonista de los tres siguientes juegos- dejaron el listón demasiado alto para que el resto de personajes resultaran tan queridos. La historia de un Asesino que debe acabar con diferentes líderes Templarios en plenas cruzadas para luchar por conseguir el fruto del Eden, el objeto más poderoso del mundo.
El último apunte de la historia para el cual reservaba los spoilers de la trama. La lucha de Altair por recuperar su rango obedeciendo a su maestro, para volver a aprender las bases del credo es muy buena historia y sobre todo el increíble final donde resulta que el traidor no es el que mata inocentes sino al que ciega la codicia y el poder, dejándose llevar por el fruto y tratando de asesinar a su aprendiz Altair. Un perfecto giro de guión que solo consigue que aún queramos más al protagonista después de verlo sufrir tanto y completar tantas misiones. Estos son los puntos en que la saga ha ido perdiendo fuerza a medida que pasaba el tiempo aunque no podemos decir que ha perdido su esencia.
La gracia de la historia general es que el grupo desfavorecido, el cual son los asesinos, lucha contra los Templarios, el grupo dominante en la época del juego, pero si nos fijamos la trama general es siempre la misma en diferentes puntos de la historia. Los grupos desfavorecidos de la época ayudados por los asesinos consiguen imponerse al grupo dominante que son defendidos por los Templarios. Ya sea en el Renacimiento, con la Iglesia y los grupos sociales marginales; en la revolución americana, con los ingleses y los indios; la época de los piratas, con los piratas y los grandes imperios o en la revolución francesa o la industrial; o en Egipto, con los romanos y los egipcios; incluso en la Antigua Grecia. Realmente la historia es la misma pero cambia el contexto y todo esto gracias a las bases de la historia que se asentaron desde la primera entrega.
Las mecánicas
El primer juego fue revolucionario en el sentido de que pocos juegos tenían como jugabilidad principal el parkour por edificios mezclandolo con sigilo. La idea de tener que mezclarse con la gente para acercarse a los blancos y esquivar guardias además del uso de los diferentes artilugios como cuchillos o de la ballesta le añadían posibilidades a medida que el juego avanzaba. Una de las partes más importantes del juego eran las atalayas y se han mantenido en toda la saga y no solo eso, se han extrapolado a otras sagas.
Estas permitían descubrir todas las misiones que tenías que llevar a cabo para conseguir información y poder acercarte al blanco finalmente. Gracias a la desarrolladora esto cambió a lo largo de la saga, ya que era bastante mecánico llegar a una ciudad hacer todas las misiones secundarias como hurtos, espionajes y cosas así para acabar matando a un líder templario como si fuera el jefe final de un nivel. En las entregas siguientes estas misiones anteriores al asesinato se supieron incluir mejor en la trama del juego.
Es decir, las mecánicas y la jugabilidad casi no han variado a lo largo de la saga, simplemente se han sabido camuflar en misiones principales y secundarias en el resto de juegos, que acaban llevándote al asesinato del siguiente líder Templario. En otras palabras, realmente la manera de jugar al juego es la misma y simplemente se ha sabido adornar esta y añadir un mayor repertorio de actividades que hacer en el mapa ya que el primero era un poco solitario. Sobre todo esto se notaba en los desplazamientos entre ciudades, actividad que realmente era muy pesada pero que también tiene un trocito de nuestro corazón por lo rudimentario que era este desplazamiento y el tiempo invertido en hacerlo.
La evolución
En este primer juego claramente no había ningún elemento de RPG, ya que ni se podía subir de nivel ni podías modificar ni mejorar el equipamiento de ningún modo; además no existían clases ni habilidades. Aunque si que añadió una mecánica que para mi es la mejor pista posible. Cada vez que se asesinaba con éxito a un líder templario y se entregaba la prueba al maestro de Altair este le daba una nueva arma que le permitía al jugador explorar nuevas opciones para acercarse al objetivo, algunos de estos son los cuchillos para lanzar, la ballesta, el cuchillo, las bombas de humo, etc. Este premio que es conseguir más equipamiento está escudado por la trama ya que al subir de rango en la hermandad tienes derecho a mayor numero de armas.
Pero para mí esto es mucho más que una escusa de guión, es la puerta a un RPG, que permita subir niveles en la hermandad, mejorar equipamiento y habilidades. Cosa que hemos podido observar en las diferentes entregas de la saga como ha habido un acercamiento a este genero de los videojuegos. Ya que en los primeros como el segundo, la Hermandad, Revelations o el tercero simplemente hay mejoras en la armadura, es decir mayor vida y como mucho cambias de arma.
En cambio, cuando nos centramos en Unity o Syndicate podemos ver como está mecánica de subida de nivel con rangos y cambios de armas y armaduras para mejorar las estadísticas de tu personaje y sus habilidades están más que incorporadas. Finalmente, tenemos Origins y Odyssey, que tienen una grandísima parte de especialización del personaje en clases con habilidades y armas diferentes, una gran incorporación de mecánicas de RPG que se podían llegar a incluir en la primera entrega de la saga. Es decir no ha perdido la esencia en este campo simplemente ha sabido explotar una parte de las mecánicas de la primera entrega que se había simplificado en esta.
El principio de una saga con muchas posibilidades
Assassin’s Creed es la definición de una buenísima primera parte ya que tenía una historia que atraía a cualquier jugador que le interesara mínimamente la historia de la humanidad y sobre todo la manera de jugar con dos líneas temporales y sobretodo dos personajes como Altair y Desmond. Por otro lado es una buena primera entrega por el hecho de que experimenta con diferentes mecánicas aunque sea de pasada dejando así las puertas abiertas a muchos cambios. Por lo tanto ya podemos ver que los nuevos juegos de la saga tampoco han perdido tanta esencia de las primeras entregas lo único que después de tanto tiempo se ha visto resentido es sobretodo la historia principal de la saga. Y es que después de haber creado a Altair, Ezio y Desmond es muy complicado igualar la trama que les unía.