"Si algo funciona, ¿por qué tocarlo?"
A estas alturas del año, es completamente normal que muchos tengáis vuestras miras puestas en The Game Awards 2018, la nueva edición de la gala de premios anual que siempre ha sido considerada, desde su concepción como Spike Video Game Awards, como la principal referencia a la hora de acreditar nuestras propuestas favoritas como lo que son: inmensas obras de arte, frutos de años de exploración del entretenimiento digital. Como ya es tradición, la ceremonia, dirigida por un mítico Geoff Keighley, no estará exenta de anuncios y presentaciones, que nos permitirán conocer nuevos detalles sobre aquellos títulos que llevan mucho tiempo en la sombra (¿alguien dijo Death Stranding?) y que, por si fuese poco, darán a conocer nuevas propuestas que, en el mejor de los casos, llegarán a nuestras tiendas durante el próximo año 2019.
Como Internet es como es – y ya se sabe que no se nos puede dejar solos -, a lo largo de este pasado fin de semana hemos podido descubrir, a través de medios como ComicBook, los primeros detalles de una de las entregas que probablemente debuten en el evento, durante la próxima velada del jueves 6 de diciembre. De ser ciertos estos rumores (todo apunta a que así sea), nos encontraríamos, nada más y nada menos, que ante Alien: Blackout, una nueva apuesta de SEGA por la acción multijugador que haría del universo xenomórfico de Ridley Scott una experiencia cooperativa desarrollada bajo el motor Unreal Engine 4. Un concepto realmente valiente, que parece querer olvidar el mal experimento que supuso Aliens: Colonial Marines, y que reniega del buen hacer de Creative Assembly (padres del anterior Alien Isolation, y actuales responsables de franquicias como Total War o Halo Wars) para acabar en las manos de Cold Iron Studios (un equipo fundado en 2015 con varios veteranos de la industria entre sus filas; entre ellos, los creadores de Neverwinter).
Esta información, cabe destacar, surge a raíz de ciertos perfiles de LinkedIn relativos a este último estudio. Es el caso de Matt Highison, director artístico, que parece estar detrás de “una jugabilidad de nueva generación” junto al consejero delegado Craig Zinkievich. Por otra parte, la responsable del ámbito tecnológico, Shannon Posniewski, parece encontrarse trabajando en un proyecto “con gran posibilidades en línea, y de gran recorrido“, que difícilmente llegaría a nuestras consolas y PC durante el año que viene. Sea como sea, no hay dudas de que se trata de una propuesta de gran envergadura, con un gran presupuesto detrás, que intentaría rendir un homenaje a la saga Alien implementando determinadas mecánicas relativamente novedosas, como sería la integración de un buen online, sin renunciar a las señas típicas de la saga.
No obstante, este concepto, inicialmente interesante y atrevido, se antoja, por otra parte, tremendamente comercial, inorgánico y ridículo – al menos, desde un punto de vista funcional y mediático -. Y, ojo, no seré yo el que juzgue a una propuesta por experimentar; por probar cosas nuevas, y por querer llevar más allá una experiencia claramente lineal como la de su predecesor. Porque, desde luego, Alien Isolation fue una muy buena experiencia de terror en primera persona, pero, por cuestiones relativas al guion y determinadas asperezas jugables, nadie esperaba una segunda parte. Sin embargo, creo que fue un gran punto de partida; algo que puede ser una excusa más que suficiente para seguir trabajando en títulos así, tan centrados en el terror agónico y contenido, y alejado de las modas masificadoras que chocan frontalmente con la filosofía de la franquicia. Sé que no es un gran ejemplo (pues, en este caso, los errores iban muchísimo más allá de su vertiente multijugador), pero nadie recuerda la experiencia cooperativa de Alien: Colonial Marines, y por algo será.
Creo que, nuevamente, puede producirse una discordancia entre la opinión popular – lo que realmente el fan dedicado busca en un nuevo capítulo de la franquicia – y la intención de la desarrolladora/productora – que, usualmente, suele encontrarse bastante distorsionada -. Es una discordancia natural, al fin y al cabo, dada la distancia del prisma en el que se suele contemplar, desde arriba, el panorama. Pero no deja de ser una discordancia indeseable, que, espero, no me sorprenda en los próximos días. Pensar en ello sí que es terrorífico.