Tanto de la industria como de la justicia
Ya tenemos nuevo material en el que a buen seguro es ya el culebrón del verano, el conflicto de Epic Games frente a Apple, en un primer momento por la pasarela de pagos en la versión de iOS y Fortnite, y que más tarde ha acabado afectando a desarrolladores independientes al desatarse las represalias contra todo lo que huela a la empresa dirigida por Tim Sweeney, en forma de revocación de licencias y permisos de publicación para toda aplicación que utilice Unreal Engine como base. Y en esta situación, ahora ya con juez mediante, han aparecido nuevos invitados (y parece que sin invitación a la fiesta), que no parece que puedan decantar la balanza, si que pueden poner más carne en el asador, sea cual sea el final de esta aventura.
Microsoft por un lado…
Cuando parecía que los aliados de Epic iban a quedarse en meros editores y desarrolladores sin tanta influencia, desde Redmond ha llegado la artillería pesada para velar, para sorpresa de nadie, por sus propios intereses. En forma de comunicado oficial, Microsoft ha hecho oficial su postura, en la que sin hacer mención a los porcentajes de pago y reparto de beneficios, se debate entre dar prioridad a los usuarios de plataformas de Apple (tanto iOS como Mac) o optar por otro motor de cara a sus presentes y futuros desarrollos. En cualquier caso, su petición reza que las disputas de Epic Games frente a Apple se quede en un conflicto entre esas partes, pero que no afecte a elementos externos que poco o nada han tenido que decir en esta situación, y cuyo beneficio potencial resulta insignificante para toda la pérdida que pueden sufrir en comparación.
…y el juez por el otro
Sin embargo, y en forma de instrucciones de obligado cumplimiento al provenir de la justicia, la resolución inicial del juez supone a la vez un golpe duro y un pequeño respiro para Epic Games (pero, principalmente, lo segundo para desarrolladores independientes), aunque una victoria absoluta para Apple, al impedir el regreso de Fortnite a la Apple Store, su objetivo primario, y haber recibido una orden temporal de no bloquear lo relativo a Unreal Engine.
En otras palabras, misión principal cumplida, con la secundaria en proceso.
A falta de más novedades materiales en forma de resoluciones de juicios, las posteriores apelaciones y trato ocultos entre Epic Games y Apple, parece que esta guerra va para largo y estos son solo los primeros pasos. La entrada de forma explícita de un gigante como Microsoft es, tanto para lo bueno (apoyo para las herramientas de Epic) como para lo malo (no hay mención al origen del conflicto, los porcentajes de pago en las tiendas) algo que no debería ser visto como una reclamación puramente estética.
En esa parte de la industria de compañías multimillonarias, solo se abre la boca cuando alguna situación puede reportarte beneficios, o suponer pérdidas, y este es el caso de Microsoft. No se hacen gestos por apoyo mutuo o solidaridad, y eso es algo que hay que tener claro en todo momento. Sin embargo, no es lo mismo que tome parte un desarrollador independiente que un gigante como es el caso de los de Redmond. Y aunque probablemente se vaya a quedar en humo, si se logra involucrar a suficientes elementos de la industria, tal vez las dos partes tengan que ceder antes de que sea un juez el que tome las decisiones verdaderamente imporantes.