No nos lo quitamos ni con lejía
Hay veces que me siento como si la vida en si solo fuese una secuela más de Fast and Furious, una película a la que añadir otro número pues prácticamente replica lo mostrado con anterioridad añadiendo o cambiando parte de una historia continua que se decide dividir en fascículos. Esto es en lo que se ha convertido la industria del videojuego, y resulta un tanto curioso que ya no solo se sufra en los juegos en sí, donde se fragmentan intencionalmente títulos para dividirlos en secuelas, contenido extra y demás formas de monetización que le dan la vida a las grandes empresas, no, ya no solo lo encontramos en ese aspecto, también ocurre entre las bambalinas de la industria. El problema reside en que si por lo menos el contenido fuese bueno, o las nuevas que trajesen fuesen agradables yo no tendría ningún problema, pero me temo que los sueños, sueños son, y hasta ahí pueden llegar mis mejores deseos, pues como si de la peor pesadilla de alguien se tratase, nos vuelve a visitar el protagonista de una de las noches más oscuras de la industria, uno que con solo pronunciar su nombre hace temblar los cimientos más profundos de nuestro ser, ni más ni menos que Bobby Kotick.
Gracias a Dios, Microsoft compró al conglomerado empresarial conocido como Activision – Blizzard, y en sus momentos más bajos este rayo de luz que irradia desde el propio pecho de Phil Spencer ha guiado a la empresa hacia su salvación, un camino hasta entonces imposible de recorrer, pero gracias a la magnanimidad de Phil ahora es transitable. Espera, no, no puede ser, ¿cómo es posible esto? ¿Cómo puede ser que Phil no haya intervenido en la elección del CEO de Activision – Blizzard para el próximo año en el que los resultados finales han dado como elegido a Bobby Kotick? ¿No iba a ser suyo el fuego purificador de esta industria?
Antes de nada es importante destacar que esta elección ha sido aprobada gracias a ni más ni menos que el 82% de los votos de los accionistas de la empresa, que han permitido la continuidad tanto del susodicho como de la actual Junta Directiva, perpetuando una cadena de mando que, a pesar de ser conocedora de los múltiples abusos que se han realizado en su seno, no solo decidió no hacer nada, sino que lo cubrían con más y más capas de indiferencia hasta que les estalló en la cara, momento en el que realizaron una huida adelante para evitar que se hablase de todo lo ocurrido. Esto es lo que se ha votado, y esto es lo que ha salido, dejar en la industria a uno de los nombres más repugnantes que hayan pasado por aquí gracias a todos los accionistas de dicha empresa. Y si estuviese en las manos de Phil Spencer hacer algo ¿de verdad pensáis que hará algo contra Bobby Kotick? Teniendo la confianza de los inversores y manteniendo a un inmenso equipo que, en caso de verse forzado a marchar, tomaría las riendas en su lugar como si de aprendices se tratasen, veo completamente imposible que ninguna compra ni alguna esperanza permita rehabilitar estos territorios baldíos.
Tener confianza en una gran empresa es de incrédulos, eso es así, sobre todo pensar que hay de verdad intereses y preocupaciones más allá del dinero. Bobby Kotick en su mansión mostrando tristeza ante lo sucedido solo es una mala interpretación que le ha tocado hacer, Phil Spencer saliendo como salvador y adalid de los jugadores y desarrolladores solo es el papel que le ha tocado coger para ganarse la confianza del público, ni Yves Guillemot, CEO de Ubisoft se “baja el sueldo” 300.000 dólares por gusto, sino por obligación. Debemos de dar un paso adelante y dejar de tener en estima a las personas que no les importamos lo más mínimo, tomar las riendas y mostrarles que el poder no lo tienen ellos, sino los que conformamos la base de toda la industria, una base que recubre el mundo y cimentamos en su totalidad. No, no les importamos, y ellos a nosotros tampoco.