FAR: Lone Sails

Izen velas, GOTY a la vista

Hay gente que no cree que es videojuego todo lo que viene en una caja de plástico con un manual de instrucciones y que instalamos en nuestro dispositivo preferido para ver sus imágenes correr en nuestras pantallas, ya sean de 40, 17 o 5 pulgadas. Los juegos que más han alimentado este fuego de divergencia han sido los de David Cage: Beyond: Dos Almas y Heavy Rain, que han sido catalogados por muchos como “experiencias interactivas“. Otra gran duda de la industria es si los videojuegos son arte o no entran en la lista de las siete. Pues bien, no seré yo el que ponga fin a estas dos disyuntivas pero si quiero contaros mi experiencia con FAR: Lone Sails y el arte.

Ayer mismo ejecuté FAR sabiendo sólo lo que habíamos publicado en la web y esperando que fuera un indie que no marcara ni un antes ni un después. Me equivocaba. Sin palabras y con tres teclas en pantalla para que sepamos qué hacer empieza la aventura de esa personita de rojo. Nada, ni una pequeña pista, esta es una aventura en solitario de cabo a rabo. Una gran máquina con muchos botones y pocas instrucciones será nuestro medio de transporte durante esta preciosa aventura. Vemos el tráiler juntos y empezamos con lo bueno.

Como no soy muy fan de los spoilers, este análisis estará libre de ellos pero – entendedme – tengo que hacer mi trabajo y hablar del título. Voy a proponeros algo, no voy a nombrar en ningún momento ni Limbo ni Afraid ni Journey, a ver si aguanto. FAR: Lone Sails contaba con mi curiosidad pero ha ganado mi atención desde el primer momento. La estrategia que sigue el juego de no contar nada de nada ha provocado que me sintiera tan perdido como, seguramente, nuestro protagonista en este maravilloso viaje.

Desde el primer momento en el que he visto las pinceladas del inmenso cielo que ocupa dos tercios de la pantalla, he tenido en la mente el cuadro de Caspar David Friedrich llamado El caminante sobre el mar de nubes, que os dejo aquí a la derecha para que os lo imaginéis vosotros también mientras leéis mis palabras. Y no es que yo sea un entendido en el arte de la pintura, ni mucho menos, pero si uno de los mejores cuadros del romanticismo acompaña a este videojuego será porque FAR es, ojo que viene, lo más bonito que he jugado en todo el año. En dos horas y pico he hecho más capturas de pantalla que en cualquier otro juego que recuerde, incluso más que en The Witcher 3 durante los atardeceres, que ya es decir. No sabría muy bien como describirlo, me he sentido como si El caminante fuera el piloto de la nave y estuviera, por fin, envuelto en esas melancólicas nubes abriéndose paso melena al aire.

Y si no puedo referirme a esto como arte no se qué otra palabra podría sustituirlo. En este viaje lineal con nuestro carromato que requiere de nuestra completa atención cuando está en movimiento y nuestras habilidades cognitivas para desbloquear su paso con cuando queda atorado en unos puzzles que intentan retrasar nuestra llegada al final, he sido testigo de unas estampas preciosas que, de verdad, no puedo describir. Por eso he traído alguna que otra captura de pantalla para que podáis verlo mejor, una imagen vale más que mil palabras.

Las piezas musicales han acompañado el trayecto sutilmente, sin destacar demasiado, salvo en alguna ocasión de tensión o de desahogo. La música sabe que su lugar está – en este caso – detrás de lo visual y hace todo lo posible en mejorar este aspecto, con perfecto resultado. Si algo malo ha tenido haber probado el juego antes de su salida es que no he podido volver a escuchar la banda sonora. Y realmente poco más puedo comentar del juego sin destriparos esta hermosa experiencia, haceos un favor y jugadlo.

Sublime

FAR es un juego corto – necesarios en nuestras vidas ajetreadas y llenas de títulos infinitos – que nos cuenta una historia sin gastar saliva ni tinta mediante unas imágenes hermosas, una jugabilidad simple y una música cautivadora. Revive la duda de si los videojuegos han de ser, finalmente, el octavo arte. Sin duda es una experiencia que todos han de disfrutar.

Este análisis se ha realizado con una clave cedida por Mixtvision antes de la salida oficial del juego