Contra todo pronóstico
El pasado 6 de marzo del presente año, y a pesar de los problemas con Denuvo y con la piratería, Square Enix lanzó al mercado la versión para ordenador de Final Fantasy XV, una de las entregas más esperadas para PC. Y digo para PC porque fue el 29 de noviembre de 2016 cuando el título se estrenó originalmente en consolas. No cabe duda de que fue un lanzamiento muy polémico, puesto que no acabó de convencer a muchos de los fans más acérrimos, que esperaban algo diferente a lo que finalmente recibimos en nuestras PS4 y Xbox One. Eso no quita que, años después, los jugadores de PC no le hayan podido dar un buen recibimiento. Recibimiento muy merecido, pues, lejos de ser port 1:1, esta Windows Edition fue desarrollada partiendo desde 0, y eliminando por el camino, así, muchos de los aspectos que no habían convencido a los jugadores de consola – aunque no todos.
El estudio japonés asegura que el juego ha tenido muy buen recibimiento, y que sus esfuerzos se han visto recompensados con la buena acogida por parte del público. Esta buena crítica se debe, en gran parte, a que los chicos de Square Enix abrieron la puerta a las herramientas de mods, las cuales hacen que la experiencia de juego sea más divertida, longeva y entretenida. Con esto volvemos al tema recurrente de que los mods son, al menos en compatibles, uno de los aspectos más importantes a la hora de ofrecer nuevas perspectivas y opciones a la hora de jugar.
A pesar de que muchos jugadores no aceptaran el cambio tan radical que experimentó Final Fantasy XV, lo cierto es que, en lo personal, me parece uno de los mejores episodios de toda la saga, tanto por su jugabilidad como por la historia que se nos narra durante todo nuestro peregrinaje por Eos. Yo he sido uno de los jugadores que ha tenido que esperar más de un año hasta poder jugar a esta entrega de la saga por no tener consola de “nueva” generación, pero os aseguro que la espera mereció la pena, pues me ha hecho vivir una experiencia increíble que difícilmente habría disfrutado tantísimo de no ser por la cuidada adaptación a PC, que corre a las mil maravillas. Cierto es que los controles en teclado dejaron mucho que desear, obligándome a utilizar un mando de consola, pero el producto, como adaptación, es un trabajo verdaderamente intachable.
Dejando a un lado apartados técnicos, el hecho de que decidieran cambiar tan radicalmente el sistema de batalla, pasando del típico sistema de combates por turnos a uno de acción en tiempo real, supuso ya en 2016 una apuesta muy arriesgada, criticada negativamente por una gran parte de la comunidad debido al ‘fin de la tradición’ que suponía. El cambio, no obstante, no me podría parecer más acertado, puesto que moderniza la experiencia y la adapta a una generación actual en la que reina la acción más directa. No es cuestión de “venderse”, sino de adaptarse a unos nuevos tiempos que dejan muy poco margen de respiro a los juegos basados en los turnos, pero que, sin embargo, saben recompensar con buenas cifras a aquel valiente que se lanza de cabeza a por el desconocimiento, y que, con buenos genes, logra aportar algo verdaderamente memorable, casi trascendental, a una minoría de jugadores ilusionados, que se dejan llevar, y que recordarán, ahora y siempre, su viaje junto a Gladio, Ignis y Prompto.